Traiciones [Albus Severus Potter]

CAPÍTULO 7

Las nuevas clases de Defensa.

Ivy aun no olvidaba la humillación de Ignatia, no entendía cómo era que ella sabía sobre su madre, pero al menos creía tener una teoría al respecto que involucraba a su padre. Kurt tenía planes macabros que incluia a los Mortifagos y a una posible nueva guerra mágica y si así era, seguramente el padre de Ignatia estaría metido en el lio. Su apellido bien lo ameritaba, tal vez conocían a Kurt y quizá, aunque Ivy no comprendía como, ella se había enterado de la verdad sobre su pasado en Estados Unidos. Claro que o esa era la verdad o... Simplemente no tenía nada y la duda le estaba carcomiendo.

Todavía recordaba el día siguiente a su encuentro con Zabini, todos quienes habían estado presente le miraban o le señalaban al pasar e incluso si no habían estado presentes, se había corrido la voz y los susurros a su alrededor eran una completa tortura. Ivy incluso recordaba que cuando le conto a Rose lo que le hicieron tuvo que sostenerla con ayuda de Lily, las gemelas Lucy y Molly y bueno el resto de sus compañeras de cuarto para que no saliera a buscar a Ignatia y enfrentarla en un duelo. Su carácter era fuerte y decisivo, si se la molestaba era mejor esconderse, Rose era muy peligrosa. Sin embargo, al no poder desquitarse por la fuerza, soltó un montón de atrocidades y cosas que le haría a la morena si la tuviese enfrente; también regañando a Ivy porque la había enfrentado en primer lugar. La pelirroja se sentía un poco cohibida, lo había hecho por ella y Scorpius y a cambio recibía su furia. ¡Bravo Rose, eres increíble!

Poniendo los ojos en blanco fingió escucharla la mitad del tiempo que estuvo despotricando, hasta que no lo pudo evitarlo y se quedó dormida. A la mañana siguiente las cosas no mejoraron, Rose había hecho otro GRAN escándalo por lo que James le hizo a Albus, con la diferencia de que Albus obtuvo una buena recompensa de parte de su hermano mayor. James se disculpó frente a todos en el Gran Comedor por ser cruel con Albus y este no se sostenía en pie del regocijo que cargaba; se veía contentísimo. Luego de todo el drama adolescente: Rose furiosa, Albus y James amistosos de nuevo y Ivy volviendo a sonreír, los tres se marcharon a Defensa Contra las Artes Oscuras.

— Por aquí chicos, no estudiaremos en el salón hoy –aviso el profesor Ernie Macmillan, mientras sus alumnos le seguían el paso.

— ¿Enfrentaremos boggarts, profesor? –pregunto Annie.

— No esta vez, señorita Worthing.

— ¿Enfrentaremos Dementores, entonces? –pregunto Susie, con aires soñadores.

— ¡Claro que no, Susie! Eso sería peligroso –se estremeció Leila, quien caminaba a su lado.

— ¿Entonces qué haremos? –protesto Rose, ya bastante intrigada.

— Ya lo verán.

Y dicho y hecho, los llevó a las afuera del castillo, al patio de pasto verde y radiante sol iluminándolo todo. Muchos exclamaron un "oh" o un "wow" cuando lo vieron, parecía un laberinto de obstáculos enorme; y lo era. Se dividía en varias partes, cada una con un nivel más difícil y entretenido que el anterior. El profesor les explico que podían hacerlo en parejas o solos, si es que se animaban. Cada clase les ayudaría a perfeccionar sus hechizos y destreza a la hora de defenderse de las artes oscuras. Así es, el laberinto le hacía justicia a las clases. Cuando estuvo seguro de que todos sus alumnos le prestaban atención, el profesor sonriente dijo:

— Veo que les gusto la idea.

— ¡Es increíble! –chillo uno de ellos.

— Lo sé, lo sé, pero deben saber que esto solamente está permitido para alumnos de sexto y séptimo año por lo que comprenderán, deben ser responsables y cuidadosos en todo momento, ¿de acuerdo? Con los demás profesores y la directora McGonagall estuvimos de acuerdo con que, en estos tiempos difíciles, es mejor que los alumnos mayores aprendan a defenderse de las artes oscuras y esta es una buena manera de hacerlo.