33- Fácil
Soltando un gruñido, Albus tomó el cabello de Becka, tirándolo hacia atrás y consiguiendo fácil acceso a su cuello. Ella hundió las uñas en el hombro de su esposo, provocando un dulce dolor a Albus, que solo hizo que la moviera más rápido con la mano que la rodeaba la cintura.
No estaba seguro de en qué momento habían comenzado, pero Albus no quería parar, menos en ese momento. Mordió con más fuerza de la necesaria la piel de Becka, lo que haría que una marca que no se iría en días apareciera justo allí. Ella se abrazó a él con fuerza, gimiendo con locura en su oído.
Albus la sintió estremecerse sobre él, dejó escapar un grito agudo y finalmente se desplomó sobre él. Suspirando, dejó su cabello libre y le acarició la espalda con suavidad, dejándole un beso en la frente. Becka se removió, acomodándose mejor en el pecho de su esposo, y suspiró.
—Estoy cansada.
Una sonrisa engreída se formó en los labios de Albus.
—De nada.
Becka rio y le dio un débil golpe en el hombro, antes de salir de su regazo. Se acostó en la cama, sin molestarse en taparte, y Albus tuvo una buena vista de su cuerpo, el cual estaba lleno de chupones que le había dejado tanto en esa ocasión como en el día anterior.
Agarró las sábanas, tapándose a sí mismo y a Becka, que sonrió con los ojos cerrados. Albus se puso de costado, observando en silencio cómo se quedaba finalmente dormida. Los cabellos rubios de ella, que solían mantenerse en perfectos bubles, estaban desparramados en la almohada. Una ligera capa de sudor se situaba en su frente y en el cuello, en el cual resaltaba una marca roja sin problema.
Becka McCall era, desde luego, una mujer hermosa, incluso después de haber pasado toda la noche teniendo sexo. Albus no pudo contener una sonrisa, se inclinó para darle un beso en la frente y entonces salió de la cama, con cuidado de no despertarla.
Se puso los pantalones de pijama y salió al balcón de la habitación. El hotel, por muy caro y prestigioso que fuera, realmente no tenía una vista especial, no más que la calle, autos estacionados al frente y las tiendas de la otra cuadra. Sin embargo, el penthouse había sido del agrado de Becka, y no era para menos, ya que contaba con un salón, tres habitaciones, la cocina modernizada, baños e incluso un jacuzzi.
Realmente Albus hubiera preferido algo más cómodo, al estilo de la casa que tenía en Estados Unidos, pero en esos días se había dedicado a complacer a Becka. Después de tantos años siendo una buena esposa, de algún modo Albus debía agradecerle. Por eso le había alquilado el penthouse. Por eso había llenado su armario con ropa de diseñador. Por eso le había reglado un bimmer.
Por eso había aceptado adoptar a un niño.
Albus apoyó sus manos en la balaustrada, suspirando cansinamente. En dos días irían a Estados Unidos, a un orfanato en específico para poder tener una entrevista y conseguir la tutela de algún crio. Además, debía ir a presentar su renuncia formal al MACUSA y ver qué hacía con su casa. Era increíble lo rápido que Becka aceptó mudarse a Londres cuando él le dijo que adoptarían.
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Dark Present
FanficLos cuentos de hadas siempre fueron mejores que la vida real. Eso bien lo sabían los primos Weasley, quienes por años intentaron aparentar tener una vida feliz, como todos esperaban. Entre sonrisas fingidas lograron su cometido por décadas, hasta qu...