CAPÍTULO 17

134 6 0
                                    

El partido de Quidditch.

Ya había empezado a dudar de ti, compórtate como se debe y obtendrás tu recompensa.

Por cierto, excelente información, continúa trabajando así.

Con amor, papá.

Ivy se sentía molesta, arrugo el pedazo de papel y lo arrojo dentro de su baúl de viaje, habían transcurrido dos semanas y se estaba sintiendo al borde del abismo otra vez, ¿y si él quería que fueran a casa para navidad? Ella temía que le hiciera daño, debía pensar en algo antes de que llegara diciembre, el tiempo corría, se acortaba. Sentía que si no encontraba a quien contarle se iba a desvanecer de la amargura, por todo lo que estaba cargando en silencio. ¿Pero que podía hacer al respecto?

— ¿Estás segura de que no te molesta que no vaya? –preguntó Rose, asomándose por las cortinas de su cama.

Con la llegada de octubre también lo hizo el primer partido de Quidditch, el cual era ese fin de semana, todos estaban eufóricos por ese deporte, el más importante del mundo mágico. Los equipos habían comenzado a practicar desde la tarde hasta que la noche llegaba, hacían ejercicio y se alimentaban para estar sanos y fuertes. James era un capitán muy exigente y siempre quería lo mejor para su equipo, claro que Ivy no lo admitiría en voz alta, pero él era un increíble capitán y se aseguraría de conseguir la victoria para su casa ese año.

Hoy había un entrenamiento para el equipo de Slytherin, el último antes de jugar contra Hufflepuff el sábado, por lo que Debby, su mejor amiga Yin, Rose y Ivy irían a verlos para darles apoyo moral. Todo iba perfecto, hasta que Rose dijo que no podía asistir porque tenía una cita con Scorpius después del partido y prefería aprovechar el tiempo en planearlo todo. Ivy comprendía lo controladora que podía llegar a ser su mejor amiga, por lo que no protesto, después de todo, siempre que podía los dejaba solos. Ella quería más que nadie que se pusieran de novios, ¿Por qué se tardaba tanto Scorpius? Estaba decidida a intervenir cual hada madrina si hacía falta.

— Rose deja de preguntar, ya dije que no hay problema, solo es un entrenamiento más. ¿Acaso no quieres ir a tu cita?

— Bueno, no es una cita-cita.

— No oficialmente, pero salen como si lo fuera –suspiro.

— El punto es que...

— No hay punto, organiza tus cosas y diviértete, ¿quieres? –sonrió–. Puedo manejar esto de salir con Debby y su amiga, todo será perfecto.

Mas tarde, se dirigió fuera de la sala común y hacia el campo de quidditch en donde el resto de las serpientes se habían aglomerado con entusiasmo, impacientes por el siguiente partido. Debby y Yin se hallaban frente a las gradas esperándole.

— Hay un poco de viento, pero el día es estupendo –comento Debby.

— ¡Qué bueno que no somos de Hufflepuff o no estaría aquí! –gruño, Yin.

— Dijiste que no ibas a comportarte grosera Yin, se más amable.

— ¡Pero es que...!

— ¡Miren es Hagrid, vamos a alcanzarlo! –grito Ivy, antes de que ellas pelearan.

Hagrid también solía ir a los entrenamientos, era muy fiel y fan de Gryffindor, pero también muy amigo de Albus y Scorpius. A Ivy le gustaba acompañarlo y sentarse juntos para debatir que jugadas estaban mejores y cuales no. La pelirroja se sentía un poco cansada de las discusiones de las Ravenclaw, ¿para que invitaba a Yin? La adolescente siempre estaba refunfuñando y tirando mala onda porque no era muy fan del clan Potter.

Traiciones [Albus Severus Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora