𝓬𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓿𝓮𝓲𝓷𝓽𝓲𝓼é𝓲𝓼.

755 92 12
                                    


A lo que Mingyu se refería con "cumplir una promesa" era que Wonwoo debía invitarlo a comer, solos, sin Minhee. La primera vez que había leído el mensaje del menor había quedado asombrado —como también emocionado— porque ellos no salían a ningún lado sin la pequeña, no les agradaba la idea de dejarla con otra persona o pedirle a la abuela Jeon que la cuidara, ella ya era muy anciana y a Mingyu le daba vergüenza continuar pidiéndole favores; sin embargo, al re-leer el texto fue en lo que menos pensó en ese momento, había aceptado así sin más.

Wonwoo al enterarse de lo que le había pedido al mayor se llevó un gran alivio, temía cometer una estupidez y decirle cualquier tontería que lo obligara a coserse la boca para no beber núnca más.

—Por favor —Mingyu pedía juntando sus manos, suplicando—. Es solo por unas horas.

—¿Me viste cara de niñera o qué mierda, Mingyu? —el pelirrojo respondió totalmente negado a tal cosa, estaban en la cafetería donde habían comenzado a frecuentar con otros amigos, cada uno con un propósito allí—. Te dije que hoy estoy ocupado.

—Qué malo eres —Jeonghan se unió a la conversación de los mayores—. Te lo está pidiendo por favor, abuelito.

—Ah, si, mira, no estoy hablando contigo —Jihoon rodeo sus ojos, el rubio le sacó la lengua—. ¿Por qué no se lo pides a Seungcheol?

—Porque él no va a querer —Mingyu lloriqueaba mientras hacía pucheros—. Por favor.

—¿Por qué no va a querer? —Jeonghan preguntó.

—No lo sé —el castaño exhaló, volteando a ver al mostrador donde Wonwoo tomaba la orden de un cliente, luciendo más lindo de lo usual. Mingyu quería ponerse a llorar.

—Escucha, te diré algo Mingyu —Jeonghan se acercó más al lado del mayor, apoyó una mano en su hombro. Jihoon frunció su ceño preguntándose qué era lo que de traía ese niño—. Hoy íbamos a salir con Cheol a ver una película, pero puedo hacer una excepción y traer a la niña con nosotros.

—¿En serio? —Mingyu respondió el instante sintiendo una enorme alegría.

—Sí —el rubio sonrió encantador.

—¿Lo dices de veras? —el mayor lo apuntó, el adverso asintió—. Júralo.

—Lo digo de veritas —Han levantó una mano en el aire jurando que sus palabras eran ciertas.

—¡Gracias, gracias, gracias! —Mingyu no pudo evitar abrazar a Jeonghan debido a la emoción que sentía, el chico en sus brazos reía diciendo que no era nada mientras que Jihoon los miraba con mala cara.

Por otro lado, Wonwoo estaba preparando el pedido del cliente, muy concentrado. No faltaban muchas horas, o tal vez minutos no estaba seguro, para que su turno acabara. Tuvo un día bastante complicado debido a que en la escuela se estaba acercando el segundo evento festivo —el primero se lo salteó— y Junhui no tuvo la mejor idea que anotarlos para participar en los preparativos, desde entonces está demasiado ocupado y cansado. Pero en la noche tendría una cena con la persona que, inevitablemente, le hacía sentir cosquillas en su pancita y latir el corazón a velocidades que creía anormales.

—Me duele la espalda —Minghao se quejó detrás de él, estaba lavando algunas tazas y platos.

—¿Por qué? —Wonwoo preguntó colocándose a su lado, apoyando su cadera en la encimera—. ¿Hiciste trabajo pesado o algo?

—Chan me hizo cargarlo desde la escuela hasta aquí como consecuencia por haberme cuidado el día que fuimos a beber —Ming respondió en un tono cansado—. ¿Se piensa que pesa como una pluma? Sin duda fue como cargar a una súper piedra en mi espalda.

𝙏𝙍𝙊𝙐𝙑𝘼𝙄𝙇𝙇𝙀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora