epílogo.

764 77 28
                                    


Habían pasado menos de dos años desde que Wonwoo y Mingyu decidieron juntarse como pareja, donde aprendieron un poco más del otro y pacientemente esperaban a conocerse aún más. Minhee crecía lentamente sana y fuerte, rodeada de personas que iluminaban su mundo y le expandían sus horizontes a grandes experiencias a sus apenas siete años; para su corta edad le había dejado de importar lo que decían los demás. Aprendió a vivir con lo que le hacía felíz y aquello la ayudó a librarse de ciertas molestias en su cabeza. Tal vez para otros niños a sus siete años era muy común sentirse intimidados por el mundo, pero Minhee extrañamente era diferente en ese aspecto.

Wonwoo estaba apunto de terminar la secundaria, gracias al constante apoyo que recibía de su abuelita y de su pequeño grupo de amigos, él pudo reconocer el valor de estudiar y hasta ahora no se detuvo. Hasta él mismo se sorprendía de lo inteligente que podía llegar a hacer, pero sin embargo, el comentario que mencionaba que jamás estaría o alcanzaría a su hermanastro siempre estaba rebotando por las paredes. Wonwoo ya no se dejaría llevar por eso, estaba cansado de sentirse incapaz a causa de que siempre lo tachaban como la sombra de Chanwoo, él era mucho más que eso y en esta temporada de buenas rachas lo estaba demostrando. Con respecto a su padre, él aún no volvía, pero se mensajeaban cada tanto y Wonwoo mentiría si dijera que no es reconfortante.

Mingyu, por su parte, consiguió un trabajo en el que se sentía cómodo y a gusto, por fin. Sus estudios aún continuaba en pie; aunque, en realidad, no faltaba mucho para terminar su carrera. Se sentía automáticamente recargado cuando tenía clases temprano en la mañana y veía a Wonwoo durmiendo plácidamente en la misma cama que él, a veces vestido, a veces desnudo, pero siempre luciendo hermoso. Wonwoo formaba de manera maravillosa un gran porcentaje para que su día sea simplemente bueno, podía transformar en segundos un mal día en uno hermoso con tan solo sonreír, y estaba muy agradecido.

En cuanto a sus amigos; Jun se había ido a China para estudiar y ni siquiera Wonwoo sabía cuándo volvería, y eso se convirtió en un sentimiento pesado para Minghao, quien había aprendido —antes de que partiera sin avisarle— a quererlo de una manera distinta. Tal vez al principio no le daba mucha importancia a este asunto porque apenas conocía al muchacho, pero con el pasar del tiempo y las constantes visitas que hacía a la cafetería, sus coqueteos sutiles y vergonzosos, él adquirió un sentimiento que lo llevó a comprender que olvidarlo no iba a ser fácil. ¿Quién sabía cuándo iban a volver a verse?

Por otro lado, la pareja que no sorprendió a nadie fue la de Seungcheol y Jeonghan. Ellos habían acordado primero tomar las cosas con calma, que la noticia sea solamente entre ellos, un secreto; aunque cuando llegó el día que decidieron anunciarlo públicamente, los únicos que no sabían que ya se habían expuesto así mismos abiertamente y sin darse cuenta, eran ellos. Todos sus amigos estaban perfectamente informados de su relación, principalmente porque eran muy obvios, y si no eran pareja habrían pensado que son amantes. La evidencia que terminó de confirmar esa suposición —que en gran parte ya estaba confirmada— fue cuando Chan accidentalmente los vio besarse, y por obviedad lo contó, aclarando que fue un accidente. No es como si le encantara ser un metiche o algo por el estilo, pero es que hablando sinceramente apreciaba mucho a Seungcheol, más de lo que quisiera, y que de un día para otro lo viera besarse con otra persona que sabía con anticipación que le gustaba, fue un poco chocante para él. Entendió que su relación de dongsaeng y hyung no pasaría más allá que la de buenos amigos.

Actualmente, estaba cada uno en su mundo. Wonwoo Chan, Seungcheol y Minghao estaban trabajando, mientras que Joshua y Jeonghan les hacían compañía. Mingyu y Jihoon a la salida de la universidad habían ido a buscar a Minhee, y hasta ahora no habían aparecido. Wonwoo no tenía nada de qué preocuparse realmente, pero no negaría que los echaba de menos. Estar en una relación con él había sido un poco diferente a como la había imaginado, o como siempre tendía a ver u oír de los demás. Sin embargo, estaba conforme. Si bien no se veían todos los días a pesar de que sus hogares quedaran prácticamente pegados, aquello les servía para extrañarse y no perder la paciencia con el otro si en algún momento de sus vidas decidían vivir juntos, o si seguían siendo novios.

𝙏𝙍𝙊𝙐𝙑𝘼𝙄𝙇𝙇𝙀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora