Más Allá De Nosotras

13

El sol me daba de lleno en la cara, afuera el día estaba muy feliz y aquí muy brillante. No recordaba mi habitación con tanta luz, me giro aun sin abrir los ojos y tengo un cuerpo a mi lado. ¡Que!

Abrí los ojos exaltada y asustada, me lleve la sorpresa de que era Venable, cierto yo estaba en su habitación, ¿Qué no siente toda la luz que le da en la cara? Su piel parecía brillar, verla dormir tan plácidamente era otro mundo, tenia pequeñas pecas en el contorno de su cara, sus pómulos rosados y aquellos labios entreabiertos que me moría por besar. Me recosté nuevamente y me acerque a ella para abrazarla cuidadosamente, su perfume hacía que mi mañana comience de la mejor manera, hasta que se despertó. Ahí el sueño y todo lo que había dicho antes se acabó.

— ¿Qué haces? —Preguntó sin moverse, pero había abierto los ojos, lo sentía, ese mirada penetrante y dominadora sobre mi coronilla.

— Nada conteste. —Aun sin quitar mi brazo de su cintura, quizás aquí era mi final y moriría a manos de mi amada. Pero feliz porque el recuerdo de anoche cuando casi en sueño me dijo "También me gustas". Comencé a quitarlo de a poco.

— No te dije que quitaras tu brazo. —Metió su mano por debajo de la sabana y me atrajo nuevamente.

Levante mi vista para mirarla, era hermosa, había cerrado sus ojos otra vez, pero su cuerpo estaba tenso y ella intentaba que esto no le afectara, pero lo hacía, odiaba el tacto humano, pero quería tratar de aceptar el mío.

Así estuvimos un tiempo largo, sin hablar, solo abrazadas y tratando de Venable dejara de estar tensa. ¿Qué le provocaba tanto rechazo?

— Vamos a desayunar —Dijo en susurro e intentado levantarse. — ¡Diablos! —Se dijo cuando se tumbo nuevamente hacia atrás.

— ¿Qué sucede?

— Olvide quitarme el corsee —Dio un suspiro y me levante para ayudarla.

— ¿Quieres que te ayude acomodarlo?

— No, tu ve bajando, seguro esta mi madre abajo.

Realicé su pedido y me dirigí fuera del cuarto, no había notado lo amplio que era el pasillo de la segunda planta, seguro que esta casa le había costado una fortuna. El frio barandal de la escalera hizo contacto con la palma de mi mano.

— Buenos días. —salude tímidamente cuando entré a la cocina de Venable, era una cocina de ensueño muebles blancos, el desayunador parecía una mesa de comedor literalmente, era enorme todo aquí.

— Buenos días niña, ¿Dormiste aquí? —Pregunto confundida, se levanto para buscar una taza y servirme un poco de café.

— Si, Venable no me podía llevar a casa, entonces me pidió que durmiera en su habitación.

— ¿Y ella donde durmió? Solo hay dos habitaciones en esta casa —Me extendió la taza y le dije un débil gracias, ella sonrió. —¿Durmió contigo? ¿Cómo hiciste?

— Si, se iba a ir a su habitación con usted, pero le dije que se quedara y no quería. Pero finalmente acepto.

— Te hare una escultura en mi patio, ella es demasiado distante. —Claro que lo es, es demasiado distante.

— ¿Por qué es así? —Pregunté y escondí mi cabeza en la taza.

— ¿Sabes que tiene una discapacidad? —pregunto confundida y yo asentí. —Eso le ha traído muchos problemas, desde niña. —Rose tomo un poco de café y jugo con sus dedos, había demasiada tristeza en su voz. — su escoliosis provoco que se avergüence de su cuerpo e intimide al contacto humano, ella no nació con este problema, se desarrollo a la edad de 6 años y cuando eso paso sufrió mucho, la gente es muy mala, le hacían bullying y la acusaban de ser un monstro.