Dylan era todo lo que estaba bien; guapo, pelinegro, ojos azules y alto.
El chico que sueñas, deseas y te hace mojar las bragas...
Pero también el que con un par de palabras te rompe el corazón.
Ese era el imbécil de mi vecino...
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Esta es mi prim...
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April
Estar en un armario es lo más incómodo de este mundo, y no lo digo sólo por los vestidos que caen sobre mi cabeza, sino que también por la cosa punteada que tengo entre las costillas y no me deja respirar.
«Gran idea April»
Escucho los pasos cerca de la puerta, cierro los ojos preparada para lo que se viene, abren y...
—¡Te encontré! —el grito de Cam me deja sorda.
Hago un puchero ¿Porque siempre me encuentra?
—Hiciste trampa —le reprocho
—¡No es cierto!
—¡Si lo hiciste! —rueda los ojos.
—Claro que no, tú tienes la culpa por esconderte siempre en el mismo lugar.
Cierto, solo a mí se me ocurre.
—Sí, pero tú deberías de hacerte la tonta y hacer como que si no me encuentras —me encojo de hombros
—Está bien —cierra de mala gana la puerta y empieza a contar de nuevo.
Suprimo varias risas cuando escucho como me llama y "no me encuentra"
Pasan alrededor de quince minutos y nada.
Salgo sin hacer ruido y me percato de que está frente a mi televisor viendo la Bella y la Bestia.
—¡Oye!
—Dime.
—Me dejaste sola en el armario.
—No te encontré —suelto una carcajada.
—Ajá
—Te lo juro.
—Cam, si lo hiciste.
—Hice lo que me dijiste —nos miramos para después estallar en carcajadas.
—Estás mal de la cabeza, pero aun así te quiero.
—Yo te quiero más.
Volteo hacia la televisión y frunzo el ceño cuando por vigésima vez veo a bella enamorada de la bestia, para mí que ella se enamoró de su biblioteca y no de él, pero bueno.
Pasamos el resto de la tarde viendo películas y jugando. Estamos a nada de terminar las vacaciones, y es por eso que estamos disfrutando al máximo estos últimos días.
—Cuando tenga una hija le pondré Aurora.
—¿Por qué?
—Me gusta mucho ese nombre —se encoje de hombros— Además, que es mi princesa favorita.
—¿Sí? ¿Y sabes al menos de dónde vienen los bebés? —pregunto.
—¡Pfff! Claro que lo sé —sonríe exageradamente— La cigüeña los trae. Mi mamá dice que tengo que enviarle una nota a la cigüeña explicándole porqué quiero un bebé y si ella mira que tengo buenas intenciones me los concede —suelto una carcajada.
