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El amor.

¿Quién puede describir ese sentimiento de la mejor forma posible y sin caer en la locura absoluta?

Lunes, pasaron algunos días y mi cumpleaños fue arrebatado de mis manos en tan solo un suspiro, 20 años y siento como me cruje la espalda cuando me levanto. Sentí que mi vida se mantenía en un estado automático y no se detenía en los momentos felices. Para hacer de mi día aun más aburrido, tenia un examen y los nervios tocaron a mi puerta con ferocidad. En una llamada telefónica con mi madre, había prometido mantener mi excelente calificación de dieces y no servía de nada tener un perfecto estatus académico, pero a ella le importaba que triunfe. 

Levante la vista cuando note que el profesor entro al salón, todo sucedió rápido y sin vueltas, anoto el nombre de las personas presentes. Dos segundos después estaba entregando la hoja con las preguntas a responder y me hacia un reproche mental por no poder obtener la concentración que necesito. Mire a los demás compañeros de la clase, aquellos ya estaban escribiendo con su lápiz y respondiendo sin problema. 

Tenia que concentrarme. 

Luego de unos 40 minutos, para mi pesar eternos, llegue a completar el 70% de mi examen, quizás si mi mente no fuera tan dispersa, ya hubiera termino. 

La gran puerta del salón se arrastro, levante mi vista y no fui la única.

Miss Venable entro haciendo notar sus zapatos de tacón al compas del bastón, que golpeaba de la misma forma, música para mis odios e irritación para los alumnos. Se acerco rápidamente al profesor, susurro algo en su oído y el hombro salió a duras penas, en su lugar dejo a nuestra querida directora. La mujer comenzó a deslizar su cuerpo por los espacios vacíos entre los pupitres, controlando que nadie haga algo indebido y en parte para ponerlos nerviosos. Levanto su rostro, directo a mi dirección y me atrapo observándola como una psicópata. En nuestro ultimo encuentro, recientemente mi cumpleaños, no pude quitarle la mirada de encima y me sentía extraña cuando ella lo hacia, sus ojos encontraba con facilidad los míos y una leve curva se formaba en su labios, había algo, ya lo he dicho. 

Baje mi mirada avergonzada, estaba mirando mucho y no era un buen momento, el reloj seguía corriendo y el examen me pedía a gritos ser terminado. 

Y así se paso el tiempo restante intentando no verla y fingiendo que soy suficiente para mi misma. 

—¿Te gusta el aroma del café? —me pregunto Ali, era obvio que preguntaría llevaba 15 minutos oliendo aquella fragancia en mi taza

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—¿Te gusta el aroma del café? —me pregunto Ali, era obvio que preguntaría llevaba 15 minutos oliendo aquella fragancia en mi taza. ¿Me gustaba? Por supuesto, lo adoraba.

—Si —escondí mi rostro en aquella enorme taza de color violeta y fue inevitable pensar en el color favorito de Venable. A lo lejos vi la figura de Devonne acercarse, venia conversando con un muchacho y este se alejó cuando ella entro a la cafetería. Divago su mirada por algunas personas y luego su vista atrapo la mía. —Viene Devonne —le susurre a mi amiga.

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