Traiciones [Albus Severus Potter]

CAPÍTULO 14

El beso.

Albus se encontraba muy –demasiado– preocupado por Ivy, a veces se hallaba a sí mismo pensando en ella, tratando de descubrir que la tenía tan distraída últimamente; que le preocupaba. A veces creía que tal vez solo era una secuela por lo ocurrido en Hogsmeade, ya que desde ese momento no se sentía igual, se miraba triste, atormentada por algo. Sin embargo, Rose no dejaba de reprocharle que era asunto de chicas y que era mejor dejarla tranquila y no hacerle preguntas. Si Ivy necesitaba el apoyo de sus amigos lo pediría, de lo contrario, solucionaría sus problemas por sí sola. Así era como funcionaba su cabeza y Albus comprendía, las personas tenían sus formas de afrontar obstáculos o de reaccionar a distintas situaciones; debía dejarlo ser.

De todas formas, Albus trataba, pero no podía, no quería dejarla sola, Ivy había estado para él incontable de veces e incluso para la situación más mínima e insignificante; sentía que debía devolverle el gesto. A veces incluso, se daba cuenta de que pasaba tiempo mirándola, prestándole demasiada atención, la pelirroja casi no comía e incluso lucia agotada, pero no comprendía el motivo de su deterioro. Ella por su parte, intentaba disimularlo, fingía ser la de siempre, como si no pasara nada por dentro. La chica que alguna vez lo había iluminado todo con su simple sonrisa, la chica que le hacía feliz, poco a poco se estaba perdiendo en una sombra oscura.

Por otro lado, octubre había hecho su entrada en un abrir y cerrar de ojos, aquel día, Debby caminaba hacia Albus, quién estaba esperándola, eran las pruebas para el equipo de Quidditch de Gryffindor y Slytherin, sus capitanes –James y Rowena–, habían decidido tomar las pruebas juntos, haciendo que los postulantes tuvieran un mini partido de prueba. Si bien, a Albus no le gustaban mucho los deportes, había decidido intentarlo, quería tener sus propios buenos recuerdos del colegio, como lo había hecho su padre en el pasado.

Y hablando de Debby, era otro asunto que mantenía a Albus pensando por las noches, pues la muchacha le gustaba mucho, pero últimamente había estado tan metido en el tema "Ivy" que casi no había avanzado con la morena. A veces debía tener cuidado de que ella no le descubriera mirando a la pelirroja, porque solía malinterpretar la situación y era algo que Albus todavía no manejaba muy bien. Fue así como le invitó a ver su prueba esa mañana, después de todo el asunto de Hogsmeade y de que Ivy le asegurará que ella y Albus eran solo mejores amigos, las aguas se apaciguaron entre los tres, pudiendo seguir adelante con la apuesta.

— Perdón la tardanza, Yin no dejaba de hablarme de un chico que le gusta –puso los ojos en blanco.

— No te preocupes, aún no empiezan.

El campo estaba repleto de chicos desde el cuarto año en adelante, James no quería elegir a los de séptimo pues según él, necesitaban mentes y cuerpos jóvenes, era su último año y se había propuesto ganar la copa de las casas cueste lo que cueste. Rowena por su parte, le daría una chance a quién realmente lo mereciera.

Debby se sentó en las gradas mientras le daba ánimos a Albus, le gustaba mucho su presencia, pero no dejaba de preguntarse en donde estarían sus dos mejores amigas, no podían fallarle, no cuando finalmente estaba haciendo algo por su cuenta. Sin embargo, no había rastros de ellas, miro a Scorpius quién estaba listo para ayudar con las pruebas y este solo levantó los hombros, tampoco sabía que estaba pasando con las chicas.

— Muy bien, vamos a acomodarnos, ¿de acuerdo? Esto será bastante sencillo, los guardianes de ambos equipos hagan una fila a nuestra derecha (dije derecha, Willis), si esa es la derecha –empezó la capitana de Slytherin.

— Bien, mi compañero Ian Wood, quien fue cazador de Gryffindor el año pasado, les arrojará cinco quaffles, ¿entendido? Las dos personas que logren detenerlas todas se quedan, quienes no, están fuera. ¿Alguna duda? –preguntó James–. Bueno, después de los guardianes haremos la prueba de los golpeadores y finalmente la de los cazadores y buscadores.