𝓬𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓽𝓻𝓮𝓬𝓮.

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Como dijo Wonwoo, después de la escuela estaba allí. Había pasado por la farmacia para comprar algunos medicamentos y algo que sabía que a Minhee le gustaría, porque era una niña y a todos los niños les encantaba, especialmente a ella. Tocó la puerta dos veces, cuando estaba por tocar una tercera se le adelantaron.

—Hola —saludó Wonwoo.

—Oh, eres tú —Mingyu respondió. Se hizo a un lado señalando que podía pasar—. Gracias por venir.

—No es nada —Wonwoo dijo tímido mientras se quitaba los zapatos para dejarlos a un lado de la entrada—. ¿Minhee duerme?

—Pude hacer que se duerma, hasta hace un rato no paraba de llorar —Mingyu comentaba, vio como el pelinegro esperaba a que él avanzara primero para no quedar irrespetuoso, el mayor lo considero tierno—. También intenté llevarla al hospital, pero Minhee no quiere ir.

—¿Por qué? —preguntó interesado Wonwoo.

—Le tiene miedo —Mingyu curvo sus labios en una mueca.

Sin decir nada más, se encaminaron a la cocina donde el dueño de la casa le ofreció agua y él aceptó. Wonwoo mientras recorría discretamente con la mirada la casa pensaba en lo difícil que seguramente fue tener que llevar a cabo la educación de la niña y la de él mismo, habían cientos de libros por todos lados de diferentes tipos y tamaños, de tan solo imaginarse los obstáculos que tuvo que atravesar para poder alcanzar una vida estable y segura para ambos, le producía tristeza.

—Creo que será mejor que deje descansar a Minhee —Wonwoo habló, estaba parado en el medio de la sala con la bolsa en sus manos, mientras que Mingyu estaba en la cocina—. Si se despierta, dile que le compré unos dulces.

—Se pondrá contenta —de repente Mingyu apareció con un plato de bocadillos, lo apoyó en la mesita ratonera frente al sofá—. Ponte cómodo, Wonwoo.

Para cuando el pelinegro quiso responder, Mingyu se había alejado sentándose en un escritorio no muy lejos de él. Envuelto en la timidez, tomó asiento. Por lo que parecía, Mingyu estaba estudiando y las bolsas debajo de sus ojos eran la clara prueba de que lo hacía sin descanso.

Por otro lado, Mingyu decidió sumergirse en su estudio porque no creía poder sacar algún tema de conversación, a pesar de que estaba mal ya que él era un invitado, no podía evitar sentirse nervioso cuando estaba junto a él. Sus ojos oscuros y apagados que siempre lo miraban fijamente le generaban un horrible temblor en el cuerpo.

—¿Puedo preguntar algo? —Wonwoo rompió aquel silencio incómodo.

—Claro —accedió él, concentrando su vista a las palabras que anotaba en su cuaderno.

—No sé si es adecuado, pero quiero saber cómo conoces a Jeon Chanwoo —aquello le andaba rondando la mente a Wonwoo hasta tal punto que comenzó a molestarle que le interesara saber a pesar de que no le incumbía el asunto en lo absoluto. Mingyu fue tomado por sorpresa, sintiendo como una tristeza caía sobre sus hombros—. Está bien si no quieres responder, era algo que-

—Está bien —el mayor le interrumpió—. No me molesta. En realidad, necesito charlarlo con alguien, no lo he hecho con nadie.

—Del maldito que hablarás es, lamentablemente, mi hermano mayor, así que si tienes mierda para expresar no te la guardes —Wonwoo le informó.

—Eso responde a como nos vimos la primera vez —Mingyu ríe nasalmente, pensando profundamente en lo que iba a decir—. Chanwoo fue... algo así como un hemano mayor. Me ayudo en muchas cosas respecto a Minhee y los impuestos de la casa. Hace poco me dijo que ya no podría ayudarme más, que... necesitaba tomarse un tiempo de esta amistad que construimos a lo largo de los años —Wonwoo notaba en su tono de voz como la tristeza y la rabia se mezclaban, Mingyu tenía la vista clavada en las hojas que con anterioridad leía.—. Me hizo sentir que todo este tiempo no fui más que una carga para él. Y lo entiendo, sé que fue así, dependí mucho de él, en como nos hacía feliz a mi y a Minhee. No lo culpo.

—Maldito hijo de puta —murmuró Wonwoo empuñando sus pantalones. Sabía que su hermano mayor era un imbécil-idiota-desalmado pero todo eso se multiplicó—. La verdad, es que no sé como carajo puedo ser su hermano.

—Tranquilo, él no era una mala persona, solo es que-

—¡Claro que lo es, maldita sea! —Wonwoo exclamó de golpe quedando de pie. Mingyu había dado un brinquito por el repentino grito—. Lo es Mingyu, provocar dolor emocional es lo mejor que sabe hacer y déjame decirte que soy una de las primeras personas afectadas. Es un jodido hijo de puta, ¡por el infierno!

—No lo sé —Mingyu bajó la cabeza, esas palabras lo estaban golpeando duramente—. Chanwoo nos trató bien, más de lo que merecía, no creo poder verlo de la misma forma que tú.

—Por la mierda, ¡despierta! —Wonwoo encaminó sus pasos hasta quedar frente al escritorio. El antes nombrado no se atrevía a sostenerle la mirada.—. Chanwoo te abandonó. Él ilusiona y como no puede mantenerlo, abandona.

—No-

—¿Me lo estás negando a mi, a la persona que desgraciadamente tiene su misma sangre? —Wonwoo después de decir aquello se dio cuenta de cuanto se había alterado por el asunto, decidió detenerse porque estaba haciendo sentir mal a Mingyu y no era lo que quería hacer desde un principio. Respiró profundamente, retrocediendo sus pasos de nuevo al sofá—. Olvídalo, lo siento, no quise alzar la voz.

—Supongo que estás en lo cierto, tienes todas las razones del mundo para decir cómo en verdad es Chanwoo, eres su hermano menor —finalmente levantó su cabeza y lo miró, Wonwoo ya no lo hacía, se había acomodado en el sofá otra vez.

—Da igual, no importa —Wonwoo mordió su labio inferior, cerró sus ojos—. Has como si no te hubiera hecho la pregunta, lo siento por molestarte.

Después de lo que dijo Wonwoo ninguno de los dos se animó a entablar otra conversación, el ambiente se había vuelto pesado y triste. A malas transcurrió una hora, Minhee se levantó lloriqueando, pero cuando vio a Wonwoo esperándola con una bella sonrisa corrió de inmediato hacia él. Mingyu no los interrumpió, permaneció sumergido en el mundo de los libros intentando olvidar todo lo que Wonwoo le dijo con tanta crudeza.

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espero que les guste!

kdl-

𝙏𝙍𝙊𝙐𝙑𝘼𝙄𝙇𝙇𝙀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora