Dear diary, - ✧byler✧ [terminada]

Día 47 (parte 1)

— Venga ya.

— Yo avise.—dice Cam

— No fastidies.

Una vez dentro de aquella casa todos los del grupo se quejan. Más de la mitad de la gente que hay en la fiesta van disfrazados con los mismos monos rojos.

— Bueno pues nada. —aclara Lucas.— Lo importante es que hay bebida graaatis.

— Bah ¿qué mas da? Venimos para pasarlo bien. —anima su novia.— O en mi caso para cuidar a Lucas.

— Dejale Max, si se pasa bebiendo es problema suyo. —la defiendo. Rara vez lo hago.

— Esoo, no eres mi madreee.

— Ya va mamao el cabrón. —interviene Dustin.

— Que te jodan Lucas.

— Max no le hagas caso, va borracho. —la vuelvo a defender.— No te vay-

Pero ya es demasiado tarde. La pelirroja se ha cabreado pero bien esta vez y ha abandonado al grupo, colándose entre la multitud.

— La has cagado, tío. —se enfada Will.

— Bueno, dejadla. Yo me las piro con el grupo de baloncesto un rato, ahora nos vemos. —se despide.

— Yo voy con Lucas, chicos. No vaya a ser que tenga un accidente esta noche. —explica Dustin. Y ambos desaparecen entre la gente.

El ambiente de la fiesta está bien: Casa grande, decoración de Halloween, poca iluminación, luces de neón y buena música. La verdad es que estoy animado.

— Voy a por bebidas, —nos indica Cameron a mi chico y a mí.—¿Quereis algo?

— Yo un ron-cola. —contesto enseguida.

— Yo nada, gracias.

— Valep. —y da media vuelta en dirección a la cocina dónde tienen todas las bebidas.

— Espero que no sea muy fuerte. —se preocupa Will.

— No, no te preocupes. Es de lo más flojo que hay, por eso. —explico.— A no ser que Cam me lo llene hasta arriba. Pero me fio de él.

— Nah, Cam no se pasará. No te tiene rencor ni nada... —bromea.

Río. Obviamente no me tiene rencor. Pero si se pasa con el alcohol tampoco me importaría. No está mal desfasarse de vez en cuando. Y hoy vengo animado.

— Ey Mike, —dice dándome un toque en el brazo.— ¿ese no es tu profe de guitarra?

¿Qué? ¿Qué el señor King está aquí?
Imaginate encontrarte a un profesor de fiesta. Seguro que a nadie en la vida le ha pasado. Pero que casualidad que a mí me ha tocado.

— No sé, no le veo. —miento. Está literalmente delante de nosotros.

Por favor que no me vea, por favor que no me vea... Que vergüenza.

— ¡Hombre, Michael! —dice Connor una vez me ha identificado.

Joder, que suerte tengo...

— Michael... —susurra mi chico.

Mierda. Will parece molesto. Sabía que no le gustó cuando me llamó Michael el otro día.

— Con que... ¿La Casa de Papel vosotros también? —dice señalando nuestros monos.— Parece que el disfraz de moda de este Halloween.

— Es el más sencillo. —aclaro.

— ¿Y qué haces aquí? No sabía que ibais a venir la fiesta de mi hermano.