~Tendrás que besarme... Tarde o temprano~ Karma y tu

Asano y su verdadera cara

Se acabaron las vacaciones. Odio tener que volver al instituto, además de que me han cambiado de clase. Supongo que tendré que acostumbrarme.

Entro por la puerta de la nueva clase asignada, con un poco de mala gana. 

Miro la clase desde la puerta, analizando a las pocas personas que habían allí. Decidí preguntar a una chica que estaba ahí si había algún asiente que no estuviese ocupado por alguien. Señaló tres asientos y elegí el que estaba más al fondo. 

Apoyé mi cabeza sobre mis antebrazos, cerrando los ojos por el sueño que tenía. Sentí una mano apoyarse sobre mi cabeza, revolviendo mi pelo. Levanté la vista algo molesta. Cómo no, era Karma.

Karma- ¡Buenos días Satsuki-chan!

Satsuki- Buenos días.

Karma- Qué casualidad, estamos en la misma clase.

Satsuki- *Con ironía* Si, qué casualidad.

Karma- ¿Sabías que yo me iba a sentar ahí?

Satsuki- Lo siento, haber llegado antes, querido.

Karma- ¿Quieres que te castigue después?

Satsuki- *Sonrío con picardía* Me da igual, puedo soportar tus castigos.

El profesor había entrado por la puerta, y Karma me dijo una última cosa antes de irse a su sitio.

Karma- Luego veremos si eso es verdad.

Terminaron las clases y me dirigía a la entrada, cuando sentí una mano posar sobre mi hombro. Me giré. Era Asano.

Asano- Satsuki, tenemos que hablar.

Satsuki- ¿De qué quieres hablar?

Asano- Vayamos a una zona más tranquila.

Satsuki- Okey.

Seguí a Asano en silencio, parecía querer hablar de algo muy serio. Caminamos hasta un parque y nos sentamos en un banco.

Asano- Es sobre tu posición en el instituto. Deberías mejorar tu actitud y subir de clase, u olvídate de que somos amigos. 

Satsuki- ¿Es en serio?

Asano- Si, Satsuki. Yo solo me junto con gente que esté a mi nivel y es una pena que tú no lo estés. Tienes mucho potencial.

Satsuki- Si vas a dejar de ser mi amigo solo por mi posición en la escuela, mejor vete olvidándote de mi.

Me levanté molesta y me dispuse a ir a mi casa a olvidar sobre lo sucedido. 

Al llegar me tumbé sobre la cama, con el ceño fruncido mirando al techo. Suspiré y agarré mi teléfono.

Después de media hora de entretenimiento lo dejé sobre mi mesita de noche y me puse a estudiar un poco.

Los días pasaron y yo no cruzaba mirada con Asano, aunque se notaba que él se sentía un poco arrepentido, pero aún así no tuvo valor para hablar sobre ello.

Con el tiempo me olvidé de él, ya que no merecía la pena seguir pensando en ello.

Conocí a gente muy maja en la clase D, estos no se burlaban de nadie y eran humildes.

Estos tres meses me estaba portando bien porque no veía la necesidad de explicárselas a nadie

Ya casi el trimestre se iba a terminar. Me dirigía hacia la salida, como siempre hacía, cuando de repente siento que alguien me tocaba el hombro. Me giré a ver quién era.