8

4.3K 402 78
                                    

Paso la semana tan rápido, tan aburrida y sin nada emocionante que comentar. El único emocionado por el viernes era mi hermano que iba a tener una cita, nunca lo había visto tan perfumado y bien vestido.

—¿Cómo estoy? —pregunto poniéndose serio y mirando hacia un costado, típica pose de influencer.

—Estas bellísimo. —sonrió satisfecho y salió de la casa.

David había salido, Luciano también, me encontraba completamente sola en casa y sin nada que hacer. Me serví una copa de vino y le subí el volumen a la radio, sonaba un tema desconocido para mis oídos. Mi estado de animo en este momento era de una mujer de 40 años, casada y que sabe que su marido la engaña con la secretaria de su empresa, pero decide callarse y beber una copa de vino escuchando un tema de los años 90.

Solté mi cabello y despinté mis labios, aquellos estaban colorados por los químicos de mi labial. Ardían como el corazón de una mujer de 20 años solitaria y sin rumbo alguno. Los viernes me ponen melancólica y me hacen extrañar aquel corazón que prometió amarme para toda la eternidad.

En mi tercera copa de vino, el timbre de la casa sonó, como pude me levante del sillón y baje el volumen de la radio. Cuando abrí la puerta me llevé una gran sorpresa, enfrente de mi estaba Wilhemina Venable, con una botella de vino en una mano y su bastón en la otra.

—La botella puede pasar. —comente y Venable dio una pequeña risa. Se adentro a mi hogar y se dirigió hacia el vestíbulo, ese perfume tan dulce que traía esa mujer embriago mis sentidos mucho más de lo que lo había hecho el alcohol.

Llevaba un jeans apretado al cuerpo, una camisa blanca  y un gran tapado violeta que le hacia lucir elegante. 

—Veo que ya estabas tomando. —señalo la botella casi terminada sobre la mesita de café.

—Si, si viniste por David él no...

—No, vine por ti. —mi sangre se congelo, no esperaba escuchar eso. —El esta en mi casa con Víctor y me comento que tu estabas sola y pensé que seria buena idea hacerte compañía, pero si te parecer mala idea me voy.

—No, está bien, seria pecado rechazarte cuando ya has traído el vino —Venable rio

Se sentó en el sillón y yo copie su acción. ¿Me pregunto cómo hará para manejar si toma mucho? Aunque es una mujer madura, no tomara mas de dos copas. Vertió el liquido rojizo en su copa y le dio un buen trago para iniciar una conversación.

—Me gusta cuando dejas suelto tu cabello —susurro con su mirada en mi. Aprete mis labios, intentando apaciguar el calor que subía por mi cuerpo y se posaba en mis mejillas. 

—¿Es casada? —pregunte para cambiar de tema y averiguar lo que no me dejaba dormir de noche.

—¿Ves algún anillo en mi dedo? —pregunto enseñando su mano izquierda, se me vino a la mente la imagen de aquel reloj que había visto días atrás. Le quedaría tan hermoso. Quito su mano de mi vista y tomo un sorbo de vino.

—¿Divorciada? ¿Pareja?

—Absolutamente nada, ¿Crees que alguien quiera salir conmigo? ¿Con mi carácter?

—Creo que eso te hace encantadora. —escupí sin si quiera pensarlo y a los segundos ya me sentía arrepentida de no poder controlarme. Bebi la sustancia rojiza con la mirada penetrante de Venable encima de mí..

—¿Quieres salir? —pregunto mientras arrojaba sus ideas en el aire, su índice se enredaba con delicadeza por uno de sus cabellos naranjas y sus ojos cafés me miraban esperando un respuesta positiva.

Más Allá De NosotrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora