Capítulo treinta y uno

595 80 200
                                    

31- Estar bien

—Tu padrino está molesto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Tu padrino está molesto

Molly se llevo el spaghetti a la boca, manteniendo una expresión imparcial en el rostro. Jace conversaba con su padre, sobre el asunto que había estado causando sensación la última semana entre los magos británicos. Como si la muerte de su abuela no hubiera sido suficiente —y tampoco el regreso de Lucy, la salida de Roxanne de Azkaban, entre otras cosas—, ahora se sumaba que Rose había confesado un crimen.

No podía dejar de pensar que, si su abuela no hubiera muerto, ninguna de estas cosas estarían pasando. Los trapos sucios bajo el tapete se seguirían manteniendo en su sitio y Molly no tendría que estar preocupada de que, de un modo u otro, saliera a la luz que violó a su exnovio. ¿Y cómo no estar paranoica, si todo se estaba revelando?

Sonaría egoísta, pero Molly quería a su abuela viva, no solo porque la extrañaba, sino también porque de aquella manera todo seguiría estando en secreto.

—Entonces Lucius Malfoy estará furioso —comentó Jace, respondiendo a lo anteriormente dicho por su padre—. Habían limpiado su apellido, pero ahora...

—Si me disculpan —interrumpió Molly, tomando un pañuelo para limpiarse la boca—, creo que iré a acostarme.

Los ojos de Jace se llenaron de culpabilidad, recordando que ella seguía en la mesa.

—Molly, disculpa, yo...

—No importa —dijo, esperando que su voz no hubiera salido tan cortante como pensaba—. Iré a descansar.

Molly se levantó de la silla, con un suspiro. Tal y como veía las cosas, no se había equivocado en pedir espacio de sus primos; muchos problemas estaban surgiendo y no quería estresarse más de lo que ya estaba por su embarazo. Sin embargo, eso no significaba que no fuera leal a su familia. Los Weasley eran muchas cosas, pero no desleales. Jamás.

Le había mandado una carta a Rose, preguntándole cómo se encontraba, mas aún no había respuesta, por mucho que se la hubiera enviado hacía tres días. Hasta donde sabía, ella estaba en la Mansión Malfoy y seguramente no saldría de allí en un largo tiempo, hasta que las aguas se calmaran.

Pero, como había dicho Victoire cuando se comunicó con ella por la red flu, sufrir el desprecio de varias personas era mejor que cumplir una sentencia de al menos cinco años en Azkaban. Scorpius había tenido que dar diez mil galeones para pagar su fianza de homicidio culposo, lo que seguramente no era nada para él, pero la marca que dejó eso sería difícil de borrar. La verdad era que si no fuera a su apellido y que su hermano era el Ministro, posiblemente no hubiera conseguido derecho a una fianza.

Suspirando, Molly entró a su habitación. Todo estaba sucediendo en menos de dos meses y se preguntaba, sin exagerar, si llegarían todos vivos para Navidad. Eran demasiadas cosas que asimilar en poco tiempo, desde personas regresando hasta las que partían al otro lado; no conseguía entender cómo había visto a Dominique en el funeral de su abuela para tener que asistir al de ella a los dos días.

Dark PresentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora