UN NUEVO COMIENZO ¦ SOMOS PADRES¦ || JEON JUNGKOOK ||

N°36

"Enterre lo que sentía por ti"
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Kim So-Yeon

|Flashback|

Me encontraba en la cocina preparando el desayuno, mezclaba en un bol la masa de los Hot cakes con una espátula de goma y luego la puse en el sartén para iniciar con la cocción.

Mentiría la hora de decir que había dormido toda la noche de una forma relajada, la verdad es que no, no había pegado un solo ojos anoche.

Y la razón era Jeon Jungkook. Después de que Young apareciera en la escalera no hubo un solo momento para hablar de lo que antes había sucedido entre nosotros.

Él había pasado la noche en la casa, ya era muy tarde para pedirle que se marchara, y además Young por ninguna razón lo quería dejar ir.

Así que pasó la noche en el cuarto de Young Mi y le pasé unas toallas para que pudiese secar su cabello mojado junto a una camiseta y un pantalón de buzo que Jin había dejado hace un tiempo aquí.

Tenerlo al otro lado de mi habitación, sabiendo que solo nos separaba una simple pared, me hacia sentir incómoda, y con eso me refería al beso inoportuno que sin duda me había tomado por sorpresa.

El que Jungkook me besara fue... Como abrir un portal del pasado, una puerta que jamás pensé que volvería abrirse con el paso de los años, ya que me había asegurado de sellarla con todas mis fuerzas y hundirla en el fondo de mi corazón.

No podía ser hipócrita, fingiendo que mi estómago en ese momento no había sentido absolutamente nada, se había contraido en esa instancia sin ni siquiera saber cual era su significado, de todas formas haría caso omiso a eso y hablaría con Jungkook para aclarar bien las cosas.

Terminé de hacer los Hot cakes y me dirige a la mesa para poner los cubiertos y llenar tres vasos con jugo de frutas silvestres.

Estaba tan concentrada en llenar los vasos con la misma cantidad de líquido, que no me percaté cuando Jungkook había entrado a la cocina, y al verlo parado bajo el marco de la puerta me había hecho sobresalta, provocando un gran desastre.

—Lo siento. No sabía que estabas tan concentrada —dijo—

—Buenos días —dije limpiando con un paño de cocina, el desastre que había dejado sobre la mesa—

—Buenos días —dijo— ¿necesitas ayuda?

—Amh... ¿Podrías poner los Hot cakes en los platos de allí, en lo que yo termino de limpiar? —le indique la loza que estaba sobre un mueble—

—Si, claro —termino de entrar en la cocina y paso por mi lado—

Lo miré de reojo mientras seguía en lo mío y lo vi poner las masitas en los platos, derramandoles un poco de miel de abeja y unos que otros berries, todo eso en un rotundo silencio.

Caminó hacia mí dirección con los tres platos en sus manos y finalmente los puso sobre la mesa.

—Necesitamos hablar —dijimos al mismo tiempo—

—Adelante, tu primero —volvimos a decir al unísono— no, tú.

—Esta bien, yo lo haré —me apresuré a decir—

Lo vi asentir y llevar ambas manos atrás de su nuca entrelazando sus dedos entre sí, haciendo que los músculos de sus brazos se marcaran por completo.