3. Se acabó la fiesta

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Jimena se quedó ahí

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Jimena se quedó ahí. Fría. ¿Se estaba haciendo la burla de ella?

¿Volver con Emanuel? ¿Volver con alguno de sus ex? Si algo la había caracterizado, era que para ella, terminar es sin duda el fin de todo. Nunca ha sido de esas que andan dando segundas o terceras oportunidades, por más dolida que se encuentre, por más que los extrañase y le partiera el alma pensar en ellos.

Salió del baño y se dirigió hacia la mesa de Catalina y sus amigos.

—Estás bien —le preguntó Catalina al verla— parece que has visto un fantasma ¿No te habrás encontrado con el innombrable, no?

—Peor —exclamó con un hilo de voz.

—¿Qué? —preguntó ella, quien al parecer, por la música fuerte no llegó a escucharla.

—Creo que tengo que volver con él —dijo.

—¿Vos estás loca? ¿Qué consumiste? —dijo ahora centrando toda su atención en su amiga.

—Lo siento, tengo que irme —dijo tomando su chaqueta que había dejado en unas de las sillas, y se dirigió hacia la salida.

¿Emanuel? ¿Será Emanuel? Tomó el celular y marcó su número. Sonó un par de veces, antes de que Catalina le quite el teléfono y cuelgue la llamada.

—¿Qué demonios te pasa Jimena? Se supone que tenés que olvidarte de ese tipo, no volver con el ¿acaso tengo que recordarte lo que hizo?

Sus palabras sonaban como lanzas de hielo para Jimena. Sabía perfectamente lo que había hecho Emanuel, era consciente que en ese momento lo aborrecía. Pero quizás el tiempo le ayude a olvidar y se vuelva a enamorar.

—Creo que es mi alma gemela, y creo que tengo que darle una oportunidad —dijo Jimena intentando convencerse a mí misma de que así era.

Catalina alzó las manos. La miró con desaprobación.

—Se acabó la fiesta —le dijo, ahora agarrándole de la muñeca—nos vamos ya mismo.

Al llegar al departamento, el alcohol que había tomado se le volvió a la cabeza, pero no tardó mucho en dormirse. 

Cansada de besar saposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora