Biblioteca. (bokuaka)

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— Pero podés agarrarme la mano siempre que quieras. - dije con mí cara ardiendo.-

— Lo pensé muchas veces pero capaz era algo invasivo o molesto y tal vez te ibas a sentir incómodo. - entrelacé nuestras manos y suspiré.-

— No me molesta.

Lo miré de reojo y lo vi sonreír.

— Está bien, entonces lo voy a hacer.

Nos quedamos en silencio mirando el aquel cielo estrellado, con Bokuto jugando con mis dedos.

— Podés elegir alguna estrella. - dijo luego de unos minutos.-  Yo te la voy a comprar.

— ¿Comprar? ¿ Vos me vas a comprar una estrella? - le pregunté mientras sonreía y lo miraba, la luz de la luna alumbraba su cara, dejandome ver lo brillantes que estaban sus ojos, aunque no sabia si era por el frío o porque estaba emocionado, dado a que sus ojos siempre adquirian un brillo que, no iba a negar, me gustaba ver. -

— Sip. - contestó y miré hacia el cielo nuevamente.- Puedo comprarte todas las que quieras, aunque hay algunas que ya fueron compradas por otras personas.

— Así que me vas a comprar una.... mmmm.... Me gusta aquella. - comenté señalando una.-

— ¿La que más brilla? 

— Sip.

— Está bien, voy a comprarte esa. Espero que la cuides bien y siempre que la mires te acuerdes de mi. - dió un ligero apretón en mis manos.-

— La elegí porque tienen un parecido. -Solté y sentí que giró para mirarme.-

— ¿Parecido? ¿En qué?

-No se.... cada vez que estoy con vos y te miro a los ojos, veo que tienen un brillo re lindo,  y me gusta porque además de que tenés un color re lindo de ojos ese brillo los hace más lindos todavía.... Y esa estrella es una de las que más brilla de todas, y cuando te miro pareciera que vos sos el que mas brilla de todas las personas que suelen estar alrededor nuestro.

Ambos nos quedamos en silencio un rato largo, parecía que estaba todo tranquilo porque solo se escuchaban los grillos pero en mi interior estaba gritando porque habia largado algo extremadamente cursi y él simplemente se quedó en silencio mirando el cielo,  no sé si preocuparme por si está dormido aunque no me atrevo a mirarlo.

Tome una respiracion profunda y lo miré de reojo, tenía ambas manos detrás de su cabeza y respiraba calmadamente pero sus ojos estaban abiertos, por lo que descarte rápidamente el hecho de que estuviera dormido.

Solo estaba ahí, sonriendo. Sin darme una respuesta y yo muriendo internamente.