𝓬𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓽𝓻𝓮𝓲𝓷𝓽𝓪 𝔂 𝓬𝓾𝓪𝓽𝓻𝓸.

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Wonwoo se encontraba en la escuela en compañía de los mismos chicos de siempre, se habían convertido en un raro grupo de amigos del que extrañamente casi todos hablaban. No sabía cómo sucedió eso y tenía que admitir que se sentía —a veces— sofocado por tantas miradas, aunque sabía que todo eso era gracias a Jeonghan, Joshua y el nuevo Junhui con cabello castaño claro, ellos eran quienes resaltaban cada vez que caminaban por los pasillos. Wonwoo, para sus amigos, era igual de brillante y hermoso, pero lamentablemente él era el único que no quería reconocerlo.

Como habían planeado desde hace ya dos meses con el personal del consejo estudiantil, hoy por fin era el día del evento que tanto estuvieron preparando. Se trataba algo así como un regalo de bienvenida a los nuevos estudiantes de preparatoria, y también incluía a alumnos de otras escuelas, pero solo era para empatizar con ellos así que en realidad no importaba mucho. Lo que sí importaba era que, ya que iba a ser un gran evento, Jeonghan decidió invitar a Seungcheol, Mingyu, Chan, Jihoon y Minghao.

Los del consejo habían elegido una temática especial acerca de cómo vestirse y presentarse ante el público, y Wonwoo en ese momento no podía sentirse más incómodo con lo que tenía puesto. Jamás había vestido tantas rayas y cuadrados, no sabía ni siquiera de qué forma colocarse aquel gorro tan ridículo y lo más probable era que acabe lanzándolo a la basura. Si sus cálculos no le fallaban, llevaba más de quince minutos metido en el vestidor de hombres intentando buscarle la vuelta a lo que tenía puesto, y ni en los siguientes diez minutos logró convencerse de que se veía bien; por lo que se rindió.

—Maldita cosa inservible —espetó Wonwoo lanzando el gorro contra el espejo. Sus amigos lo estaban esperando afuera ya listos y él era el único idiota que aún estaba peleando con el estúpida gorro. Y aunque no quisiera vestirse así tenía la maldita obligación de hacerlo por la culpa de Junhui, ya que fue él quien los arrastró a esa tontería. Además, Jihyo (la presidenta del consejo estudiantil) fue la dueña de la idea de mostrarse de ésta manera porque así atraería a muchas personas, y lo mismo se aplicaba para las mujeres. No es como si le cayera mal o algo por el estilo, ¿pero quién diablos se vestiría tan ñoño? Eso era lo que no terminaba de caberle en la cabeza. Hasta donde estaba informado, este evento también se llevaría a cabo para recaudar fondos, entonces eso lo cargaba con mucha más responsabilidad sobre tener que lucir lindo y adorable para otras personas. 

¡Wonwoo! ¿Ya estás listo?

Pudo reconocer esa voz, era la de Jeonghan apurándolo. Antes de que pudiera alcanzar a responder el chico se había metido así sin más al vestidor. Incluso Jeonghan lucía el triple de adorable que cualquier otro día, no lo entendía.

—Algo así —Wonwoo respondió viéndolo a través del reflejo del espejo, el rubio lo miraba sin decir nada. Le preocupó su silencio, porque tal vez no estaba lo suficientemente presentable—. ¿Estoy mal, no es así?

—¡No, claro que no! —se apresuró Han en contestar, se acercó hasta él y colocó una mano en su espalda—. Estás muy lindo, ¿pero qué pasa que aún no sales?

—No lo sé —el tono de voz del pelinegro se había vuelto bajo—. No me siento seguro de que si luzco como se supone que esperan.

—Wonwoo —Jeonghan cambió el lugar de sus manos y lo sujetó por los hombros—. Luces incluso más hermoso de lo que los demás esperan.

—No lo sé —volvió a decir Wonwoo.

—Mira —Han lo volteó quedando frente a frente, el pelinegro lo vio a los ojos y el rubio en un instante le brindó una de sus encantadoras sonrisas—. No pienses que solo tienes que verte lindo porque hay muchas personas, piensa en que solo para una de ellas debes verte lindo.

𝙏𝙍𝙊𝙐𝙑𝘼𝙄𝙇𝙇𝙀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora