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Bokuto y yo nos encontrábamos sentados en una banca en un parque cerca de donde arreglamos para vernos porque a él no se le ocurrió mejor idea que comprar un dulce gigante así que teníamos que esperar a que se lo termine.

— Estuve caminado de lo más bien cuando logro divisar a lo lejos algo bastante parecido a un árbol pero de color rosa.  - dijo Bokuto mirando hacia el frente.-

— ¿Un árbol rosa? -respondí apretando mis labios para no reír.-

— Puede parecer raro pero es la verdad. Y lo mejor, es que era... ¡Algodón de azúcar rosa!

Me giré a verlo y sus ojos brillaban de una manera bastante fantástica como si se tratase de un niño hablando sobre un juguete nuevo y que sus ojos, que de por sí ya son lindos, brillen de esa manera era algo radiante y espléndido de admirar.

— Las pocas veces que nos vimos, vos te quedas mirándome mucho y no se si tengo algo en la cara o qué. - murmuró y salí de mí nube centrándome en todo él, quien me miraba.-

— A... Yo- Es que tus ojos tienen un color muy precioso y cuando los miro me quedo anonadado por la mezcla de colores que tienen. - respondí y sus ojos se abrieron enormes, luego su cara se puso completamente roja y apartó su vista de la mía.-

— Mierda,  Akaashi, eso fue muy profundo. No me lo esperaba. - pasó su mano por su cabello y siguió comiendo su dulce.-

— Perdón si te incomode en algún momento o ahora, incluso. No era mí intención. - murmuré apenado. Yo y mí gran boca.-

— No, no me incomodaste ni ahora ni en ningún momento. Solo que estoy sorprendido, no todos los días alguien te dice en la cara que le gustan tus ojos... - se giró hacía mí y comenzó a mirarme fijamente. -

— ¿Por qué me estás mirando tanto? - dije nervioso y con un calor que me recorría todo el cuerpo.-

— Tus ojos también son muy lindos ¿Sabías? Tienen unos tonos en azul que son bastante hipnotizantes, sumándole que los tonos naranjas del atardecer te hacen ver más lindo. Si tuviera que describirlos bien tardaría años en tener una descripción que se adapte bien, es algo inefable.

— ¿Qué? ¿Ine-que? - pregunté con confusión.-

— Acabas de romper la atmósfera buena que había ¿Te diste cuenta? - ambos reímos y desvíe mí mirada aunque seguía sintiendo la de él sobre mí.-

— Perdón pero es que no sé que acabaste de decir y podrías estar diciendo que mis ojos son feos pero usando palabras que no conozco. - lo miré frunciendo el ceño y jugando con mis dedos a lo que él rió-

— Algo inefable es algo que no puede ser explicado o descrito con palabras, generalmente por tener cualidades eminentes, entre otras. Pero tus ojos son muy lindos, me gustan como resaltan con tu color de pelo. Seguro te lo dicen seguido.

— Mmmh.... Mí ex-novio solía decirme que tenía lindos ojos y a veces un par de personas en el trabajo pero nadie se pone a verme y explicar tan detalladamente el por qué le gustan el color de mis ojos como hiciste vos. - sonreí.-

— ¿Lo extrañas? -preguntó y giré a verlo confundido.-

— ¿A mí trabajo?

— A tu ex.

— Sí, obvio que sí.  -respondí y miré hacia mis manos.-

— Y si te pide que vuelvan a estar juntos. ¿Aceptarías?

—  Yo... No sé. Sé que no debería porque me lastimó pero estuvimos tantos años juntos y compartimos muchas cosas, que a veces me pongo a pensar.... Tal vez podría perdonarlo y volver a como era todo antes.

— ¿Puedo saber la razón por la que terminaron?

— Me engañó. -respondí y solté una pequeña risa.- Cuando me pongo a pensar en eso también digo... Si lo hizo una vez, lo va a hacer dos veces porque no importa cuántas excusas me ponga lo va a hacer otra vez y no quiero perdonarlo pero lo extraño. - suspiré mientras pasaba una mano por mí cabello.- Pero bueno, no vamos a hablar de mí problema amoroso. Contame vos, ¿Te gusta alguien?  - lo miré y ya había terminado de comer su dulce así que jugaba con el palito de este pasándolo entre sus dedos como hacen los bateristas.-

— Estoy averiguando eso, no estoy muy seguro. -comentó con la vista pérdida en algún frente a nosotros.-

— ¿No estás seguro? -pregunté y él se puso de pie tendiendome su mano la cual tomé.-

— Exacto pero como dijiste no estamos acá para hablar de problemas amorosos así que vamos. - se puso detrás de mí y coloco sus manos en mis hombros empujandome para que camine.- Vamos, vamos.

— Pero quiero saber más... - trataba de girarme pero el reía y se negaba a qué lo mire.-

Biblioteca.  (bokuaka) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora