𝑪𝒂𝒑 51 "𝑵𝒐 𝒍𝒐 𝒅𝒊𝒈𝒂𝒔... 𝒑𝒐𝒓 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓"

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Miraba mis manos. Estas se encontraban entrelazadas.

La presencia de aquél hombre ardía, me quemaba. Lo odiaba, lo odio, y lo odiaré para siempre.

Yo no debería estar aquí. No debería estar en este auto, el cual es conducido por un loco que solo me ve como una bolsa de dinero.

Debería estar abrazando y consolando a Rose. Debería decirle que todo estará bien. Debería llenarla de besos y caricias para que jamás dudara ni por un segundo de todo el inmenso amor que le tengo.

En qué demonios me metí? Ya no me sentía seguro de las decisiones que tomaba... Cómo mierda se supone que me casaría con alguien que no fuera Rose? Yo jamás haría eso.

Pero lo estaba haciendo.

Kwan: Bájate.-Ordenó. Gruñí por lo bajo y obedecí.

Él me regaló una corta mirada llena de maldad. Tragué duro en cuanto noté la pistola con la que me amenazó segundos atrás, colgando de su cinturón.

Después de un par de asesinas miradas entre ambos, bajé del vehículo.
Mis ojos observaron un enorme y lujoso restaurante. No quería entrar, pero sin embargo, caminé hasta allí. Quería terminar con esto de una vez por todas.

Comencé a caminar hacia el restaurante con mala cara. La mano de Kwan posada fuertemente en mi pecho, me detuvo antes de que pudiera dar un paso más.

Kwan: Estás de broma si crees que voy a dejarte entrar allí, así.-No pude mirarlo a los ojos, pero aún así mi rostro se notaba confuso.- La hija de este empresario es una hermosa muñequita de porcelana, tu Rose no le llega ni a los talones. No dejaré que la persona que se presente como mi "hijo" se vea como un indigente.- Apreté mis puños con fuerza, demasiada como para intentar aguantarme y no saltarle encima para ahorcarlo.-

-Si vamos a hacer esto, por lo menos cuida tu lenguaje con mi novia. A ella no le faltarás el respeto, que te estoy cumpliendo tu maldito capricho como para que encima tenga que escuchar tus odiosos comentarios. Y créeme que me estoy aguantando las ganas de estamparte y ahorcarte contra esa muralla de ladrillos.- Él solo echó una carcajada amarga. Tan típico y asqueroso de él.-

Kwan: Te voy a decir una sola cosa Jungkook. Me importa una mierda si sigues o no con tu noviecita... Pero eso sí. Si la hija de este hombre se llega a enterar de que andas babeando por otra, vete despidiendo de tu querida Rose.- Me dí la vuelta, dándole la espalda. No soportaba tener que respirar el mismo aire que aquél miserable ser sin un poco de sentimientos.-

-Qué quieres que haga ahora?.-Pregunté una vez que mis entrañas dejaron de revolverse, aunque realmente no lo hacían gracias a su insoportable presencia.-

Kwan: Ve al edificio de al lado. Sun Hee te está esperando para prepararte como se debe.- Asentí intentando no tener la necesidad de darme la vuelta y despedazarlo en ese mismo momento.-

Me dirigí hacia el edificio de al lado. Al entrar, este se basaba en un pequeño salón, en el cual ya estaba Sun Hee sentada frente a un espejo.

En cuanto notó mi presencia, se levantó rápidamente con una enorme sonrisa en su rostro y se acercó a mí. Noté que extendió sus brazos con la intención de abrazarme, pero rápidamente puse ambas manos en alto y me alejé de ella.

-No me toques.- Solté con repugnancia. Ella me observó por un par de segundos en silencio, mientras veía cómo su sonrisa se iba desvaneciendo hasta tener una expresión llena de decepción.

Pero qué estaba esperando? Un besito en la mejilla? Realmente creía que yo iba a abrazarla?. Este par de locos son tal para cuál. No me sorprende que estén casados.

𝑻𝒂𝒓𝒅𝒆 𝒐 𝑻𝒆𝒎𝒑𝒓𝒂𝒏𝒐 (𝑹𝒐𝒔𝒆𝒌𝒐𝒐𝒌)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora