Día 68

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— ¿Cuántas páginas llevamos? —pregunto.

Hoy he quedado con Cam para hacer un trabajo de historia. Después de lo que ha pasado ayer con Mike no me apetecía mucho verle pero ya habíamos quedado desde hace días para hacer este trabajo y no lo puedo cancelar. Además es en parejas y necesito subir nota en esta asignatura como sea.

Llevamos ya más o menos tres horas encerrados en mi habitación y no hemos hablado de otra cosa que no sea la caída del muro de Berlin. Estoy agotado, pero Cam se toma muy en serio estas cosas.

Desde la discusión que he tenido ayer con Mike he estado fatal, no he comido, no he dormido y no he podido pensar en otra cosa. Lo peor es que se que me lo merezco, me merezco que se haya enfadado conmigo. Y saber que todo esto ha sido por mi culpa lo hace más doloroso. Por muy difícil que fuera he intentado disimular delante de Cam como me siento, no quiero preocuparle.

— Pues... —mira la pantalla de la computadora— Diez páginas.

— ¿Diez? Eso es más que suficiente.

— El máximo son quince, hay que intentar llegar a ese número.

— Pero si no hay nada más que poner. —protesto— Tenemos más que la Wikipedia.

— Cuánto más pongamos, mejor nota sacaremos. —explica— Venga va, que ya no nos queda nada.

No puedo dejar de mirar a Chester. Lleva tumbado en el suelo de mi habitación todo el día sin hacer nada, no ha comido, tampoco ha querido salir a pasear y apenas se mueve. Me estoy empezando a preocupar, es un perro muy tranquilo pero nunca le había visto así.

— Igual si ponemos muchas fotos llegamos a quince páginas. —propongo.

— No seas vago. —ríe— Si quieres nos tomamos un descanso.

— Sí, por favor. —me dejo caer en la cama— No puedo más.

— Si lo prefieres acabo yo solo el trabajo, no pasa nada.

Niego con la cabeza.

— No, tengo que aprender a esforzarme más. —argumento— Siempre me rindo muy rápido.

— Así se habla. —sonríe— Si sigues así seguro que acabas sacando la mejor nota en todo.

— Naaah, no es para tanto. En dos días volveré a dejar de lado los estudios ya verás.

— No voy a dejar que hagas eso. Eres listo, sé que puedes. —me anima.

— No estoy tan seguro de eso... —sonrío— Pero gracias.

En ese momento Chester empieza a hacer sonidos raros, como si estuviera... ¿llorando? Joder, me está asustando mucho.

— Ey, chico. ¿Qué te pasa?

Bajo de la cama y me arrodillo frente a él. Le acaricio con la mano y me fijo que está temblando un montón, definitivamente no está bien.

— ¿Qué le pasa? —pregunta Cam.

— N-no lo sé. —digo con la voz temblorosa— Chester vamos, dame la pata.

Extiendo mi mano pero no hace caso a mi orden, solo se queda en la misma posición sin realizar ni un solo movimiento. Y él siempre hace caso cuando le digo que me de la pata.

— Joder... —murmuro y voy hacia la puerta de mi habitación— ¡M-mamá! ¡Papá!

— ¿Qué quieres ahora? —pregunta mi padre con su tono frío como de costumbre.

— C-Chester, —respondo con los ojos cristalizados—no sé qué le pasa.

— Voy a ver anda.

Le dejo paso y Hopper entra a mi habitación, arrodillándose frente al perro que sigue llorando. La expresión de mi padre cambia a una seria en tan solo unos segundos. Sabía que algo no iba bien.

Dear diary, - ✧byler✧ [terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora