UN NUEVO COMIENZO ¦ SOMOS PADRES¦ || JEON JUNGKOOK ||

N°23

                           "Un consejo"
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Kim So-Yeon

Más hechos y menos palabras.

Esas eran exactamente las palabras que le había dicho a Jungkook hace tres días atrás en aquella cafetería en la que nos habíamos encontrado por casualidad. No sabía con exactitud por qué lo había dicho, ni cuál era la razón, sólo había dicho aquello sin saber las consecuencias que tendría.

El día de ayer nuevamente Jungkook había llegado con bolsas de regalo a mi oficina, pero esta vez no eran prendas de vestir para Young, si no que eran dulces de diferentes claces, pero en su mayoría traían cobertura de chocolate, junto lo que más amaba mi hija. Todo esto estaba junto con una tarjeta escrita a mano.

Me gustaría que esto no se tratase de sólo obsequios materiales, lo que de verdad me gustarías es darle todo el amor y cariño que en estos años no me permití darle a nuestra hija, pero por el momento es lo que puedo hacer, ese día en la cafetería me dijiste que debía demostrarte con hechos y eso es lo que voy hacer, lo prometo So Yeon.
Espero que a Young Mi le guste el chocolate.

Jeon Jungkook

No se como pude decir eso, al parecer Jungkook se lo había tomado bastante enserio. No quería que él siguiera haciendo nada al respecto, sólo quería volver a la normalidad ¿es tan difícil pedir eso?
Estaba cansada, ya no quería seguir, necesitaba que todo volviera a la normalidad; Young, mis padres, Jin y yo juntos, nada más que eso.

—Kim Young Mi —le hablé por quinta vez tratando de captar completamente su atención—¿cuanto es cinco más tres?

—No sé —dijo distraída mientras le quitaba la envoltura a uno de sus cupcakes de chocolate muy gustosa—

—¡Gol! ¡Gol! ¡Gol! —grito con exageración mi hermano desde la sala—¡ves te lo dije!

—¡Pero que les pasa! ¿Acaso no les responden las piernas? Joder —Jimin le gritaba a la televisión—

—Ahora, apuestas son apuestas Park—Jin dijo victorioso—

—No creas que te daré un solo billete que salga de mi bolsillo, así que no te hagas muchas ilusiones—le respondió—sólo tuvieron suerte esta vez, además aún no acaba el partido.

—Oh, claro que sí me pagarás mochi, dimos nuestra palabra de hombre —lo sentenció—

—Young Mi, presta atención a tu cuadernillo—le dije un poco fastidiada por todo el ruido que se estaba formando en mi casa—

—¿Quieres Omma? —llevó su dulce a mi boca—

—Young, ahora no, estamos haciendo tu tarea.

—Pero —fue interrumpida por un nuevo grito que se había producido en la sala—

—¡Gol! ¡Viste eso! —esta vez gritó Jimin levantándose del sofá, formando un gran escándalo—

—¿Que? ¡Hijos de la gran madre! —exclamó Jin con un cierto enojo—