NUNCA LASTIMES A QUIÉN DESPUÉS NO PUEDAS MATAR

CAPÍTULO 34

NANCY

Sacó algo de su bolsillo, no pude ver bien que era lo que contenía en este, pero sabía que no quería que lo viera.

- Nancy, ¿tienes unas u... ?-

Y todo se desplomó, en ese momento me di cuenta de que estaba en un sueño...

Pero esta vez era diferente, David no me estaba despertando, era otra cosa...

Y abrí los ojos...

Me di cuenta de que tenía mucho frío, lo más probable es que eso fuera lo que me despertara...

Me tapé y empecé a pensar:

¿Estos sueños estarán conectados?

¿Tienen relevancia?

¿Por qué siempre sueño con esta escena?

¿Qué quería decir David con "¿Tienes unas u?"?

No podía volver a dormirme así que me levanté y toqué la puerta de la habitación de David:

* Toc, toc, toc*

No hubo respuesta...

-¿Puedo pasar?- dije con un tono de voz alto.

No hubo respuesta...

Entonces decidí entrar.

Me encontré una habitación vacía, por alguna razón, habían muchas almohadas en la cama de Bautista.

No le di tanta importancia y fui a desayunar.

Justo cuando había agarrado el cereal escuché que se abría la puerta.

-Nancy, Bautista ha escapado- David se apresuró a abrazarme lleno de lágrimas.

Esto es perfecto...

-¿Qué pasó David?- parece que está mintiendo... Pero no lo sé, ¿Él es capaz de llorar sin estar triste?

-Bautista... él se escapó - dijo moqueando. -no dejó ni siquiera una nota bien escrita... solo un papel que decía "David, me voy, sos demasiado peligroso"- dijo llorando cada vez más fuerte.

Me abrazó con mucha fuerza y yo acepté su abrazo.

-ey... David, estará bien, no creo que viva en la calle, por lo poco que lo conocí es listo, irá a la casa de algún conocido - No quiero soltarlo... Me da pena lastimarlos de este modo...

Me odio...

Odio la vida que me tocó...

Odio el hecho de tener que hacerle esto...

¿por qué no paro de lastimarlo?

¿Por qué no sólo intento ser feliz por una vez en mi vida?

Ah, ya lo sé...

Porque SOY ESCORIA.

Tenía mi pijama empapado por las lágrimas de David.

Era tan lindo llorando...

Una parte de mi le encantaba verlo tan débil...

Tan manipulable...

-ey, ¿Quieres ir al prado de ayer a almorzar?- lo solté para mirarle a la cara -¡Prepararé sándwiches!- dije haciendo una sonrisa forzada.

-de acuerdo... - no me miró a los ojos, pero hizo una leve sonrisa... Pobre David...

Fui rápido a mi habitación y me cambié; me puse una remera manga larga blanca, un buzo negro que decía "comer antes de pensar", una campera fucsia, una bufanda negra y unos guantes negros de gatito.

Hace mucho frío en Argentina en época de Invierno.

-estoy lista - le dije a David, luego vi su aspecto - jajajaja- parecía un muñeco de nieve - ¿no quieres abrigarte más?- dije entre risas.

-ya estoy bien así, además mientras te cambiabas preparé los sandwiches- y levantó una bolsa la cual los contenía.

-¡Perfecto, vamos!- dije y abrí la puerta para irnos.

Igual que el otro día nos dirigimos en silencio y nos sentamos al llegar, pero esta vez su pregunta fue otra...

-hey Nancy, se que es un poco apresurado, pero ¿Te puedo preguntar algo?- estaba sonrojado...

¿qué tramas David?

-claro - dije sonriendo.

Tomó un trago de aire y dijo:

-Nancy, ¿Serías mi novia?- me miró con sus hermosos ojos negros, su pelo blanco que se movía al compás del viento y su sonrisa nerviosa.

-Claro que quiero - y me lancé encima de él para besarlo.

David, estoy decidida, no te haré más daño.

Derramé una pequeña lágrima casi imperceptible.

David se separó durante un momento.

-¿qué pasa? ¿por qué lloras?- me preguntó.

-nada, solo estoy muy feliz - y volví a besarlo.

Esta vez su boca no sabía a pasta de dientes, eso me gustó más...

Sentía sus cálidos labios sobre los míos y luego recorrer mi cuello, cada cambio que hacía me daba un escalofrío...

Después de estar un rato así decidimos que si no comíamos lo más probable es que muramos.

Así que comimos los sandwiches que él había preparado y disfrutamos de esa fría tarde de domingo.

David.

No te lastimaré nunca más...