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El olor a hotcakes me despertó, froté mis ojos y miré alrededor algo desorientado, recordando lo que había ocurrido la noche anterior.
Me puse de pie rápidamente y perdí el equilibrio, mareandome así que me volví a sentar para recuperarme y volver a mí tarea.
Al llegar a la cocina vi a Osamu de espaldas con un delantal, utilizando mis elementos de la cocina y mi cocina.

— Wow, buen día para vos también. - dijo cuando se dió vuelta y me vió.-

— Buen... día. - murmuré aún estático en mí lugar.-

Pasé mi mirada por toda su cara y cuello descubriendo así que tenía leve marcas de besos y mordidas en este último.

— No sé si te diste cuenta pero solo tenés puestos los calzoncillos. - me informó y abrí enorme mis ojos, sonrojandome.-

— Mierda, perdón. - iba a darme media vuelta para ir a vestirme pero si mano en mí cintura me detuvo.-

— Sabes que no me molesta. - estaba por besarme pero lo detuve colocando mis manos en su cara y empujándolo.-

— Dos cosas te voy a decir, primera - levanté mí dedo índice.- Me levanté apurado y no me lavé los dientes y segunda - levanté mí dedo del medio.- Te dije anoche que iba a tratar de perdonarte pero que no íbamos a volver, no malinterpretes las cosas - lo miré con el ceño fruncido y él sonrió.-

— También te extrañe. - me dió un rápido beso y se dió media vuelta.-

Luego de haber desayunado, Osamu se fue a su casa y yo comencé a prepararme para trabajar.

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— No puedo creer que hayas hecho eso con él. - dijo afligido Konoha haciendo énfasis en "eso".- Después de que estuve a tan poco de ir a golpearlo por haberte hecho sentir mal, vos vas y volves, no aprendes, Akaashi. Es que no lo entiendo. Yo... en verdad es que n-

El ruido del teléfono de la biblioteca interrumpió nuestra charla. Le hice señas con la mano para que se vaya y así hizo.
En realidad era yo quien llamaba al teléfono usando mí celular. En verdad era molesto. Además no habíamos vuelto.

— Akaashi, necesito que revises la lista de los libros que no se devolvieron por favor. - me pidió mí jefe y luego de responderle me puse en marcha con mí trabajo.-

Fruncí el ceño al leer el nombre B.K. Las iniciales se hacían conocidas al igual que el número pero no lograba recordarlas.
Confundido marqué el número esperando a que del otro lado atiendan.

— Buenas noches, Biblioteca Jerónimo. Akaashi Keiji de este lado. ¿Quién habla? - pregunté cuando me di cuenta que habían respondido.-

— Wow, cuánta formalidad Keiji. Habla Bokuto Koutaro, un placer volver a escuchar tu voz.

Biblioteca.  (bokuaka) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora