Más Allá De Nosotras

34

"Mi querida Liv...

No has contestado mis llamados, no has querido hablar conmigo en estos meses, entiendo por lo que estas dolida y seguramente me odies toda una vida, pero por favor vuelve. Te extraño. Se que no tengo excusas, ni una causa justa por lo que he hecho y me encuentro terriblemente arrepentida, se que quieres leer que entre estas líneas que mi relación con Zac ha acabado, se que lo sabes, pero lo reafirmo aquí. Nunca fue nada, nunca lo será, el no fue ni la mitad de lo que podíamos llegar a ser juntas. Decore mi jardín con Dalias, se que te gustan, me lo confesaste en una noche cuando las botellas de alcohol habían hecho su efecto y desde entonces lo guarde siempre en mi memoria. Mi querida Miller, el tiempo está pasando tan rápido y sin ti aquí es mucho mas difícil, el aire se vuelve mas pesado, mis ojos están cansados y mi cuerpo entero te extraña. Por favor contesta mis llamadas, amo escribirte cartas, pero de seguro estas tardan mucho en llegar, pero bueno aquí estoy esperando... Te amo. Con cariño Wilhemina."

"Mi querida niña...

David me ha comentado que no la estas pasando bien, lo se y el sentimiento es mutuo, luego de haberte escrito 22 cartas creo que esta es la final, no quiero agobiarte con mis sentimientos y mi dolor. Lo mas probable es que ya me hayas olvidado y yo solo sea un recuerdo más de tu lista. Lo siento, pero te amo tanto y no sé cómo ni porque, pero te amo. Y te necesito a todas horas, aquí conmigo, a ti, a tus caricias, tus palabras, tu falta de respeto y tu impuntualidad. Te necesito porque se que la he cagado, pero tu mundo completa el mío y no me di cuenta de eso hasta que te perdí por completo. Con Cariño Wilhemina"

Después de leer cada una de sus escritos, con esa perfecta letra, caía en un mar de lágrimas, pero si yo le contestaba seria para sufrir más, hace más de una semana había dejado de llamar a mi celular. Si se enteraba de mi bienestar era porque al único que le contestaba las llamadas era a David.

Pero mi limite había llegado hasta aquí, luego de tanto llorar de noches y noches sin dormir, de preguntarme porque fui tan idiota, porque algo había claro y era que no todo fue su culpa, el 50 porciento de los errores fueron míos. Y ahora no dolía tanto como antes, ahora solo era un triste recuerdo que me pone melancólica los viernes por la noche cuando salgo a beber.

Por suerte mi tiempo universitario había llegado a su final, tenia que volver para dar el examen de Literatura, pero las demás asignaturas las pude realizar a distancia sin problema y eso me facilito muchísimo las cosas.

Mi vuelo salía el el 7 de julio, no le había comentado nada a David, aunque esta vez volvería con mi abuela y mi abuelo, ellos querían ver a su hijo y su otro nieto. Lo más probable es que tome mi examen y me regrese de nuevo, había acordado pasar las fiestas aquí en Argentina, pero eso se vería luego. Mi teléfono sonó y mire la pantalla "David"

— Hey capullo ¿Cómo estás? —Pregunto su voz desde la otra línea.

— Bien ¿Tu? —Bajé las escaleras y me dirigí a la cocina.

— Bien, acaba de llegar una carta del ministerio de educación —Se escucho otra voz detrás de la línea, pero la ignore.

— Dime —Abrí la heladera, en esta casa no había nada dulce para comer. ¡Que porquería!

— Mmmm ¿Pediste un pase institucional?

— ¿Qué? —La voz de una mujer hablo antes que yo y sabia perfectamente de donde venia. —¿No volverás? —Pregunto esa mujer a quien si quiera no quería contestarle las llamadas, a quien vengo ignorando desde hace meses. No fui capaz de contestar, me moría de ganas de hablar con ella, pero la voz no me salía y lo único que pude hacer fue cortar la llamada.