Cuando Jimena, una chica enamoradiza, se encuentra nuevamente frente al desamor, le llega un extraño mensaje, indicándole que el gran amor de su vida ya lo ha besado.
¿Qué puede hacer ahora para saber cuál de todos es?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Amiga, quiero una descripción detallada, te fuiste y no me dijiste a donde, y tu teléfono muerto, así que más te vale que haya sido bueno —dijo Catalina al llegar al departamento de Jimena esa misma noche.
Jimena sin hacerse de rogar comenzó a contar, sin darse cuenta de que de alguna manera sonaba emocionada.
—...el lugar lindísimo, un restaurant tipo country, con decoración vintage, el paisaje bellísimo, la comida ni se diga, y lo más importante demostró que no me estaba mintiendo, que todo fue un mal entendido... y me propuso ser su amiga.
—¿Qué? —dijo Catalina quien se quedó colgada con la última parte de la historia.
—Eso, me propuso ser su amiga y punto —dijo mordiéndose el labio inferior, al ver el rostro de su amiga a Jimena sele acentuaron aún más sus dudas. Al decirlo en voz alta se dio cuenta de la realidad.
—Ajá, ya, algo se trae este tipo entre manos, te lo dijo ahora mismo —dijo Catalina apuntándole con el dedo, mientras tomaba un vaso y servía un poco de agua.
—No en serio, me dijo que sea su amiga y nada más, él necesita una amiga y yo un amigo. Así que me parece bien.
—Claro, vos necesitas uno con derecho a roce —dijo esbozando una pequeña y pícara sonrisa mientras tomaba un sorbo de agua.
—Ya Cata, por Dios, no todo tiene que ser físico en la vida —dijo Jimena volviendo los ojos en blanco.
—Lo físico, y escúchame bien, lo físico es más importante, es aún más importe que la física y la química en una pareja.
—Pero que solo vamos a ser amigos, nada de pareja.
—A ver, analicemos un poco para ver si llego a entrar en tu lógica, o vos en la mía, te trajo un montononón de tarjetas y una rosa, te llevó a almorzar a un lugar bellísimo prácticamente secuestrada a voluntad propia, y después me decís que ¿solo quiere ser tu amigo? o es gay o esconde algo, más claro agua querida.
Jimena sabía todo eso, pero quería creer con todas sus fuerzas que José Luis realmente estaba buscando su amistad y no aprovecharse de ella.
Después de unos cuatro días, Emanuel estaba sentado comiendo una hamburguesa, mientras conversaba con Fabricio.
—Le mandé el ramo de rosas, más de 30 mensajitos y nada, no me contesta.
—Y qué esperas, seguramente ha tenido unos días muy agitados con su nuevo noviecito —dijo Fabricio riédose.
—No comencés, no hables así que todavía ella es mi novia, yo sigo en el juego, puedo patear unos cuantos goles más.
—¿Vos no te das cuenta que ya te sacó la roja, ya estas fuera? Jimena no es una chica tonta. Además, ya salió con otro, y si no te contesta es porque todavía debe seguir disfrutando ¿no te parece?
Emanuel abrió los ojos de par en par. Parece ser que recién cayo en cuenta.
—Eso nunca —dijo mientras daba un mordisco a su hamburguesa.
Por otro lado en casa de Jose Luis, éste estaba discutiendo con su hermana.
—... que no hay tiempo Jose Luis, no hay tiempo para que estés entablando una amistad, tenés que casarte ¿entendés? las condiciones son claras, sin matrimonio no hay herencia para nadie, nos quedamos todos en la cochina calle —dijo Sofía mientras intentaba hacer que su hermano entrara en razón.
—Claro, como no sos vos la que se tiene que casar no te preocupás —dijo José Luis frunciendo el ceño.
—Si fuera yo, no la pensaría dos veces, me casaba en un dos por tres, y con cualquiera.
—Bueno, pero yo no soy vos, para mí es un algo grande, no puedo estar buscando como loco a alguien que de la nada se quiera casar conmigo.
Ambos hacen un silencio incómodo.
—A ver decime, mientras estabas viviendo afuera ¿no tenías una noviecita? ¿o sos de mi equipo?
—¿Qué? ¿qué queres decir con de tu equipo? —dijo José Luis ladeando un poco la cabeza y cerrando un poco los ojos tratando de comprender lo que su hermana le intentaba decir.
—No te hagas el tonto ¿te gustan los hombres?
—¿Vos estás loca? No tengo nada contra los gais, pero me gustan las mujeres, me gusta Jimena, y sí tenía una novia, pero con ella no me caso aunque fuera la ultima opción que me quedara, antes renuncio a la herencia.
—José Luis, no es momento para guardar rencores, reconciliate con tu ex y listo, si querés la dejas después de seis meses.
—Sofía, déjame, es mi vida, mi felicidad la que está en juego —dijo cerrando los puños.
—Sí, pero también es mi vida, mi futuro y mi felicidad y la de Pablito. Si te gusta Jimena ¿porque demonios le dijiste que solo querías ser su amigo? —preguntó alzando la voz.
—Porque ella está saliendo de una relación, yo no puedo ser tan desconsiderado como para conocerla y después decirle, ¡Oye cásate conmigo!
—¿Y no sos desconsiderado con Pablito y conmigo?
—Desconsiderados son papá y mamá, ¿cómo van a poner esa estúpida condición para poder cobrar la herencia? —dijo José Luis levantándose de la mesa molesto y dejando a su hermana hablando sola.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.