Silenciando humillantemente

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Me dirijo hacia mi casa pensando en mis cosas de siempre, de chica normal, preocupándome por los deberes, próximos exámenes y demás. En en camino, siento algo raro, un sentimiento agobiante, pero no le hago caso. Llego a mi casa y me acomodo nada más llegar. Me cambio de ropa, me voy a comer y finalmente enciendo la tele a relajarme un poco.

Karma-*Con la misma sonrisa de siempre, se asoma por la puerta de cristal, que conecta el salón con el jardín* ¡Hola! Ya sabes para qué estoy aquí...

Vale, ya sé porqué el sentimiento agobiante...

Satsuki- *Sonrío irónicamente fingiendo que me alegra su presencia*¿Podrías, por lo menos, llamar a la puerta como una persona normal, y así yo darte la "bienvenida", como es debido?

Karma- Entonces, no podría asustarte como es debido. ¿Vas a ponerte el disfraz?

Satsuki- *Desanimada* Si... si... Espera aquí, y no te muevas. *Hago aparecer un ojo en la pared como si fuese un reloj, pero de tal forma que Karma no lo viese*

Vale, con eso puedo asegurarme de que no haga nada malo mientras me cambio en el baño...

Dios mío, estoy empezando a pensar que se le va ha hacer costumbre eso de colarse en mi casa en vez de llamar a la puerta. Vale, ya me he puerto el dichoso traje de gata traviesa. Menos mal que no se ha movido de su sitio, a saber de lo que se le puede pasar por la cabeza...

Satsuki- *Abro la puerta del salón, dejándome ver cómo llevo puesto unas orejas rosas bebé, una camisa blanca con corbata de cuadros azul, unos guantes simulando unas garras esponjosas del mismo color que el de las orejas y una falda a juego con la corbata, acompañado de una cola blanca. Se me nota en la cara las mejillas rojas y el mal humor* ¿Contento?

Karma- No, actúa cómo si fueses mi gata y me tuvieras mucho cariño.

Satsuki- ¿¡Cómo!? ¿¡No tienes suficiente verme así!?

Karma- *Me saca 5 fotos por segundo* Parece que alguien quiere que le cuente a todos su pequeño secretito...

Satsuki- ¡Está bien, está bien! ¡Pero deja de sacarme fotos! *Me pongo a 4 patas mientras él me observa con maldad y satisfacción en sus ojos* M-miau...

Mierda, esto es humillante. ¡Jamás hubiera pensado que alguien como él me manipularía de esta forma!

Karma- *Empieza a hablar como si de verdad yo fuese un gato* Dame la patita~

Satsuki- *Con la vena inflada y ya harta apenas empezar*Soy un gato, no un perro.

Karma- ¿Eh? ¿Acaso los gatos pueden hablar?

Satsuki- M-miau...

Karma- ¡Muy buena chica! Te daré tarta por portarte tan bien :D.

¿No irá a fisgonear MI nevera? ¡No te atrevas, Karma! ¡La nevera es sagrada!

Satsuki- *De pie, más harta que antes*¡No te atrevas a tocar mi nevera!

Karma- *Con tono de superioridad una sonrisa maliciosa*¿Qué has dicho?

Satsuki- M-miau...

Karma- *Se dirige a la cocina* Veamos... Qué bien, todavía queda tarta. *Coge un trozo* Lo siento por ti... Los gatos no comen tarta.

Y lo dice mientras disfruta de mi sufrimiento...

Satsuki- ¿Hasta cuando tengo que actuar como si fuese tu mascota?

Karma- Hasta cuando me vaya. *Se va al salón con la tarta en mano y conmigo siguiéndole por detrás toda mosqueada*

Satsuki- Vale, voy a decirlo de otra forma, ¿cuando te vas a ir?

Karma- Hasta que anochezca, si quiero. De momento quédate ahí de pie mirando cómo me como esta tarta.

Satsuki- ¿No puedo sentarme en el sofá como tú, ignorando tu presencia?

Karma- *Me rodea con su brazo y me mira, con su rostro demasiado cerca del mío, como si quisiera ver mis ojos (Color) mejor, con la sonrisa de siempre durante un rato que se me había hecho un poco eterno cuando por fin dice* No.

Cuando se había apartado, ya me podía estar viendo con las mejillas sonrojadas, admirando en ellas un rojo vivo. Él me estaba mirando maliciosamente como siempre lo ha hecho hasta el momento. ¡Él es la encarnación del diablo! Mientras miro obligadamente cómo se termina su tarta, haciendo un esfuerzo de no pegarle unos puñetazos, saca el móvil y empieza a fotografiarme otra vez, cuando lo iba a regañar ya había terminado y me miró nuevamente. se volvió ha acercar demasiado a mí y mi cara ya se había teñido otra vez de rojo, pero estaba poniendo (o intentando) poner una expresión indiferente, mirándole sus pupilas esperando a que me hable.

Karma- Creo que ya me voy, bueno, nos vemos mañana. *Se dirige a la puerta y se pone lo zapatos*

¡Bien!

Karma-*Aún de espaldas* Una última cosa, te ves muy mona cuando te sonrojas. *Se va sin ver la reacción que puse, que, por supuesta, era una cara avergonzada y frustrada por la humillación*

Se la devolveré...

Esta noche, me fui a dormir tarde como de costumbre, ya que mi cuerpo está acostumbrada a dormir pocas horas y no hay nadie que me lo impida. Otra vez, sola sin tener a nadie con quien estar... Sin sentir una mano cálida diciéndome buenas noches y sin un beso en la frente. Sin el afecto de mis padres, de los cuales nunca conocí, ni el del hombre que solía cuidarme, cuyo nombre era Iniko. Antes de quedarme completamente dormida sentí cómo una lágrima se me estaba cayendo por la mejilla hasta acabar mojando la almohada.

Al día siguiente, me preparé para el instituto, y fui con la mala gana de siempre. Apenas me quedaban fuerzas para molestar y aguantar a los profesores, y simplemente no hice nada. Miré mi asiento de al lado, donde solía estar Karma, ya que el primer día elegimos asiento para todo el año. Yo, como llegué temprano elegí sentarme al lado de la ventana, al fondo a la izquierda, que para mí era el mejor sitio de todos. 

Miré por la ventana, y vi una figura con pelo rojo escapándose de dar clase, al parece se iba por el bosque que estaba cerca del instituto. ¿Karma? ¡Qué morro, yo también quiero irme!

Decidí hacer mi jugada del día. Aparecieron dos manos debajo de la silla del profesor, haciendo que se asustara pensando que hay bichos tocándole los tobillos, fue cuando las manos que no fueron descubiertas por él. Se sobresaltó de tal forma haciendo que la clase se riera, mientras que yo estaba observando la escena entretenidamente, soltando una pequeña risa maliciosa.

A la hora del descanso, conocí a una chica, Ayame. Su intención fue de hacer amistad conmigo, mi poder visual lo detectó así. Ella estaba también en mi clase, aunque no me percataba mucho de la gente que estaba en la clase.

CONTINUARÁ...

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¡Espero que o haya gustado! Si queréis que pase algo interesante podéis decírmelo en los comentarios y yo leeré todas vuestra ideas. Mañana subo el quinto capítulo, y si me animo, hoy mismo. Adiooooh!!

~Tendrás que besarme... Tarde o temprano~ Karma y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora