𝑻𝒂𝒓𝒅𝒆 𝒐 𝑻𝒆𝒎𝒑𝒓𝒂𝒏𝒐 (𝑹𝒐𝒔𝒆𝒌𝒐𝒐𝒌)

𝑪𝒂𝒑 54 "¿𝑻ú?"

Ambos nos encontrábamos abrazados. Ella se había dormido en mis brazos entre llantos y dolores infinitos. Yo no pude dormir en toda la noche pensando en alguna manera de hacerla felíz, pero al final siempre recordaba el maldito hecho de que estaba por casarme con alguien que no era ella. Le estaba por entregar mi vida a alguien que prácticamente no conocía, y me dolía en el alma saber que no tenía escapatoria alguna.

Comencé a llenar su preciosa carita de besos, ella comenzó a reír mientras se retorcía entre mis brazos.

Sonreí al verla.

Hace mucho tiempo no la veía sonreír y reírse de esa manera. Sentí cómo por al menos unos segundos el alma me volvía al cuerpo, y aquellas estúpidas mariposas volvieron a aparecerse causando tornados y revoloteos vivaces en mi estómago.

-Buenos días princesa.- Saludé luego de detenerme con la tortuosa serie de cosquillas.-

Rose: Buenos días príncipe.- Sonrió. Pareció olvidar todas las cosas horribles por las que estaba pasando por tan solo un instante, y me ví obligado a tratar de hacerla sonreír todo lo que me fuese posible.-

-Rosie, me gustaría proponerte algo.- Dije mientras me sentaba mejor sobre la cama y me estremecía.-

Rose: Si, pero antes quería decirte que voy a viajar unos días a Busan. Iré a cuidar de mi abuela por al menos unos días hasta que me asegure de que quede en buenas manos, y mi tía se encargará del cuidado de mis padres en lo que yo no estoy.-

Bajé la cabeza con un puchero.

-Bueno... yo quería, no lo sé, tal vez que nos tomemos un día y nos olvidemos de los problemas. Hace mucho no salimos juntos y... creí que tal vez tú querías...- Me rasqué la nuca nervioso.-

Rose: Jungkook.-Me detuvo seria.- Mi abuela tiene Alzheimer. No puedo tomarme unos días de "descanso" de eso. No voy a ser egoísta y dejarla a su merced. No tengo tiempo para esto, alistaré mis cosas y me iré cuánto antes.-Se levantó de la cama y comenzó a estirarse.-

Me di un golpe mental por abrir mi estúpida boca. Tenía razón, no podía dejar de lado a su abuela en estos momentos, pero yo solo quería pasar más tiempo con ella, no creí que se lo tomaría de esa manera.

-C-Claro, perdóname, soy un idiota. ¿Necesitas que te ayude con eso?.- Ella negó con la cabeza sin quitar la vista de la valija que se encontraba a varios metros suyos.- D-De acuerdo, y-yo iré a preparar algo. Si necesitas ayuda avísame.-

Me acerqué a ella y retiré alguno de sus mechones traviesos que se colaban por su frente y bloqueaban sus ojos. Dejé un casto beso sobre sus labios y ella sonrió muy pequeñamente.

Me di la vuelta a punto de salir, pero entonces mi mente hizo "clic" y pensé: Vas a casarte en una semana y no es con ella, deberías de tomarte más en serio todo el tiempo que tienes a su lado antes de que sea demasiado tarde y te arrepientas por no hacerlo duradero.

Me giré hacia ella decidido, y mientras comenzaba a abrir la cerradura de la valija, tomé con mis manos su cintura y la volteé. La besé como si fuera la primera vez, lleno de deseo, respeto, cariño y amor. Mierda, la amaba demasiado y esto dolería mucho más de lo que pensaba.

Sus labios seguían igual de dulces que el primer día, sus párpados seguían ocultando el hermoso miel de sus ojos, como el primer día. Nuestras lenguas seguían bailando y complementándose a la perfección, tan cálidamente, era algo de lo que no quería tener que librarme jamás. El trazo de su piel recorrida por el tacto de mis dedos, seguía apropiándose de su figura de manera acogedora, igual que como lo hacía el primer día.

Mierda, esas estúpidas mariposas de nuevo.

Sonreí y dejé un último besito en su naricita. La dejé continuar y me dirigí hacia la cocina para preparar algo, pero entonces, mi teléfono comenzó a vibrar sobre mi bolsillo izquierdo. Tomé este con cierta incertidumbre, pero todo mi mundo se decayó en el momento exacto en el que leí el nombre del propietario.