𝓬𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓭𝓲𝓮𝓬𝓲𝓸𝓬𝓱𝓸.

758 100 11
                                    


Wonwoo después de la escuela se encontraba en su casa mirando televisión con Minhee. Su mañana había sido muy frustrante si tenía que resumirlo en una sola palabra. Y no fue porque Junhui estaba más molesto de lo normal o Chanwoo se acercó a él para reclamar cosas que no tenía autoridad de reclamar, —de todos modos ni se acordaba de él— sino que se trataba del idiota de Mingyu. Él y su maldita confesión no aportaban a su día más que frustración. La situación de anoche no paraba de reproducirse en su cabeza, y se estaba cansando. Si tan solo no se lo hubiera dicho no estaría como un loco imaginando cosas que jamás van a ocurrir. Por supuesto. Cosas que jamás, ni en su otra vida, van a ocurrir. O, tal vez sí, pero muchas posibilidades indicaban que no.

En la escuela, literalmente, rompió el récord de no poner atención en clases ni mucho menos lo que ocurría a su alrededor por andar con la cabeza en las nubes. Sus pensamientos y sentimientos estaban desordenados, le molestaba tener que estar con la cabeza a mil por hora gracias a una persona que, con tal solo una de sus miradas, le ponían los pelos de punta.

El pelinegro suspiró cuando se dio cuenta de que ya estaba en un punto en el cual se le esfumaron las ganas de mirar televisión, sus ojos se desviaron hacia el reloj en su muñeca y este marcaba 5:20pm, lo que significaba que en diez minutos Mingyu vendría a buscar a Minhee.

Lo ponía nervioso pensar en que tendría que mirar a ese chico y esperar a que él dijera algo para saber si recordaba lo que hizo el día anterior, si estaba enterado de que, a partir de hoy, las cosas cambiarían entre ellos, porque si no lo recordaba es muy probable que Wonwoo se obligue a olvidar todo lo que él le confesó e intente continuar como si nada hubiera pasado. Wonwoo no estaba seguro de que si eso era lo que realmente quería hacer.

—Oppa —Minhee llamó. Wonwoo giró su vista hacia ella borrando en un instante cada pensamiento en su mente para brindarle su atención, la niña estaba bostezando—. ¿Cuándo va a venir mi papá? Me agarró sueñito.

—Él debe estar po-

El sonido del timbre hizo que Wonwoo se tragara sus palabras y no finalice su oración, siendo una clara respuesta a la pregunta de Minhee. Ambos entendieron eso. Wonwoo tomó a la pequeña en brazos y con su mano libre agarró su mochila comenzando a caminar hacia la puerta. Al abrirla, no pudo evitar mirar a Mingyu cuando se había prometido mentalmente no hacerlo, el gigante al parecer estaba igual de nervioso que él. O eso quiso suponer.

Pasaron unos segundos mirándose sin saber específicamente qué decir.

—Hola... —los dos se sintieron estúpidos por haber hablado al mismo tiempo, añadiendo al ambiente más incomodidad.

—Minhee está cansada —decidió Wonwoo tomar la primera palabra y hablar. La niña en sus brazos se había recostado en su hombro—. Le hice un té y galletas hace un rato, tal vez deberías esperar un poco para cocinar la cena.

—Oh, ya veo. Gracias.... —Mingyu respondió, rascando su nuca. Dio un paso al frente para sostener a Minhee, pero el contrario había hecho lo mismo, casi chocaron. El mayor se encargó de hacer las cosas rápidas, entonces ya tenía a su bebé consigo—. Wonwoo, yo.... quería hablar contigo.

—¿C-Conmigo? —el azabache sintió el impacto de sus palabras demasiado fuerte—. ¿De q-qué?

—Yo... ahm... —que Mingyu no se apresuraba en hablar estaba provocando más nervios al pelinegro y que sus mejillas comiencen a subirles calor por pensar cosas que tal vez ni siquiera iba a decir. Para colmo, el gigante no lo estaba mirando—. Quería hablar sobre anoche. Disculparme más que nada, por haberte hecho ir y molestarte.

—No es nada —Wonwoo una vez meditó, logró expresar sus palabras sin que se notara el pánico en ellas—. No tienes nada de qué preocuparte, Mingyu.

—Aún así, lo siento —el castaño suspiró—. Yo-

—Agh-

Mingyu quedó estático en su lugar cuando Wonwoo había azotado la puerta en su rostro dejándolo con las palabras atascadas en la garganta y un sinfín de cosas para decirle, fue raro porque apenas había levantado la cabeza para mirarlo y no alcanzó a verle ni un solo cabello. Por otro lado, Wonwoo se estaba muriendo de vergüenza detrás del rectángulo de madera con las mejillas sonrojadas hasta tal punto de que llegaron a quemarle, considerando que había sido muy estúpida su acción y pensando en cómo lo vería a la cara en los siguientes días. Su corazón latía muy fuerte en su pecho.

No pudo evitarlo. Era seguro que Mingyu no iba a admitir lo que hizo, o tal vez ni siquiera se acordaba, y eso lo hacía sentir aún peor, porque estaba esperando que lo mirara a los ojos y de una maldita vez le diga lo mismo que anoche.

"Me gustas"

Wonwoo suspiró agotado, girando sobre sus talones dirigiéndose a su habitación. Al entrar, no dudo mucho en lanzarse de boca abajo a la cama dispuesto a seguir pensando.

Por los nervios que sentía al momento de observar a Mingyu y la forma que éste causaba millones de cosquillas en su estómago, era imposible negar que sentía algo por él. Quizás Mingyu era un completo idiota, pero era inevitable pensar que era un idiota atractivo. Las memorables palabras del gigante hicieron que ahora lo viera de otra forma, romántica.

—¿Qué estás haciendo, Wonwoo? —estaba hablando consigo mismo, no le importaba. No había nadie que lo pudiera escuchar, ni mucho menos entender, porque ni él propio Wonwoo sabía lo que quería—. ¿Qué te pasa? ¿Por qué te estás comportando así? ¿Qué estás buscando o esperando de ese estúpido? Ese maldito-estúpido.... dulce y lindo.

Cubrió su rostro cuando sintió una repentina necesidad de llorar.

_______________

espero que les guste!

kdl-

𝙏𝙍𝙊𝙐𝙑𝘼𝙄𝙇𝙇𝙀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora