~Tendrás que besarme... Tarde o temprano~ Karma y tu

¿Traición al Maestro?

Satsuki- ¿Eh? Perdone pero... ¿cómo sabe mi nombre?

??- ¡Por favor Satsuki! No me tomes más el pelo. Soy Iniko.

¿¡Iniko!? Pero, ¡Si él tenía el pelo recogido en una coleta! Y... tenía más ojeras. También lo recordaba más bajo.

Quedé impactada por el momento, ahora que casi no había luz, sólo la del salón y él estaba a contraluz con la farola de ahí fuera. Aún así se podía definir un poco los rasgos de la cara.

Iniko- *Acariciando mi pelo* Bueno, entonces pasaré.

Satsuki- *Aparto su mano de mi cabeza y le freno* ¡Un momento! ¿Cómo es que de repente me abandona y ahora apareces como si no hubiese pasado nada? *Empiezan a salirme lágrimas de los ojos* *Con un tono alterado* ¡¡Explícate!!

Iniko- Yo... Tenía cosas que hacer...

Satsuki- ¿Cosas? *De brazos cruzados* Pues vale, explícame qué era lo que tenías que hacer.

Iniko- Yo... Esto... Pues...

Satsuki- Ya veo, adiós.

Le cerré la puerta en la cara. Volvió a tocar el timbre, pero luego de unos minutos se rindió y se fue. Me hizo un poco feliz saber que estaba bien, aunque me hizo todas esas cosas horribles, no podía evitar sentirme enfadada por haberme abandonado. Sé que tenía sus razones, pero hasta que no me explique no pienso recibirle como es debido. Eso si sus motivos son lo bastante buenos como para abandonarme.

Volví al salón con la mirada apagada y me senté con mi chico.

Karma- ¿Quién era?

Satsuki- El... hombre que me abandonó...

Karma se quedó en silencio, sabía que no debía decir nada sobre el tema. Me atrajo a su pecho mientras yo volvía a hundir mi cara en su cuello, esta vez dándole pequeños besos.

Satsuki- Karma... Tengo sueño...

Karma- ¿Quieres que te cargue como a una princesa?

Satsuki- Puedo moverme sola.

Sin escuchar nada de lo que decía, colocó sus brazos debajo de mi cuerpo y me levantó, como él dijo, a modo princesa.

Estando arriba, se tumbó junto a mi y rodeó nuevamente mi cuerpo con el suyo. Me dió un pequeño beso en los labios y me dijo:

Karma- Buenas noches pequeña.

*Al día siguiente*

Sentí una respiración por encima de mi cabeza, miré hacia esa dirección y vi a un demonio dormir plácidamente. Me dio mucha ternura, así que me levanté y besé su frente mientras acariciaba su pelo. 

Me aseé y me duché como todos los días . Fui abajo y me tomé un yogur natural. Preparé té por si me apeteciera tomarlo luego y preparé también tostadas y huevo frito con beicon para Karma.

Me senté en el salón y escuché el grifo de la ducha, él se había despertado. 

Recibí un mensaje de Carla, preguntando cuando iba a volver a entrenar. Simplemente respondí que hoy o mañana. Al rato me llamó.

Carla- Satsuki, tenemos que hacer un viaje hacia Nueva York para realizar un asesinato.

Satsuki- Eso es muy repentino, Carla. ¿Cuánto va a durar?

Carla- Calma, sólo serán cuatro días. 

Satsuki- Más te vale porque... *Susurrando* Dentro de poco será el cumple de Karma.

Carla- ¿Ah, sí? ¿Cuando? 

Satsuki- El 25 de diciembre.

Carla- ¡Tranquila! ¡Volveremos antes de ese día!

Satsuki- Es que hay cosas que tengo que preparar.

Carla- Bueno, ¡adiós!

¿Porque nadie me escucha? Supongo que me las tendré que arreglar...

Oí sus pasos bajar de las escaleras. 

Satsuki- ¡Karma, tienes el desayuno en la cocina!

Karma- Oh, gracias. Por cierto, parecemos una pareja de casados.

Satsuki- *Avergonzada* ¿Q-qué dices? Sólo tenemos quince años....

Karma- Tú tendrás quince, a mí me falta poco para eso.

Satsuki- Ah... *Con aura diabólico* Es verdad...

¡Por fin se me había ocurrido un mote para él! Tal vez... Pequeñajo o... Enano. No, el es más alto que yo... ¡Ya sé! Lo llamaré... niñito... no es lo mejor del mundo, pero aprovecharé para molestarlo. Ya se me ocurrirá algo que sea más convincente para fastidiarlo más...

Me levanté y fui a la cocina. Lo vi a punto de levantar el plato. Me puse atrás suya, poniendo mis brazos en cima de los suyos y sujetando a la vez sus manos. Apoyé mi cabeza en su hombro y le sonreí como una auténtica villana.

Karma- ¿Qué pasa? ¿Quieres que te de amor?

Satsuki- Claro que no... Pequeño niñito. Todavía tienes 14, ¿verdad? ¿Quieres una fiesta de cumpleaños, Karma-chan?

Karma- *Le da un tic en el ojo* ¿Pequeño niñito?

Se giró para separarme de su cuerpo y mantener nuestros cuerpos cerca, para mirarme desde arriba.

Karma- ¿Y ahora, quien es el pequeño? Tú eres mucho más baja que yo, no puedes decirme pequeño.

¡Ah...! ¡Ahí me ha dado! ¡Maldita sea mi altura!

Karma- Tu intento de molestarme ha fallado. 

Satsuki- *Hago pucheros* Eres malo.

Karma- *Se ríe levemente* No soy aquí el único diablo.

Sonreí serena y le dejé que desayunara. No pasó nada especial durante el resto del día. Ya eran las siete y media de la tarde y Karma estaba algo adormilado, por lo que se quedó en casa en vez de ir a la zona de entrenamiento.

Me puse ropa cómoda y me despedí de él con un beso en los labios. Carla me estaba esperando, y no sólo por que me echaba de menos.

Ya llegando al sitio, la roca se hizo a un lado y bajé las escaleras. Abrí la puerta y Me encontré ahí al Maestro hablando con Carla. Entré para cerrar la puerta y ver de qué estaban hablando.

Carla- Hola, Satsuki. ¡Cuánto tiempo!

Satsuki- Hola, ¿hay algo importante por lo que el Maestro halla venido?

Maestro- Sí, es sobre la misión.

Satsuki- ¿De que se trata?

Carla- Como ya sabes, viajaremos a Nueva York, mañana, a las 4 de la tarde te quiero ver en la puerta de tu casa. Iré a recogerte.

Satsuki- ¿Tan pronto? Entonces, debo volver para preparar la maleta. Espera, ¿sabes dónde vivo?

Maestro- Si no lo supiéramos, ¿qué clase de asesinos seríamos? Además, sería menos sospechoso que ver a unos tipos con maletas en una montaña.

Satsuki- ¿Tu también irás, Maestro?

Maestro- Me necesitáis para una serie de cosas. Por que esto, será entre un viejo amigo y yo. Obviamente lo asesinaremos también por beneficio propio.

Carla- Para que lo entiendas mejor, le asignaron este trabajo al Maestro porque ese supuesto amigo traicionó, además de a nosotros, a los tipos que le dieron esta misión al Maestro.

CONTINUARÁ...

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