¿Juegas conmigo?

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Mordió y lamió mi clavícula, haciendo que el sonido proveniente de mí fuera más fuerte. Empecé a hacer un movimiento parecido al que hace alguien que quiere ir al baño, pero mi motivo no era ese, sino porqué no podía aguantar más que me hiciese eso.

¿Y si alguien venía y nos ve? ¿Y si hay cámara aquí? Son pensamientos que me inundaban la cabeza. Karma paró pero no me soltó de la cintura. Acto seguido se puso a andar, dispuesto a llevarme a algún lugar.

Satsuki- ¿A dónde vamos?

Karma- Tú solo ven.

Bajamos hasta la planta baja, donde las aguas termales.

Satsuki- ¿Qué hacemos aquí?

No recibí respuesta del parte del pelirrojo. Simplemente estuvimos, no se cómo, de repente en las aguas termales que habían privado para nosotros cuatro. Me quitó la chaqueta por el calor que había.

En la zona de las chicas, donde nos preparábamos para entrar, había un banco con un fino colchón unido a la madera. Me hizo sentarme encima de él, y yo no podía escapar porque me tenía pegada a él.

Karma- No me pidas ser gentil.

Satsuki- ¿Eh? ... ¿¡Eh!?

Me desabrochó la camisa que llevaba encima, haciendo que se viera el sujetador.

Satsuki- ¿Karma?

Me apartó hacia una lado, para así él quitarse la camiseta, dejando ver sus abdominales bien formados. Me sonrojé más todavía, no podía reaccionar, estaba en shock por la actitud tan repentina que tuvo hacia mí.

Empezó a reírse sin ningún motivo.

Karma- ¿De verdad creías que iba a tomar este paso? ¡Qué inocente eres! Sólo quería ver tu sujetador, muy bonito, por cierto.

Satsuki- *Miro a un lado sonrojada* Eres un idiota...

Karma- ¿Te has enfadado? Vamos, no estés así.

Me volvió a abrochar los botones de la camisa e inesperadamente me besó. Me hice un poco la enfadada pero después le correspondí.

Karma- Ese es tu castigo. Te perdonaré el otro porque ya te he dado suficiente con este.

Satsuki- Eres malo...

Karma- ¿Por qué? ¿Querías hacerlo?

Satsuki- No... De todas formas no estaba preparada para hacerlo, todavía no tenemos edad suficiente.

Karma- Admítelo, querías hacerlo.

Satsuki- Tsk.

Me fui a mi habitación, a esperar que Ayame se despertara, para así desayunar juntas.

Ayame- *Bostezando* Buenos días, Satsuki.

Satsuki- Buenos días. Anda, ve preparándote para desayunar, te estaba esperando.

Ayame- Sí.

En la cama, la estaba esperando. Salió de ducharse y se puso la ropa para salir de la habitación. Por algún motivo, nos dio por ponernos faldas.

Ayame- ¿Y los chicos? ¿Ya los has avisado?

Satsuki- Em... Prefiero que vayamos solas, además, el otro día no pudimos estarlo.

Ayame- Jaja, ya, teníamos a unos cotillas fisgoneando. 

Salimos para ir a la cafetería. Pedí lo mismo que ayer, una deliciosa tarta de queso con su brillante mermelada de fresa. Sin embargo, Ayame pidió tostada. Terminamos y fuimos a la habitación de los chicos, pero tocamos la puerta y no hubo respuesta. Saqué mi móvil y llamé a Asano. Me dijo que les esperáramos en la puerta donde hay guardias, en la planta baja. Le comenté a Ayame y nos fuimos a esa zona. Como era de esperarse, los guardias no nos dejaron pasar, hasta que vino Asano con Karma detrás. 

Están demasiado sonrientes, es demasiado raro... A saber qué habrán hecho para estar sin pelearse. 

Asano- ¡Ayame, Satsuki!

Ayame- Oh, ¡Hola chicos!

Los guardias, al ver que conocíamos a Asano, nos dejaron pasar las puertas que estaban protegiendo. Habrán ideado algo... y de seguro no me va a gustar.

Karma- ¡Cuánto tiempo!

Satsuki- *Sonriendo* Tsk.

Entramos y la sala, más bien, el campo era enorme. Asano se incorporó en el centro del campo, y nosotros nos quedamos alrededor esperando a que diga la actividad que haríamos hoy.

Asano- Hoy, jugaremos a un juego de todos contra todos.

Sonreí por que esto iba a ser una especie de entrenamiento, pero Karma y yo estaríamos por encima de ellos.

Asano- Este será una carrera, pero no una cualquiera. Será uno en el que quien consiga llegar a lo alto de ese árbol con hojas blancas. Como veis, tiene las ramas colocadas como si te estuviesen invitando a subirlo. Lo complejo de este juego es que primero hay que coger las tres cartas que tienen los rivales colgados del cuello y, junto a la tuya meterlas en el cofre que se encuentran entre las hojas del árbol, que por supuesto, tenéis que encontrar. Si te quitan la carta estás eliminado. La cuerda del que irá colgada la carta está hecho de un material especial del que se rompe fácil, y se une automáticamente los dos extremos de la cuerda y así podríais volver a . ¿Alguna pregunta?

Karma- Resumiendo, tenemos que conseguir las cuatro cartas, buscar el cofre y meterlo. 

Satsuki- ¿De qué color es el cofre?

Asano- Tiene un estampado de hojas blancas, osea, que está camuflado.

Ayame- ¿Y el árbitro?

Asano- No hay por que no hay ninguna regla, sólo una. No se pueden coger las cartas que se hayan caído al suelo por algún motivo. Hay que esperar a que la persona al que se haya caído la vuelva recoger y después seguir con la partida.

Satsuki- Apostemos algo, sino, el juego no será tan divertido. ¿Que tal si el ganador hace que los demás lo obedezcan en todo y para todo?

Karma- O mejor, ¿Que tal si hacemos que los perdedores compitan en equipo contra el ganador? Quiero decir, jugaremos de nuevo al mismo juego, pero esta vez un tres contra uno.

Asano- Me parece interesante, porque voy a ganar yo y quiero que me pongáis a prueba.

En un acto reflejo, miré a Karma al oír esas palabras. Al darme cuenta, me puse roja y miré a otra dirección.

Satsuki- ¡Espera! Ayame y yo llevamos faldas, no podemos correr así.

Asano- Es cierto, allí hay un vestuario donde podéis encontrar ropa limpia y cómoda. Os esperamos.

Ya estábamos cambiadas, con pantalones negros que llegan hasta las rodillas y camisetas rosas y de manga corta. Ni que estuviésemos en verano...

Todos recibimos una carta de diferente color. La mía era azul, la de Ayame verde, la de Karma rojo y la de Asano amarilla. Cada uno dio diez pasos de espaldas a los demás jugadores desde el centro del campo, empezó la cuenta atrás que todos empezamos a contar desde el cinco.

Terminó el decir números, ahora tocaba correr. Yo estuve parada con la carta en la mano, observando quién iba a venir hacia mí primero. Ayame fue la primera en venir. Estuvo atacando desesperada, pero esquivé todo lo que pudiese hacer que perdiese el objeto que tengo colgado del cuello. Finalmente en un movimiento rápido, tenía la carta verde.

CONTINUARÁ...

~Tendrás que besarme... Tarde o temprano~ Karma y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora