Día 8

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Son las seis y media. Ya casi es la hora a la que he quedado con Mike en el parque. Todo el trayecto a pie me lo paso completamente consumido en mis pensamientos mientras escucho en bucle mi álbum favorito de Dean Lewis: “a place we knew”. Siempre que estoy de bajón o estresado escuchar sus canciones hace que me calme, me transmiten paz y hacen que piense mejor. Que es lo que ahora necesito.

Mike no me ha respondido el mensaje que le mandé informándole de la hora y lugar donde le voy a esperar, solamente me ha dejado en leído, y él nunca me deja en leído. “¿Y si no viene?” “¿Me odiará mucho después de la discusión?” Son las preguntas que no se paran de repetir en mi cabeza. Siempre existe la posibilidad de que no venga pero por lo menos hay que intentarlo.

Me siento en uno de los bancos del parque esperando a su llegada. Reviso repetidas veces el móvil para ver si me ha mandado algún mensaje pero no es así, estoy nervioso, tengo que admitirlo. Es nuestra primera discusión como pareja y no sé como empezar la disculpa, supongo que improvisaré y diré lo que me salga del corazón, es lo mejor en estos casos.

— Hey. —oigo decir a una voz conocida.

Rápidamente me quito los auriculares y apago la música. Creo que se me acaba de parar el corazón en seco.

— Ah, e-eh... hola. —sonrío algo nervioso, espero que no se note— No sabía si ibas a venir.

— Si, ya... —se sienta a mi lado— siento no haber contestado al mensaje.

— Sigues enfadado, ¿no?

— Confundido, más bien.

Su tono es algo frío, y eso me dificulta más pensar en como empezar el discurso.

— ¿Tú qué tal? —pregunta al ver que yo me quedo en silencio.

— Arrepentido, soy un imbécil. —suspiro— Siento no haber ido a la cena ayer, no estaba enfermo.

— Me lo imaginaba...

— E-escucha, sé que no he hecho bien en presionarte de esa manera, salir del armario es un paso muy importante y no quiero que te sientas obligado ¿vale? Yo también he pasado por eso y-

— Espera. —me interrumpe— Yo también te debo una disculpa, no te pregunté si te pasaba algo. Fui un insensible, joder.

— ¿Por qué me iba a pasar algo?

Mierda. ¿Tanto se notaba?

— Estabas raro, no eras el Will de siempre.

— Solo era un mal día, no te preocupes.

— Sabes que puedes contármelo ¿verdad? no me gusta verte mal.

— Es solo que —bajo la mirada, automáticamente todos malos recuerdos se me han venido a la mente de nuevo— son muchas cosas a la vez, ¿sabes? youtube, el instituto... Es demasiado.

— ¿A qué te refieres?

— He sacado un dos en el examen de matemáticas más fácil que voy a tener en todo el curso y mi madre y mi hermano ya me han dado la charla de que no estoy esforzándome tanto como debería.

— Joder Will, no tenía ni idea. —un escalofrío recorre todo mi cuerpo en cuanto pone su mano sobre la mía, echaba de menos tener contacto con él— Lo siento.

— También me dijeron que si volvía a suspender me tendrían que mandar a una academia de matemáticas por la tarde durante cuatro horas. —protesto poniendo énfasis en el “cuatro”, ni de broma me voy a pasar encerrado cuatro horas en ese sitio.

— A ver, igual te viene bien lo de la academia.

— ¿Estar en un sitio con gente a la que no conozco? No, gracias.

Dear diary, - ✧byler✧ [terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora