Me quede mirando aquel pequeño diamante que brillaba, me miraba amenazante con la idea de esposarme para toda la vida... toda la vida. ¿Casarme yo? Oh por dios, claro que no. Pero aquel circulo pedía a gritos que insertará mi dedo anular, mi mano temblaba y la de Venable también, esta no podía mantenerse quieta, sus ojos miraban expectantes a los míos, tratando de adivinar mi respuesta. Yo no sabia que responder, una vez, en realidad mas de una vez dije que jamás de los jamases me casaría ahora y es que no quiero sentirme propiedad de una persona, pero ella no es cualquier persona es Wilhemina, el amor de mi vida.
Mi mente estaba expulsando prácticamente un pensamiento por segundo, las palabras se habían marchado de mi boca, entonces solo me quedaban los pensamientos vacíos y vagos que intentaban al menos formular una respuesta que no le rompa el corazón o que la haga demasiado feliz. Mi vista se perdió por el suelo y tire mi cuerpo hacia atrás en el asiento, note como sus hombros fueron cediendo, pero aquel anillo seguía presente en sus manos, no se iba a rendir y agradecía en parte que no lo haga, así me daba tiempo a pensar que decir. Pero... ¿Qué se dice en estos casos? ¿Así se abra sentido David cuando Víctor le propuso matrimonio o fue totalmente diferente?
—¿Quieres casarte conmigo? —esta vez lo pregunto y volvió a captar mi vista, sus ojos se veían abatidos, con bastante miedo de que mis labios suelten un "No".
—Me estoy quedando en esta institución, ¿Por qué necesitas más? —fue lo único que lograron soltar mis labios, en realidad aquella pregunta salió disparada, escondida entre mi subconsciente y fue el, el que hablo por mí. Quería rebobinar el tiempo y detener lo que mis labios habían dicho, siento que no era lo que debía decir, pero fue algo impulsivo. Ella miraba confundida y como ya había metido la pata, lo mejor que podía hacer después de eso, era hundirla más. — ¿Qué vas a hacer por mí? —pregunte, su ceño se frunció y una cara de confusión me estremeció por completo el alma, pero necesitaba preguntar, necesitaba por primera vez en la vida no arriesgar nada y dejar que ella ponga las manos en esta caída.
—¿A que te refieres? —pregunto y el acto de bajar las manos me provoco tragar saliva de inmediato, sus dedos se veían blancos por la exagerada presión que estaba ejerciendo sobre el anillo.
—Estoy aquí, cuando días atrás me pediste que me quedara más tiempo para intentar enamorarme ¿Sabes cual fue mi respuesta? —trago saliva —Si, me quedo. Hoy era el día en el que iba de regreso a mi hogar en Luisiana, me pediste que me quede ¿Qué hice? Acepte, me quede. Me pediste que dejara mi trabajo actual para trabajar en tu nueva institución y sabes cual fue mi respuesta... —me quede callada, a estas alturas Wilhemina me miraba cansada con los ojos lleno de lagrimas y con el corazón a un en la mano. —Fue si, me quedo. —me levante de la silla tratando de estirar mis piernas y evitar que el tema me afecte lo suficiente como para llorar nuevamente. —Desde que he llegado has pedido cosas y he aceptado cada una de ellas, estoy aquí por ti y me estoy quedando por ti, lo sabes... pero no quiero que esto vuelva a influir en mi vida, necesito más que promesas, palabras o sentimientos. Desde que te conozco Venable —me arrodille enfrente de ella para tomar sus manos, sus ojos me miraban tristes y vacíos, la iba a romper, estaba apunto de romperle el puto corazón por que ella una vez rompió el mío. —No has hecho nada para que esto funcione, me cambie de institución para que tu —con mi dedo índice señale su corazón —No pierdas tu trabajo, estuve dos meses enteros limpiando la basura de otros para que nuestro amor no te quemara el perfecto curriculum que tienes, me arrastre lo suficiente por el suelo para que todo el daño que sucedía alrededor no te quemara tu futuro, cuando en realidad el mío era el que importaba —aprete ligeramente su rodilla — Gracias a ti, no conseguí un solo trabajo aquí, ya que nuestra pequeña relación quedo marcado en mi legajo como falta de ética y el único puesto disponible que me quedaba en aceptar era allá en Luisiana. ¿Y aun quieres más de mí? —respire profundo. —Acepte esto por dos cosas, uno el trabajo que tu me ofreces no se compara con ninguno otro, se que ganare el doble y tendré a mi familia cerca. Y dos, me odio tanto por lo que voy a decir, pero, tendré la suerte de verte todas las mañanas caminando por los pasillos, odiando a los alumnos que llegan tarde y castigando a los corren por el establecimiento. Porque a pesar de todo, te amo y me odiaría demasiado si no acepto estar aquí... contigo.
Necesitaba que digiera algo, que diera un tipo de señal de que, si esta escuchando y que todo este tiempo en el que hable no se fue a las paredes, un trueno me hizo cerrar los ojos de inmediato, mis manos estaban aferradas a las rodillas de la mujer presente, pero esta se mantenía inmóvil y sus ojos clavados en mí, profundos y oscuros. Aquí estaba sucediendo algo, por primera vez en su vida no tenia el control de la situación y su mente estaba tratando de averiguar como seguir, que movimiento tenia que hacer para que yo deje de estar encima de ella.
Solo se necesita un segundo, una palabra o varias de hecho, para romper en dos a una persona y si no me equivoco Wilhemina esta siendo asfixiada por su mundo, se siente como si el aire dejara de entrar en los pulmones y comprimiera su corazón, a tal punto, que es inevitable no soltar un sollozo desgarrador. Porque duele, desde adentro se siente como si todo quemara, los ojos se encienden y el mismo sistema de nuestro cuerpo intenta apagarlos con lágrimas. Pero hasta esas gotas se sienten como bolas de fuego recorriendo las mejillas en una carrera desesperada de ver quien llega primero al final de la mandíbula. Los labios se entumecen, en ese solo segundo se inyectan de sangre y los pómulos los acompañan con un color rosado. Y lo sé, porque eso sentía cada vez que nuestro intento fallaba.
Su mano izquierda tomo la mía con demasiada presión sintiendo como su tacto me debilitaba y quitaba la fuerza interior que estaba teniendo en el momento, su mano derecha se cerro y dentro enjaulo el anillo que minutos atrás pedía ser mío.
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Más Allá De Nosotras
FanficEn una sola mirada, todo cambió. Ese bastón, al principio percibido como odioso, se convirtió en el hilo que tejía nuestro hechizo de amor. Puede sonar increíble, pero cuando nuestras manos se tocaban, el cielo y el infierno danzaban en sincronía. F...