Un cumpleaños especial

222 20 17
                                    

Con un poco de prisa, llamé a Ayame. No sabía qué regalo hacerle a Karma, a pesar de haber buscado todo tipo de ideas en internet. Ninguna me convencía.

Ya sólo faltaba un día para su cumpleaños. A Ayame tampoco se le ocurría nada. Decidí llamar esta vez a Asano, preguntándole que qué es lo les gustaría en un día así. 

Asano- Pues... A mi me gustaría tener un pequeño obsequio pero muy significativo. Por cierto, necesitamos hablar sobre tu cambio de clase.

Satsuki- Eso es... Muchas gracias. y por cierto, ahora no puedo hablar sobre eso, Asano. Lo siento.

Asano- Está bien. Adiós.

Colgué y me puse a pensar más a fondo. de repente, se me iluminó la bombilla. Podría regalarle un collar que al juntarse formen una forma completa. Pero... ¿Cuál forma quiero? 

Me vestí y me fui rápido. Empecé a buscar por el centro comercial. Y por fin lo encontré...

Un pequeño colgante, una luna roja que se separaba en dos fragmentos. Perfecto para los dos. 

Compré el diminuto complemento y salí de allí a por el envoltorio para la caja.

Al día siguiente, me puse unos vaqueros negros y una camisa color beige. 

Esperé paciente mente las visitas. El árbol estaba colocado a una esquina del salón, con las luces led que lo decoraban apagadas.

 Sonó el timbre. Ayame era la primera que venía.

Ayame- ¡Satsuki! Una pregunta *se acerca a mi oreja susurrando* ¿Tu... padre estará con nosotros?

Satsuki- No tranquila, no volverá hasta tarde.

Ayame- *Suspira aliviada* No te lo tomes a mal, pero me da un poco de mala espina.

Satsuki- *Sonrío* No te preocupes.

Sonó por segunda vez el timbre. Karma y Nagisa habían venido juntos. Nada más abrir la puerta, Karma saltó a por mí apoyando un brazo alrededor de mi cuello en forma de abrazo.

Noté una pequeña bolsa colgando de la mano de Karma, pero le resté importancia.

Karma- ¡Que empiece la diversión!

Nos divertimos mucho, ya sea cantando en un karaoke casero, comiendo los aperitivos o bailando.

Llegó la hora de entregar los regalos. Ayame y Nagisa fueron los primeros en entregar los suyos. Estaba un poco nerviosa por darle el mío. 

Finalmente se lo entregué. Puso una cara curiosa al ver que el regalo fuera tan pequeño. Rompió el envoltorio y abrió la caja. Me miró bastante feliz.

Karma- Una luna roja, ¿eh?

Volvió a rodear mi cuello, pero esta vez venía acompañado un beso en la mejilla, junto a un susurro que los demás no pudieron escuchar.

Karma- Esta noche serás mía.

Me sonrojé para luego mirar a Karma con una expresión diciendo "¿qué es lo que tramas?" mientras esbozaba una sonrisa.

Llegó la noche. Nagisa y Ayame se tenían que ir. 

Satsuki- ¿Tú no te tienes que ir? Son las 9:00 de la noche.

Karma- No, mis padres estarán fuera hasta las tantas.

Satsuki- Por cierto, Iniko volvió al hogar, me explicó todo lo que había sucedido en realidad y... volvió a vivir junto a mí. Esta vez como figura paterna.

Karma- Entonces... ¿Nos va a arruinar la diversión?

Satsuki- *Sonrió con algo de picaría* ¿Qué quieres decir?

Karma- ¡Sorpresa!

De la pequeña bolsa que le vi antes colgando de la mano en la entrada, sacó una caja de... ¿¡Condones!?

Satsuki- ¿Quieres dar ese paso con la edad que tenemos?

Karma- ¿Qué más da? Sé que vas a ser mía para siempre. 

Satsuki- Yo... No sé si quiero.

Karma- ¿No quieres a pesar de que el otro día estabas encendida?

Satsuki- ...

Karma- Entiendo... Ya sé lo que necesitas.

Karma empezó a besuquear mi cuello sin control, mientras que a mí se me escapaba gemidos casi inaudibles. Me atrajo hacia su cuerpo agarrándome de la cintura, haciendo que jadee más y más.

Dejó en mi cuello una marca de la que miró satisfactoriamente y dispuso a atacar mi boca. 

Mordió y lamió hasta dejarle acceso y fue ahí cuando empezaron nuestras lengua a chocar una y otra vez.

Sin darme cuenta, me cargo a modo de princesa mientras nuestras bocas se juntaban una y otra vez. 

Me dejó en la cama de manera suave y se puso encima de mí con una mirada deseosa.

Esta vez decidí ser yo la que continuase con este juego.

Me coloqué encima suya, haciendo que él se quedase boca arriba mirándome con satisfacción.

Karma- Eso es, debes estar caliente.

Empecé a besarle con ganas una y otra vez, mientras él me agarraba de la nuca para intensificar el beso.

Sin esperarlo, se empezó a quitar la camiseta, dejando ver su abdomen bien formado. 

Mi cara pasó de estar roja a estar ardiendo. Poco después decidí imitar su acción, aunque con un poco de timidez y cubriéndome un poco el pecho con los brazos.

Se decidió lanzar otra vez a por mi cuellos, chupando, mordiendo y besando mi piel, dejando mínimo unas tres marcas más.

Pero gracias al despiste de Karma, tuvimos que parar por un momento, porque se olvidó la caja abajo.

Pasaron tres minutos, y seguía sin volver. Me puse la camisa porque me incomodaba salir de mi habitación en sujetador y por instinto.

Al momento escuché mi nombre. Era la voz de... ¿Iniko?

Iniko- ¡Satsuki! ¿Qué hace un tío sin camiseta por aquí?

Madre Santa de Cristo...

Bajé para luego ver a Iniko y a Karma dándose miradas desafiantes.

Iniko- ¿Éste es tu novio? ¿Y qué estabais haciendo?

Satsuki- Aquí las preguntas las hago yo. ¿Por qué has vuelto tan pronto?

Iniko- Porque se me olvidó coger mi pist... Una cosa.

Satsuki- Ah, ok. Karma vamos.

Iniko- *Medio llorando* ¡Un momento! ¡Todavía no te he dado las charlas sobre las relaciones íntimas! ¿No es lo que hacen los padres?

Satsuki- ¡No necesito nada de eso!

Iniko- ¡Pero...!

Me fui del salón avergonzada, pero escuché sin querer la conversación que tuvieron después de haber salido de ahí.

De repente, la voz de Iniko se escuchaba más varonil y hablaba con respeto hacia Karma.

Iniko- Cuídala mucho, ella es como una hija para mí.

Karma- ¿No crees que te comportas muy infantil delante de ella?

Iniko- Eso no es asunto tuyo, joven. Confío en ti, ella te eligió porque tienes algo especial, no le vayas a hacer daño.

Karma- *Suelta una pequeña risa* Eso ya lo sé.

Subí las escaleras y esperé a Karma en la habitación. Entró con una sonrisa diabólica enseñando el paquete de condones y se sentó al lado mía, después de quitarse los pantalones.

CONTINUARÁ...

~Tendrás que besarme... Tarde o temprano~ Karma y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora