Dear diary, - ✧byler✧ [terminada]

Día 36

Miro mi reloj por décima vez, son ya las ocho. He hecho lo que me dijo Mike y me he salido antes para hablar con Cameron, o por lo menos, intentarlo.

Y aquí estoy, en la puerta de su casa esperándole. Llevo ya diez minutos esperando y empiezo a dudar de que vaya a ir a clase hoy. Él siempre va muy pronto, debería haberle visto ya.

Justo en el momento en el que me dispongo a irme oigo el sonido de la puerta abriéndose. Me volteo y enseguida puedo ver a mi amigo que me mira como si hubiera visto un fantasma. Igual debería haberle esperado en otra parte y no justo en su puerta.. pero bueno, ya es tarde para eso.

— ¿Will? ¿Q-qué haces aquí? —pregunta él guardando las llaves de la casa en el bolsillo del pantalón.

Hoy no está tan arreglado como de costumbre. Tiene unas ojeras bastante notables y el pelo bastante despeinado. Va vestido con unos pantalones grises de chándal y una sudadera negra. No es su estilo de siempre.

— Nada, esperándote. —me limito a responder.

— Ah, vale. —dice en un tono cortante y empieza a caminar sin esperarme. Obviamente yo no me quedo atrás y le sigo.

— ¿Cómo estás?

— Bien, ¿tú? —ni siquiera me ha mirado.

— Bien...

— Dime la verdad Will, ¿para qué has venido?

— Para hablar. —empiezo a explicar— Escucha, se que soy muy insistente pero me preocupas, Cam. Eres mi mejor amigo y no soporto verte mal, si no quieres decirme lo que te pasa te dejaré en paz pero podrías decírmelo sin gritarme.

— Agradezco que te preocupes por mi pero no es el momento.

— ¿Es por lo de tus padres?

— Joder lo sabía. —dice mirándome al fin— Mike te ha dicho lo de ayer.

— ¡N-no! El no me ha dicho nada, de verdad. —miento. Si se entera de que me lo dijo Mike va a ser todavía peor— ¿entonces es por eso?

— Si, bueno... —admite— yo que sé. Son muchas cosas.

¿Muchas cosas?

— No te entiendo.

— Me estás vacilando, ¿verdad? —ríe— Es imposible que no te enteres.

— ¿Qué dices? De verdad que no sé que pasa.

— Da igual. —vuelve a mirar al frente— Si, estos días estoy teniendo discusiones bastante fuertes con mis padres y ya no sé qué hacer.

— ¿Y por qué?

— No sé... sobretodo discuten entre ellos pero a veces también me meten a mi. —cuenta— Me hacen sentir como si yo tuviera la culpa ¿sabes? Como si yo fuera el centro de todos los problemas.

— Ey Cam, tu no tienes la culpa. —le agarro del brazo para que pare de caminar y le miro— No has hecho nada malo.

— ¿Y tu como sabes eso? —noto como se le están empezando a cristalizar los ojos. Odio verle así de destruido— Tu no estás en mi casa, Will. Igual es verdad que yo soy la razón por la que se pelean tanto.

— Te aseguro que no. Los padres tienen discusiones, es normal.

— Creo que se van a divorciar... no se soportan.

— Dios, lo siento mucho. No sabía que estabas pasando por todo esto.

— No lo quería contar porque cuando estaba con vosotros era el único momento en el que podía evadirme de todos esos pensamientos negativos. —explica— Simplemente no quería recordar toda mi situación en casa.