𝓬𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓿𝓮𝓲𝓷𝓽𝓲𝓬𝓾𝓪𝓽𝓻𝓸.

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Wonwoo se iba despertando poco a poco, al final convirtiéndose en algo casi imposible. Su cabeza le dolía, le dolía mucho, se maldecía por tener que ser tan extremista a la hora de beber. Había tenido una discusión consigo mismo para que justamente esto no sucediera, fue en vano. Ahora mismo se le partía la cabeza en dos y sentía espantosas nauseas.

Fue abriendo sus ojos lentamente, acostumbrándose a la escasa luz que desde la ventana entraba, pero algo no andaba bien ahí. El techo, ese no era el techo de la casa de su abuela.

Con fuerzas que no sabía que en ese momento podía tener, se sentó en el colchón recostándose en la cabecera de la cama, ese lugar no era el hogar de su abuela, exhaló. Ese lugar era el que odiaba con todo su corazón: su habitación. Le daba escalofríos estar allí, mucho más temor le daba la ola de recuerdos que le trajo cada esquina de aquel cuarto deprimente.

¿Cómo diablos había llegado ahí? Le encantaría saberlo para cuando se recupere golpear a la persona que se le ocurrió traerlo allí.

No había palabra que pudiera describir cuanto odiaba ese espacio, y si la hubiera definitivamente no sería suficiente. Estaba sentado en la cama donde derramó cientos de lágrimas sin recibir consuelo, estaba respirando el mismo aire que alguna vez pensó dejar de inhalar, estaba reviviendo los momentos que alguna vez lo condujeron a querer abandonar este mundo para siempre.

Wonwoo saltó de la cama ni bien sintió esa sensación cosquilleante en su nariz, la del llanto. Tomó sus cosas —las pocas que había llevado el día anterior— y se fue de ese cuarto. La casa estaba en absoluto silencio, o eso quiso creer, cuando bajaba las escaleras pudo oír una conversación que terminó de hacerlo sentir miserable.

—Él también es tu hijo y esta también es su hogar, mamá. Tiene derecho a dormir en su habitación.

Ese chico no es mi hijo y lo sabes, Chanwoo.

—Lo sé, pero no lo tienes que andar repitiendo. Cuando se despierte se irá.

—No entiendo qué es lo que está mal con él.

—¿A qué te refieres?

—Siempre intentamos darle todo igual que a ti y aún así hace lo que quiere. No hay día en el que ese chico no me haga enojar. Peleamos con tu padre porque él dice que por mi culpa Wonwoo es así, pero aún así él no hace nada al respecto y me carga con ese peso a mi sola  —la mujer contaba comenzando a enfurecerse. Sin embargo, Chanwoo quería detenerla y ser él quien hable y aclare algunas cosas, pero no podía interrumpir a su madre—. Lo que siempre deseé era que, por un segundo, Wonwoo nos hiciera caso a tu padre y a mi, que sea obediente, que sea como tú.

—Mamá-

—Pero no lo hizo, jamás lo hizo. No colaboró ni un poco aquí ni mucho menos en la escuela —la señora Jeon suspiró—. Gracias Chanwoo por no ser como él y decepcionarnos, si Wonwoo reflexionara un poco se daría cuenta de la maravillosa persona que eres. Además sabes que con tu padre estamos en una posición difícil e importante en el trabajo y que por eso no podemos lidiar con otros problemas.

—Sí, mamá, pero-

Wonwoo había tenido suficiente de esa estúpida conversación. Se levantó de las escaleras en donde se había derrumbado hace unos segundos tras haber oído que era una decepción para su familia, otra vez. Luego de haber aterrizado en el primer piso ignoró completamente a aquellos dos que, tarde, se habían dado cuenta de la presencia del menor, Wonwoo abandonó la casa.

Mientras caminaba hacia alguna parte —no estaba consciente a dónde se dirigía— podía sentir el flaqueo en sus piernas, se hallaba tan devastado en ese momento que no podía siquiera pensar con claridad un destino para ir. Sin embargo, una llamada a su celular lo quitó de su mundo desorientado.

𝙏𝙍𝙊𝙐𝙑𝘼𝙄𝙇𝙇𝙀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora