Dear diary, - ✧byler✧ [terminada]

Día 70

Llevo ya un tiempo en casa de los Wheeler jugando a las princesas con Holly. Karen me ha dicho que la pequeña no ha parado de preguntar por mi en toda la semana y me ha pedido que fuera a su casa esta tarde para pasar el rato con ella. Después de lo de ayer no me apetecía mucho venir, pero Holly no tiene culpa de nada, y ahora que no está Mike aquí para jugar con ella seguramente se aburrirá. Así que... bueno, aquí estoy.

— ¡Fuegoo! —exclama ella— ¡Oh no! ¡La princesa está herida!

— ¡Noo! ¿Qué hacemos?

— Tiene que venir su príncipe a rescatarla.

— ¿Por qué siempre tiene que haber un príncipe? Seguro que ella sola puede derrotar al dragón. —digo.

— ¡Wiiill! —se molesta— Que le quitas todo lo divertido.

— Perdón perdón. —se nota que no suelo jugar a esto— ¡Mira! ¡Ahí viene el príncipe!

Y justo en ese momento mi móvil empieza a vibrar, qué oportuno. Lo saco del bolsillo derecho de mi pantalón y como era de esperar, es de Cameron. Otra vez. Lleva mandándome mensajes disculpándose todo el día, y no le he respondido ni uno. Está claro que tenemos que hablar de ese beso pero creo que tenemos que esperar un poco, yo por lo menos necesito un tiempo para pensar.

Sinceramente no sé si le voy a poder perdonar, y si lo hago ni de broma volveremos a llevarnos tan bien como antes. No es solo su culpa, también es la mía porque debería haberme apartado. Dios es que no sé cómo voy a poder mirar a los ojos a Mike e intentar explicárselo sin cagarla más. Soy un novio de mierda.

— Tarde. Ya ha venido otro príncipe a rescatarla.

— ¿Otro? —pregunto extrañado— ¿Y qué pasa con este?

— Hay dos. —aclara.

— ¿Y ella a quién quiere?

— Jo Will no te enteras. —frunce el ceño— A ver, uno de ellos le ha lanzado un hechizo a la princesa para que se enamore de él, aunque no le ha funcionado. Ella en realidad está enamorada del otro. Del que la acaba de rescatar en concreto.

No sé por qué pero esto me resulta familiar.

— ¿Y por qué el hechizo no funcionó?

— Porque el amor es más fuerte que la magia.

No puedo evitar sonreír. Tiene razón, el amor es más fuerte que cualquier otra cosa.

De repente escuchamos el sonido de la puerta de la casa abrirse. Mierda, no puede ser. ¿Será Ted? Karen me dijo que hoy no saldría de trabajar hasta muy tarde. ¿Por qué ha venido tan pronto?

— Tienes que esconderte. —me advierte Holly.

Me duele que siendo tan pequeña sepa de qué va esto, sabe perfectamente que si Ted me ve esto no va a acabar bien. No quiero ni pensar las cosas que habrá presenciado.

— ¿Y dónde? Me va a encontrar.

— Debajo de la cama, vamos

Pero ya es demasiado tarde. Ted acaba de entrar a la habitación y me mira como si hubiese visto a un monstruo. Creo que me he quedado paralizado, no sé que hacer.

— ¿Qué haces tú aquí? —me pregunta serio.

— L- Lo siento, estaba jugando con Holly y...

— ¿Que estabas haciendo qué? —interrumpe— ¿Quién te ha dado permiso para acercarte a mi hija?

— Fui yo quien le dijo que viniera. —interviene ella.