capítulo siete

939 127 13
                                    


Fue sencillo llevar a Minhee a la escuela, lo que fue difícil fue él dirigirse a la suya. No quería ir, no quería verle la cara a nadie ni mucho menos tener que tragarse toda la mierda que se ingeniaban para decirle. Pero se lo había prometido a su abuela, no podía defraudar a la única persona que lo ama y confía en él.

Wonwoo suspiró, cayendo en cuenta de que se estaba aproximando a su parada, sostuvo su mochila con fuerza pensando muy profundamente en si era necesario estudiar y tener un futuro, soltó otro suspiro levantándose del asiento presionando el botón a su izquierda. Sí, era necesario estudiar para tener un futuro del que pueda sacar provecho y ayudar a su abuela en todo lo que esté a su alcance.

Se bajó del transporte, divisando desde la calle de enfrente la escuela. Varios alumnos ya estaban ingresando, a los lejos divisó la cabellera rubia del mentiroso-idiota-bastardo de Chanwoo. Guardó sus manos en los bolsillos de su pantalón y luego de que el semáforo haya cambiado al verde cruzó, los audífonos en sus oídos lo mantenían tranquilo, aislado de pensamientos podridos que alimentaran un posible mal humor. Su expresión era neutra, demostrando la falta de ganas de incluso vivir.

Su mundo reinado por la tranquilidad se vio interrumpido por alguien que, aparentemente, lo había llamado varias veces desde la lejanía, éste golpeó su hombro. Se quitó un solo auricular mirando a su costado.

—Yah, ¿a qué volumen está tu música? —el sonriente-raro Junhui dijo una vez que recuperó el aire, se ve que había corrido cierta distancia para alcanzarlo. —Buenos días.

—Buenos días... —Wonwoo respondió, una mueca se plantó en sus labios. Comenzaron a caminar directo a la entrada de la escuela, Jun hablándole de distintas cosas en el camino.

—¿Tú qué hiciste ayer? —preguntó una vez merodeaban por los pasillos poblados de gente, Wonwoo buscando su taquilla.

—Escapé de casa. —respondió sin una pizca de interés, se acercó a su casillero cuando lo encontró. Junhui estaba sorprendido.

—Oh... —Junhui lo miraba mientras el azabache sacaba y metía libros, su rostro sombrío le decía todo pero aún así decidió preguntar. —¿Está todo bien?

—Sí. —Wonwoo levantó sus hombros restándole importancia—. O no, no lo sé. Por algo escapé...

—¿Dónde te estás quedando?

—En casa de mi abuela. —cerró la puerta de metal, ésta resonó fuerte haciendo eco. —No es muy lejos de aquí.

Reanudaron su caminata en dirección al aula, Junhui continuaba haciendo preguntas acerca de lo anterior mencionado y Wonwoo respondía sin problema, no creía que haya inconveniente contarle un poco de su vida cuando él ya había resumido la suya en cinco minutos ni bien se reunieron en la entrada. Junhui se sentó junto a él.

—Nos conocemos hace poco, lo sé, pero puedes contar conmigo. —el rubio atribuyó con una sonrisa. —Soy fiable, si eso te sirve de algo.

—Gracias, supongo...—el pelinegro se encogió de hombros. —Uhm, creo que deberías- uhm, poner atención-

Buenos días clase.

Allí. —finalizó con un suspiro Wonwoo. Junhui asintió y regresó a sus cosas.

La primera clase del día pasó rápida y, como siempre, aburrida. La profesora escribió cosas en la pizarra relacionadas con próximos exámenes, asignó hacia el final de la clase una pequeña investigación de lo que habían estado viendo en su hora, nada fuera de lo normal . En el momento del receso se les acercó un chico que, Wonwoo en particular, no conocía pero Junhui al parecer sí. Por alguna razón se sentía tímido, no era muy bueno tratando con nuevas personas, apenas puede lidiar con Junhui.

𝙏𝙍𝙊𝙐𝙑𝘼𝙄𝙇𝙇𝙀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora