CAPÍTULO 33 [Parte 2]

205 6 9
                                    

La Batalla de Albus.

Ivy Van Der Woodsen se preguntó si estaba haciendo bien al dejar ir a Albus solo, al permitirle ir a enfrentarse con su padre. Aún podía correr a él y detenerlo, aún podía tomar su lugar, Kurt ya había derrotado a la profesora McGonagall y ella era una bruja que, a pesar de su edad, tenía experiencia en batallas y por lo tanto, era un hueso bastante difícil de roer y aún así estaba herida e inconsciente. Mientras que la madre de Ivy, Anne, se sentía demasiado mal como para ponerse si quiera de pie, Harry Potter y su esposa habían llevado a la mujer a un lugar seguro mientras esperaban a un medimago, por lo tanto, no estaban en el corredor con su hijo. No para ver el sacrificio de un Potter. Fleur y Bill, mientras tanto, estaban encadenados por un hechizo que había conjurado Kurt, si alguien debía o podía ayudar a Albus, esa sería Ivy.
El pelinegro quedó a unos metros de distancia de su enemigo, el hombre se giró con lentitud, como si quisiera generar temor al adolescente. Su expresión era de locura total, las oscuras ojeras eran demasiado grandes para su cara, parecía que no estuviera comiendo o durmiendo bien, no parecía él mismo, de hecho. Albus estaba aterrado, no podía mover su cuerpo, Kurt le sonrió.

—Albus Severus Potter, he esperado tanto por este momento, muchacho.
—¿Por qué? –su voz tembló un poco.
—Porque, así como Lord Voldemort se enfrentó a un Potter, yo también quería hacerlo. Pero claro, no podía ser tu padre, es demasiado viejo y tu hermano demasiado arrogante, entonces, pensé en ti y Delphini estuvo de acuerdo, dijo que tendrías el potencial.
—¿Debería sentirme alagado?
—Bueno, digamos que el error que Voldemort cometió fue construir Horrocruxe que tu padre luego destruyó, eso y el simple hecho de que un mocoso le derrotara, ¿pero sabes algo, querido Albus? –sonrió comenzando a caminar alrededor del chico, mientras él sostenía su varita por si la necesitaba–. Estoy preparado, no voy a permitir que un mocoso que no sabe nada de magia me venza, esta noche tu morirás y luego, todos aquellos quienes se opongan al mandato del Augurio.
—¡Ella no nos gobernará!
—¡MIENTES! –exclamó alzando una mano y lanzándolo contra la pared a su derecha. Ivy gritó y quiso acercarse, pero algo invisible, como una pared, le impedía hacerlo.
—¡DÉJAME ENTRAR, PAPÁ DÉJAME ENTRAR! –gritó golpeando con fuerza–. ¡NO LE HAGAS NADA! ¡ALBUS!
—¿Creíste que un mocoso como tu podría detenernos? –rió, arrodillado ante el cuerpo de Albus–. En verdad, ¿pensaste que cómo lograste liberar a tu familia, podías salvarla de una muerte segura? ¿Creíste que no podría contra ti?
—Mi… mi padre era tan solo un bebé cuando destruyó a Voldemort y tan solo un año más grande que yo cuando lo venció. ¿Qué te hace pensar que no podré? ¿Qué te hace subestimarme tanto? –exclamó, reuniendo esa fuerza que creyó nunca tener y poniéndose de pie de un salto, a lo que Kurt retrocedió rápidamente.
—¿Qué me hace pensarlo? –preguntó con burla–. Que eres un cobarde, Albus Potter, conozco tus miedos, los sé y también se de tus inseguridades. Siempre el marginado hermano del medio, desafortunado en el amor y el menos notado en Hogwarts, siempre has sido absolutamente nada, no eres siquiera digno de tu apellido y lo peor es que lo sabes. Sabes que no lo mereces y nunca serás como tu padre, tú sombra.

Albus enmudeció, sus ojos ardían por las lágrimas que querían salir, sintiendo como todos sus miedos atravesaban su mente en ese instante. Como nunca era tan valiente como Lily o tan popular con James, como lo único que realmente era suyo eran sus calificaciones en el colegio y, sin embargo, alardear de ello le hacía un completo nerd. Kurt estaba dando en el blanco, le estaba haciendo ver todo lo que él odia de sí mismo, todo lo que por años sufrió y se sentía absolutamente nada, todo aquello que siempre temió que alguien le dijera a la cara. Claro que cuando creyó que no podía ser peor, simplemente lo fue y Kurt soltó otra bomba.

—Oh y claro, casi lo olvidaba –sonrió–. Todo este tiempo has amado a una adolescente que te traicionó.
—¡NO LO ESCUCHES! ¡Albus no lo escuches, solo está tratando de confundirte! –gritó la pelirroja, mientras Albus volteaba a mirarla.

Traiciones [Albus Severus Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora