28. Nueva etapa

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Alberto examina a Jimena, ésta estaba en cama, cansada, Catalina también en el cuarto

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Alberto examina a Jimena, ésta estaba en cama, cansada, Catalina también en el cuarto.

—Se te bajó un poco el azúcar, otra vez vas a tener que tener en tu cartera algún dulce. Pero que bueno saber que no estas embarazada, al menos no de ese engendro. ¿Aún no entiendo qué fue lo que le viste?

—Lo mismo le decía yo —dijo Catalina.

—¿Podemos no hablar de él, por favor?

—Claro, descansá ahora y mejor si no vas a trabajar hoy.

—Imposible, ya me falta personal de cocina, no puedo darme el lujo de enfermarme, ni de faltar nuevamente.

—Bueno, reponé algo de fuerzas, me llamás cualquier cosa.

Alberto y Catalina salieron del cuarto, cuando estaban en la sala este comienza a hablarle de manera sexy a medida que se aproximaba a ella 

—Entonces, ¿paso por vos mañana a las 9? —le preguntó Alberto a Catalina.

—Claro, voy a estar lista desde las 8:55.

—En serio, entonces que te parece si ganamos cinco minutos y voy a esa hora a tu... —la besa— y jugamos un rato —le da otro beso.

Jimena que se había levantado para tomar agua los ve.

—Vaya vaya, pero que bonito, ¿y cuándo me iba a enterar yo de esto? —pregunta con asombro.

Catalina empuja a Alberto y éste la abraza.

—Estamos probando que tal nos va —dijo Alberto.

—¿Desde cuándo? —preguntó Jimena curiosa

—Desde que me dejaste plantado para la cena —respondió su hermano

Catalina aún estaba nerviosa.

—¿Y entonces ustedes ...

Alberto y Catalina se miran y juntos responden.

—Si.

—Esto está mal, está muy mal —dijo Jimena rascándose la frente.

—¿Qué? ¿pero por qué? —preguntó Alberto.

—Porque vos sos mi hermano, y Catalina es mi mejor amiga, es como si fuera mi hermana, y que ustedes estén ... por Dios, son mis hermanos.

—No creo que a Dios le moleste —dijo Alberto abrazando a Catalina.

—Claro, a Dios no le molesta, porque el perdona todo, pero ...

—No te preocupes, lo que pasa es que está un poco sensible, deben ser las hormas del falso embarazo que la tienen así —dijo Catalina haciéndose la burla de su amiga.

—Si eso debe ser —dijo Alberto.

—Claro, sigan burlándose de mí —dijo Jimena que fue a la heladera a sacar una botella de agua— solo espero que si lo de ustedes no funciona, no me pongan al medio, ni de mensajera, ni como pared divisoria. Y por favor ¿pueden dejar de besuquearse en frente mío? todavía mi estómago no está listo.

—Me voy, nos vemos mañana —dijo Alberto.

—Chau —le dijo Catalina que le limpió el labio a Alberto después del último beso.

—Chau Nena, ya sabes me llamas cualquier cosa —le dijo antes de cerrar la puerta del departamento.

Alberto salió y Catalina se sentó en el sillón, suspiró.

—Eso es nuevo en vos —le dijo Jimena.

—¿Qué cosa? —preguntó Catalina sin saber a qué se refería su amiga.

—Eso, el suspiro, el verlo más de una vez, los ojos brillantes, la sonrisa, todo, sos otra —dijo Jimena con una sonrisa y levantando las cejas.

—Bueno sí, la gente cambia —dijo mientras sus mejillas se sonrojaban.

—A ver si entiendo, ¿vos estás de novia con mi hermano?

—Novia son palabras mayores que todavía no me calzan, y me asustan, digamos que tenemos salidas regulares y nos llamamos constantemente, nos preocupamos el uno por el otro...

—Y está todo el día en tu mente, y te hace sonreír —dijo Jimena mientras le brillaban los ojos porque eso era lo que sentía por José Luis.

—Si eso también... mierda —concluyó Catalina abriendo los ojos por el asombro.

Jimena se rie y la abraza.

—Solo te voy a pedir una cosa. No le rompas el corazón, no hagas que se enamore de vos y después lo dejes sin una razón lógica.

—Decile eso a él, creo que necesito algo fuerte, ¿tenes wisky? ¿así es cómo se siente? ¿te quema todo?

—Wow, ¿en serio?

Catalina se sirvió wisky, ración doble y lo tomó de un solo trago.

—¿En qué momento pasó todo eso? ¿cómo fue que...

—Tranquila vas a estar bien —dijo Jimena abrazando a su amiga.

—Tranquila vas a estar bien —dijo Jimena abrazando a su amiga

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Cansada de besar saposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora