Cuando Jimena, una chica enamoradiza, se encuentra nuevamente frente al desamor, le llega un extraño mensaje, indicándole que el gran amor de su vida ya lo ha besado.
¿Qué puede hacer ahora para saber cuál de todos es?
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Esa misma noche salieron. Catalina le presentó a alguno amigos, pero ningún de ellos llamó realmente su atención. Catalina tenía amigos que no buscaban tener una relación seria, eran como ella en el tema sentimental y para Jimena ese es un punto muy importante, aún no quería comenzar nada nuevo, pero si algo salía de este encuentro, quería estar segura de que ambos estarían en la misma página. Así que después de unas charlas desinteresadas con ellos, decidió ir a refrescarse un rato al baño.
Una mujer de cabello largo se miraba extrañamente al espejo, esperando buscar alguna clase de respuesta en su rostro.
'Seguro está un poco pasada de copas' pensó Jimena, y abrió el agua del lavamanos de al lado.
—A vos te estaba esperando —le dijo ella, mirándola a través del espejo.
Jimena la miró de la misma manera, pero no respondió nada. Continuó buscando en su bolso el labial para darse un retoque.
—Hoy los arcanos me han ordenado que te de un mensaje, y tiene que ver con un tema que te interesa, pero solo puedo decírtelo sin estás dispuesta a escucharlo.
La mujer respiraba agitadamente, y de vez en cuando ponía sus ojos en blanco. Jimena se asustó un poco, más aún cuando la agarró del brazo derecho.
—Y ¿cuál es ese tema? —preguntó a modo de distraerla un poco para poder salir corriendo del baño.
—El amor, ese amor que tanto estás buscando.
No se diga más, ahora ya no le daba miedo, ahora esta extraña mujer tenía toda su atención.
—¿Cuál es el mensaje? —preguntó mirándola a los ojos.
La mujer esbozó una amplia sonrisa, miró a Jimena con delicadeza y luego habló internando su mirada con la de ella.
—Tu gran amor, ese que buscas incansablemente, lo dejaste escapar.
—¿Emanuel? —preguntó Jimena abriendo los ojos de par en par por el asombro.
—No sé nada de nombres, solo me han dicho que ya lo has besado, y ese primer beso fue eléctrico, asombroso, mágico.
Demonios, con los enamoradiza que era, todos los primeros besos los había considerado mágicos y asombrosos.
—¿Entonces debo volver con él? —preguntó anonadada olvidado el dolor que Emanuel le había causado.
Ella achinó los ojos.
—Has besado a muchos ¿no? No se quien sea tu gran amor, solo busca al que te hizo sentir así —dijo dándose la vuelta para salir del baño.
DEMONIOS.
—Pero ... —dijo intentando retenerla para que le diga algo mas.
—Muchacha, deja ya de besar sapos, y busca al tuyo para ayudarlo a convertirse en el príncipe que es.
—Entonces, ¿es Emanuel o no? Quiero decir, es mi último ex —exclamó al borde del colapso.
—Como te dije no se nada de nombres.
Se dió la vuelta y salió del baño.
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