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Osamu se había quedado a dormir en mi departamento cuando volvimos de la cafetería y esa era la razón por la cual había despertado con su brazo sobre mi cintura y su cara pegada a mi cuello.

— Osamu, soltame que necesito ir al baño. - protesté cuando iba por mi segundo intento de quitármelo de encima.-

— Nos quedemos un ratito mas, amor. -dijo con voz ronca.-

— Vos quedate si queres, yo en verdad necesito ir al baño. - volví a intentar mirándolo y con un suspiro dramático me dejo libre.-

— ¡Vuelve, que sin ti la vida se me va! -lo escuché cantar y no pude evitar reírme al oír los desafinados coros que le siguieron a esa estrofa.-

Luego de lavarme los dientes, salí del baño y sentí un delicioso aroma que provenía de la cocina así que me dirigí ahí.

— Mmm, ¿qué cocinas? -pregunte asomándome sobre su hombro a la vez que pasaba mis brazos por su cintura.-

— Unos hotcakes con algunas frutas. - comentó mientras se daba vuelta y se inclinaba para rozar nuestros labios.- Pensaba llevártelo a la cama pero arruinaste el momento romántico. -dijo con una sonrisa y reí.-

— No pude evitarlo, mi instinto me dijo: investiga y come. - caminé hacia la mesa y me senté sobre esta.-

— ¿Investiga y come? -repitió riendo, sonreí y asentí.- Bueno, espero que disfrutes este desayuno que hice con mucho amor para mi hermoso novio. 

— En realidad deberíamos almorzar porque ya es mediodía así que-

— ¡Akaashi! -me interrumpió riendo y lo miré.-

— ¿Qué? 

— Arruinaste otro momento romántico. -respondió serio.-

— Ah. -apreté los labios para aguantar la risa.- Yo solo decía la verdad porque ya es hora de... -lo mire y estaba de brazos cruzados mirándome, sonreí.- A ver que tan rico salió tu desayuno.

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Estábamos ambos en la parada de colectivos ya que Osamu debía irse a trabajar. Cuando terminamos de desayunar nos dimos cuenta que él iba a llegar tarde, así que corrió a mi habitación a cambiarse mientras gritaba mi nombre para que lo siguiera.

 Y acá nos encontrábamos, con el detrás de mi abrazándome, apoyando su cabeza en mi hombro y con sus manos entrelazadas con las mías dentro de los bolsillos de mi campera. 

Suspiré al ver de lejos que el colectivo que debía tomarse comenzaba a acercarse, me giré y levanté la cabeza para mirarlo. Tomé sus manos e hice puntas de pie para llegar a sus labios y besarlo. 

— Siempre haces que ir a trabajar sea más difícil si nos despedimos de esta forma. - susurró mientras apoyaba su frente en la mía.-

— Es difícil dejarte ir cuando pasamos todo el día juntos. - comenté separándome luego de que besara mi frente y le hacia señas al colectivo para que se detenga.- 

— Nos vamos a volver a ver, Akaashi. -me recordó y suspire.- Te amo. 

Se acercó a mí y depositó un corto beso, mientras los demás subían al vehículo. 

— Yo igual. -respondí y lo vi alejarse de mí .-

Biblioteca.  (bokuaka) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora