20. Entender al dolor

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Eran las 8:30 de la noche, Jimena estaba charlando con Catalina en su departamento y recibe una llamada al celular

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Eran las 8:30 de la noche, Jimena estaba charlando con Catalina en su departamento y recibe una llamada al celular.

—Jimena, no puedo llamarte mamá, porqué ahora la posibilidad de que seas mi mamá se están acabando —dijo el pequeño sollozando.

—¿Por qué decís eso Pablito? —preguntó Jimena.

—Me hiciste la promesa inquebrantable, pero no estás haciendo nada para cumplirla, prometiste que lo ibas a pensar... —dijo el pequeño con la voz entrecortada. Ella aún no entendía nada— quiero que vengas a mi casa, por favor, te necesito, te extraño.

—Pero Pablito en este momento...

Pablito comenzó a llorar,

—No mi amor, no llores, ya voy para allá, tranquilo ¿si?

Jimena colgó el teléfono.

—Me voy —dijo Jimena.

—¿Qué? ¿A dónde? —preguntó Catalina.

—A la casa de Jose Luis.

—No, no, no Jimena, vos me entendiste mal, Jose Luis se suponía que era de una sola noche ¿cuántas veces que lo venís viendo?

—No es por el que estoy yendo, es por su hermano.

—Wow a darle con todos.

—No su hermano, el hijo de su hermano, su sobrino —dijo buscando sus cosas para salir.

—¿Pero estás segura? supongo que es un menor.

—Por Dios Cata, despertá de tu burbuja, es un niño y está llorando porque su padre y sus abuelos murieron.

—Ya, ya, perdón.

—Escúchame, mi hermano va a venir a cenar a las 9:30, si no he llegado hasta esa hora sacás el pastel de pollo que ésta en el horno, ¿ok?, van comiendo hasta que yo llegue.

—Claro no te preocupes.

—Y me llamás ni bien llegue ¿ok?

Jimena se va a la casa de Jose Luis en un taxi que toma de la calle. Al llegar Sofía le abre la puerta.

—Con vos quería hablar —le dice Sofía estaba furiosa.

—¿Dónde está Pablito? —pregunta Jimena.

Jimena se entra corriendo hasta el cuarto de Pablito y lo encuentra llorando en su cama.

Lo abraza y lo intenta calmar, le da besos en la frente y en la mejilla.

—No puedo cree que le hayas llenado la cabeza a mi hermano con semejantes tonteras, que ahora va a escribir un libro, crees que la vida es así de fácil —le dice Sofía.

—Ahora, no Sofía —le responde en un intento de que no hable esas cosas frente al niño.

—¡Ahora si! e inventarte semejante mentira para que terminara con mi novio, menos mal y me lo explicó todo.

Cansada de besar saposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora