capítulo dos.

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—Sí. Estoy bien. —Wonwoo se tomó el tiempo necesario para analizar a la persona que estaba parada frente a él, ofreciéndole su mano para ayudarlo a ponerse de pie. —Gracias... —él aceptó estrechando su mano y el contrario de un tirón logró que Wonwoo se parara.

—En mi primer día ya presencié una pelea.

—Qué lindo, ¿no? —sarcástico contestó. —¿Y tú de donde saliste?

—Como dije, hoy es mi primer día. Mi nombre es Wen Junhui, puedes decirme Jun si quieres. —el chico sonrió permitiendo apreciar su deslumbrante dentadura. —¿Cuál es tu nombre?

—Jeon Wonwoo. —el pelinegro respondió sin muchas ganas. Junhui no esperaba que le contestara de una manera tan seca.

—¿Jeon Wonwoo? ¡Estoy en tu misma clase!

—¿Qué? —el pelinegro al hacer oídos sordos no escuchaba del todo las palabras del chico y aquello lo había sorprendido.

—Hoy te nombraron, pero no apareciste. ¿Te levantaste tarde? —Junhui a diferencia de él era muy charlatán y Wonwoo no estaba acostumbrado a ello.

—Como puedes ver, sí.

Wonwoo después de responder esa pregunta, acomodó su mochila y comenzó a caminar dispuesto a irse al salón de clase, presentía que el chico continuaría haciéndole preguntas, y si antes de llegar a la escuela estaba de mal humor, justo ahora estaba en su nivel máximo. El alto se apresuró en seguir el paso del pelinegro, y hasta que no llegaron no se le separó ni un segundo. No es como si a Wonwoo le molestara —porque nadie había estado cerca de él más de dos minutos—, pero la mala costumbre de siempre andar solo la mayor parte del tiempo no se adaptaba al nuevo chico.

Wonwoo se sentó en su lugar que era en el fondo del salón, tiró su mochila al suelo y se inclinó en la mesa con sus brazos haciendo de almohada. Las asignaturas no se le daban muy bien y prefería evitarlas.

—¿En serio eres de los chicos que no hacen nada? —aquella vocecilla otra vez zumbaba en su oído. Sin embargo, no respondió, no le apetecía hacerlo. —¿Cómo pretendes ingresar a una buena universidad? Sé que la escuela es difícil, per-

—Ah, ¿que no te enseñaron a no entrometerte en la vida de los demás? —furioso alza su vista, con la paciencia por debajo de 0.

—¡Hey, no te enojes! —al parecer se lo tomaba con más humor de lo que esperaba. —Todos somos curiosos.

—Pero nadie tanto como tú.

—¡Exactamente! Soy el rey de los curiosos. —con orgullo hablaba, algo que a Wonwoo en ese casto momento le agradaba pero nunca iba admitir.

—¿Puedes sentarte? El profesor en cualquier momento vendrá y no quiero que me regañen por tu culpa. —Wonwoo volvió a la misma posición de antes, escuchando como segundos después Junhui se fue a su respectivo asiento.

Como él había dicho antes, el profesor llegó. A pesar de estar en esa posición ponía atención a las palabras que dictaba, sin embargo, la atención fue sobre puesta en él cuando el profesor golpea con dos toques su mesa.

—Jeon Wonwoo. ¿Usted a que viene la escuela? —su pregunta provoca un silencio sepulcral en el aula. No obstante, no respondió. —Si asiste solo para dormir le recomiendo que mejor se quede en su casa, en esta institución no mantenemos vagos.

—Lo mismo dicen en mi casa. Si me echan de ahí, ¿adónde más espera que vaya? —Wonwoo trató de sonar neutro. —Lo siento...—inclinó su cabeza.

—Lo que suceda en su casa no es problema mío. —sin ceder al regaño el profesor continuó. — Usted debería ser como su hermano, ¡aprenda de él! Y las cosas le irán mejor.

𝙏𝙍𝙊𝙐𝙑𝘼𝙄𝙇𝙇𝙀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora