𝓬𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓿𝓮𝓲𝓷𝓽𝓲𝓾𝓷𝓸.

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*atención¡!

cambié un personaje, el hermano
mayor de Wonwoo ya no va a ser
Namjoon, sino Chanwoo, un personaje sin identidad establecida.

Gracias por leer.*

Esta vez el parque sí estaba repleto de personas, habían familias jugando con sus hijos y parejas sentadas sobre mantas en el césped. Ellos lograron conseguir una banca donde situarse, mientras observaban a Minhee divertirse en los juegos. El ambiente entre Mingyu y Wonwoo era tenso e incómodo, ninguno de los dos se había atrevido a articular una sola palabra durante el camino porque no estaban seguros de cómo empezar, pero no se iban a ir de allí hasta solucionar lo pendiente.

—¿Cómo h-has estado? —fue sorprendente para Mingyu que el pelinegro iniciara la conversación, incluso lo fue para Wonwoo.

—Bien, creo —el mayor respondió centrando su vista en sus manos—. ¿Y tú?

—Bien —Wonwoo jamás había utilizado un tono de voz tan agudo como ese, pero no podía evitarlo, estaba tan nervioso que no controlaba lo que hacía. Mingyu, por otro lado, sentía su corazón latir velozmente en su pecho cuando oyó a Wonwoo hablar tan inocente y pequeño, se contuvo a gritar.

—¿Tú abuela cómo está?

—Ella está bien —el menor permanecía quieto en su lugar, mirando hacia el frente en algún punto muerto en el parque—. Ayer fuimos a uno de sus controles y está bien. Aunque- no lo sé, la siento extraña.

—¿Por qué? —Mingyu no esperaba este tema de conversación, pero si se trataba del pelinegro lo escucharía con mucho gusto—. Claro, si quieres decirme.

El pelinegro lo miró de soslayo, sintiéndose tímido cuando vió que el mayor lo estaba mirando fijamente. Pudo haberlo disimulado, ¿pero para qué hacerlo? No se habían visto por más de una semana y podía asegurar de que el menor se había vuelto más hermoso, si es que eso era posible.

—Ella tiende a olvidarse de las cosas, pero al instante las recuerda y hace como si nada hubiera ocurrido —Wonwoo contaba mientras que el adverso se encargaba de grabar el bello perfil que tenía—. Pero, hace unos días siento que se volvió un poco más grave.

Si bien no era el rumbo que buscaban para la conversación, en el momento que Wonwoo se entristeció de repente hizo que se olvidaran la razón por la que habían ido allí, cambiando el ambiente a uno más pacífico.

—Mi abuela, ella, es lo único que me queda —el menor infló sus mejillas en un intento de alejar la picazón en sus ojos—. No puedo contar con nadie más, a menos que sea ella, y si algún día llegara a olvidarme.... no sé. No quiero imaginarlo.

—Ya veo... —Mingyu respondió luego de que el pelinegro acabara de hablar—. Tal vez no debas pensarlo demasiado, digo, creo que tienes que pasar el mayor tiempo con ella sin pensar en que aquello podría pasar. A la abuela Jeon la conozco lo suficiente, es una persona muy fuerte.

—Lo sé —el menor exhaló—. En fin, ¿cómo vas tú con la universidad? ¿Minhee está bien?

—¿Yo? —el gigante elevó sus cejas sorprendido porque Wonwoo seguía preguntando por él, se sentía emocionado—. La semana que viene son los trimestrales, estuve estudiando mucho y creo que puedo aprobar. Con respecto a Minhee, ella está bien, hace sus tareas casi siempre sola aunque intento darle una mano cada vez que puedo. Ella lo está haciendo bien.

—Minhee es muy inteligente —Wonwoo sonrió apenas, localizando a la niña que jugaba muy feliz en los toboganes. Era un alivio oír que su ausencia no influyó en la vida de la pequeña, se sentiría horrible si escuchara que estuvo triste o algo parecido. Aunque si lo pensaba mejor, no creía ser tan importante para ella como lo es Mingyu o lo fue Chanwoo.

𝙏𝙍𝙊𝙐𝙑𝘼𝙄𝙇𝙇𝙀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora