Limonada fresca 7w7

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Subí las escaleras y esperé a Karma en la habitación. Entró con una sonrisa diabólica enseñando el paquete de condones y se sentó al lado mía, después de quitarse los pantalones.

Él sólo llevaba encima sus calzoncillos, y yo hacía mucho esfuerzo por no mirar abajo. Mi cara se encendía cada vez más y más.

Karma- Te toca.

Satsuki- ¿Eh? Ah.... Sí.

Me quité de nuevo la camisa con vergüenza, mirando a un lado al azar que no fuese el de Karma, olvidándome de que él me miraba fijo con su expresión de siempre.

Se le veía tranquilo incluso en un momento como este, no sé ni como lo hace...

Reuní valor para acercarme a él y darle un beso en la mejilla, a lo que llevó a dos, tres y más besos seguidos, hasta llegar a tocarnos los labios. Karma agarró mi cadera y acercó mi cuerpo al suyo, como siempre había hecho para calentarme.

Por fin decidí quitarme los vaqueros negros y quedarme en ropa interior.

Podía admirar la cara sonrojada de Karma al ver mi cuerpo, a lo que respondí con la cara todavía más sonrojada.

Karma- Prometo que te gustará.

Seguidamente me tumbó con Karma encima de mí y atacar mi clavícula con sus dientes, hasta dejar una marca.

Karma- ¿Estás lista?

Él tomó la iniciativa de quitarse lo único que llevaba puesto, dejando a la vista su... Miembro.

Inspiré hondo y decidí imitar su mismo acto, quitándome el sujetador y las bragas.

Mi mirada se desvió hacia sus genitales y al darme cuenta de a dónde estaba mirando la volví a apartar rápidamente. 

Me tapaba un poco con los brazos por la vergüenza de estar desnuda ante él, pero apartó un poco mis brazos, para poder ver mi cuerpo y luego volver a besarme.

Karma- No seas tímida, tu cuerpo es hermoso, igual que tu.

En cuanto me fijé en el tamaño que tenía, me asusté un poco, ¿todo eso iba a ser capaz de entrar dentro de mí?

Satsuki- Karma, s-sé gentil.

Karma- Vaya, nunca te había visto tan asustada hasta ahora.

Satsuki- Tsk. Es normal, es muy... grande.

Karma se rió por el comentario que acababa de soltar. Se acercó a mí dándome un beso. Ya en posición, él arriba mía y yo debajo suya, dispuso a meter despacio su miembro. Grité un poco de dolor, pero él me tranquilizó con un beso en los labios.

Karma- ¿Quieres que pare? ¿Te estoy haciendo mucho daño?

Satsuki- No te preocupes. Karma, tú sigue.

Poco a poco iba acelerando y el dolor se me iba yendo conforme más metía. 

Hubo un punto en el que me gustó.

Satsuki- Karma, podrías volver a dar en ese punto.

Karma- ¿Dónde?

Señalé entre debajo del ombligo y arriba de mi intimidad, supongo que ahí se encontraba mi clítoris.

Karma obedeció y apuntó ahí, haciendo que sus movimientos se convirtieran en placer para ambos.

Poco a poco mis gemidos se iban haciendo más sonoros, y de vez en cuando recibía besos en el cuello y por todos lados de parte del pelirrojo.

~Tendrás que besarme... Tarde o temprano~ Karma y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora