Biblioteca. (bokuaka)

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Los días habían pasado y en mi mente seguía aquel extraño e inusual mensaje que me había enviado (o mejor dicho a la biblioteca) aquel sujeto.

Al principio no sabia como tomarlo ya que había puesto que los aliens lo estaban atacando y pensé que era una broma de mal gusto, pero luego me puse a reflexionar sobre que podría estar borracho y de ahí derivó su rara respuesta, aunque el mensaje se lo veía muy bien escrito para estar ebrio.

— Akaashi, ¿el hombre del libro todavía no te contestó? - preguntó uno de mis compañeros- Konoha me contó que hace mucho no devuelve un libro.

— Sí. - afirmé y lo miré .- y su respuesta fue bastante.... inusual. 

— ¿Inusual? 

— Si, quiero decir, el respondió con un 'no puedo porque los aliens me atacan y debo protegerme' -respondí y Onaga comenzó a reír por lo que lo miré con el ceño fruncido.- Es verdad.

— A ver, déjame leerlo. - se acercó a mi computadora y leyó el email que había mandado. Luego de eso volvió a reír.- Tal vez deberías llamarlo.

Abrí mis ojos de tal manera que pudieron haberse salido si hubiesen querido.

— Me refiero a con el teléfono de acá, además, es lo que suelen hacer si no responden a los emails... - comentó encogiéndose de hombros.-

— Pero el si contestó. 

— Y vos también y ahora no obtuviste respuesta. De todas formas no deberíamos darle tantas libertades para que devuelva el libro, yo opino que mandemos a la policía. 

— ¿¡Qué?! -grite y varios 'shh' se escucharon por lo que la vergüenza por haber sido regañado cual niño de 5 años invadió mi cuerpo y mi cara no tardo un segundo en tomar un color carmesí.- No podemos mandar a la policía solo porque se llevo un diccionario hace un par de meses, me parece algo extremo.

— ¿¡Un diccionario!? - gritó ahora él y nuevamente los 'shh' de las personas que estaban en el lugar volvieron a escucharse y ambos comenzamos a reír.- No puedo creer que se haya llevado un diccionario y no lo haya devuelto. ¿Para qué alguien va a querer un diccionario?

— Para enriquecer su vocabulario capaz.

Si, se había llevado un diccionario. Estoy muy seguro de que era la única persona en haber retirado un diccionario desde que se inventó el Internet.

— De todas formas, deberías llamarlo. -repitió con aire despreocupado.-

— No es mi trabajo llamar a las personas, además nos contactamos con ellos en caso de que no respondan y él lo hizo. - me excusé.-

— Si, pero no dió una respuesta que defendiera su posición. -sonrió y se fue.-

Suspiré mientras movía mi pierna rápidamente y observaba el número escrito en la libreta junto con el resto de sus datos. 

Tome el teléfono de la biblioteca y marqué los dígitos que decían en aquel papel, mis manos tenían un ligero temblor y me sentía nervioso pero no sabia la razón.

Un tono, dos tonos, tres tonos.... iba a colgar, seguramente no estaba en casa. Bueno, por lo menos podía decir que lo había intentado.

-¿Hola? -escuche del otro lado-