CAPÍTULO 2

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Van Der Woodsen

Había pasado un año desde que Ivy ingreso a Hogwarts, un año desde que había pisado King Cross por primera vez. Era extraño pensar en que esta vez todo era diferente. Ella se encontraba caminando por la vieja estación de trenes, su mirada fija en el frente, auriculares en sus odios y música ambientando sus pensamientos. Recordó sus vacaciones de verano, las peores de toda su vida, lo que jamás imagino ver, algo de lo que nunca quiso enterarse. Traición, aquella palabra no dejaba de rondarle. ¿Pero qué más podía hacer? No podía evitarlo, tenía miedo, le creía capaz de asesinarla, no lo dudaba porque aquel hombre le inspiraba desconfianza. Ya no era la persona que alguna vez amo, había cambiado, se había dejado manipular, tenía un objetivo y mataría a cualquier persona que tratara de impedirlo; inclusive su propia hija.

Alguien choco con ella, era su hermano pequeño, Brandon, quien caminaba empujando a cuestas su carrito con las maletas y la lechuza que llevaría a Hogwarts. Era finalmente su primer año y estaba muy emocionado, no era para menos, el castillo era impresionante. Sin embargo, Ivy se encontraba deprimida y temerosa, sabía que todo iba a cambiar tan pronto atravesara la pared de piedra entre los andenes 9 y 10. Una vez del otro lado, la verdadera pesadilla daría comienzo y no podría frenarla. Jamás creyó que se sentiría triste de volver a Hogwarts, caminaba con pesadumbres, arrastrando sus piernas, queriendo que la tierra le tragara en ese mismo instante y a su vez, aguantando las lágrimas.

Su padre, Kurt Van Der Woodsen, se colocó junto a Bran, iban a atravesar la pared juntos. Ivy se detuvo detrás de ellos, observando, manteniéndose callada y apartada. Observo sus maletas, recordando... Era una bruja de dieciséis años, sus padres eran magos, pero eran mestizos. Había crecido en USA hasta que su padre decidió mudarse a Londres, todo iba perfecto. Tenía amigos, había aprobado todas sus materias y había aprendido mucho, sin embargo, el pasado era algo que a Ivy le pesaba mucho. Su madre los había dejado cuando tenía trece años, nunca supo por qué y nunca decidió si la perdonaba o no. Jamás había tomado el tiempo de comprender como se sentía al respecto. Siempre evitaba el tema o decía que su madre estaba muerta, pero sabía que aún vivía, ella le enviaba cartas a Brandon cada vez que podía, pero Kurt las ocultaba y quemaba. Ivy lo había descubierto a los quince años y se había sentido una mierda porque su madre no enviaba nada para ella. A pesar de todo lo había superado, pero Kurt no.

Ivy se preguntaba si todo hubiera sido mejor si no hubiera descubierto su secreto. Odiaba haberlo hecho porque le hacía sentir miserable.

— ¿Señorita? ¿Qué está haciendo? ¿Puede moverse por favor? Obstruye el paso –exclamo un señor, se veía molesto.

— Lo siento, no me di cuenta.

La adolescente respiro hondo, aceptando su destino y corrió hacia la pared de piedra, haciéndole frente, queriendo que le golpeara y perdiera la conciencia, sin embargo, lo atravesó. El expreso de Hogwarts color escarlata la recibió, al igual que una oleada de padres y alumnos de todas las edades, Brandon daba brincos de emoción mientras su padre sonreía, ¿Cómo podía? Era un completo hipócrita, Ivy no lo soportaría por mucho tiempo. Camino hacia ellos mientras miraba a su alrededor, faltaba poco para irse por lo que ayudo a su hermano a buscar un compartimiento y pusieron su equipaje.

— Ya casi es hora –dijo Kurt–. Voy a echarlos mucho de menos.

— ¡También yo papá!

— Bien, Bran mejor vamos subiendo.

— Ivy –Kurt agarro su brazo–. Creo que sería cortes que te despidieras como se debe.

— Creo que sería cortes que soltaras mi brazo.

Traiciones [Albus Severus Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora