Seúl, Corea.
16/05/2020.
Estando de acuerdo con la nueva oportunidad de trabajo de su madre, Jimin ha decidido adaptarse a los cambios que dicho acontecimiento requiere, uno de ellos, trasladarse a una nueva Universidad, donde tendrá que integrarse en plena mitad de semestre, llamando por supuesto la atención de todos, cual si fuese un bicho raro y no un ex integrante de un Ceo en Busán, sin embargo el rubio quiere pensar que el asunto no puede ser tan dramático como suena, a lo cual.. usp, se equivoca pues en pleno primer día es arrastrado hacia la pared del pasillo principal por un chico que nunca en su vida a visto, y el miedo le recorre de pies a cabeza pues pese a ser observados por la mayoría de estudiantes; nadie parece querer ayudarle, quizá pensando que es una novatada y no un abuso lo que recibe.
El intruso es un chico fornido, de cabellos oscuros, y semblante holgazán que de inmediato le aterroriza pues además parece desear humillarlo. Su mirada es oscurecida de sed vengativa y dispuesta a herir a quien sea.
—Mira, una rata nueva—le dice, haciendo presión en su cuello, casi asfixiandolo, lo cual hace a Jimin retorcerse intentando buscar aire.
—Suelta-me—exige valiente, y no estando dispuesto a ser partícipe del chiclé absurdo del bullyng. No señor. —La ra-ta eres t-ú, ¡sueltame aho-ra! —sin embargo el ojicafé le empuja aún más, logrando que su cabeza sufra leves daños por chocar contra el duro material. Es inevitable que no gima adolorido, pero no se deja amedentrar.—¡No me to-ques!—su voz ha salido ahogada, pues casi ha sollozado.
El abuson bufa furioso con saberse enfrentado, y Jimin puede apostar que le ha jodido más de lo que cualquier víctima lo haría, por lo cual desde tal momento se puede marcar como enemigo declarado.
—¿Quien te crees, imbécil?. No tienes idea de lo que.. —comienza a decir, pero es interrumpido por una fría voz que de inmediato llama la atención de todos.
—Basta Hyukwo—se trata de un jóven bajo, de cabellos pelinegros, de piel pálida, y bastante flojo como para afectar su semblante. Se nota de inmediato alguién relajado, si no es delito decir perezoso.—No molestes al nuevo—se acerca, bofeteando el brazo que mantenía apresado a Jimin, quien de inmediato se incorpora, pero es detenido por el abuson que ahora sabe se llama Hyukwo. —Ha dicho que no lo toques—le frena, y es quizá su tono inexpresivo el cual hace que Jimin le de un empujón al abusador que por poco lo manda a volar.
—No me toques—repite valiente.—Nunca jamás vuelvas acercarte—le amenaza, siendo consiente de que en vez de aceptar la ayuda brindada está quizá alimentando la riña, pero no puede evitar actuar, deseando inconscientemente no decepcionar al chico que se ha acercado a defenderlo.
—Rata asqueroso—Hyukwo se acerca otra vez pero dos chicos más le sostienen.
—Basta—repite el pálido, que parece ser el líder. —Lárgate y no metas con él, porque si quieres crear el ámbito del bullyng en esta Universidad, nosotros también lo haremos, y caerá todo contra tí—lo amenaza ahora más serio, logrando parecer escalofriante, y dejando como resultado que Hyukwo bufe indignado y se suelte de su agarre, dejándoles atrás.
Jimin entonces suspira, sabiendo que el mal trago a pasado, y se obliga a intentar olvidarle desde ahora ya que no desea que esto afecte la impresión de su nueva escuela, ni mucho menos la que los alumnos en esta tengan sobre él. Por lo mismo observa al grupo de chicos que lo han defendido, centrando de más su atención en el líder, quién se ha ganado de manera inevitable su admiración, y da una leve reverencia hacia ellos en señal de respeto.
—Gracias por la ayuda—apenas puede susurrar pues la sensación de sentirse amenazado aún pesa en su pecho, pero afortunadamente esa fría voz le tranquilaza.
—Ese idiota siempre intenta llamar la atención de la peor manera, no agradezcas—da un paso hacia él, notablemente interesado por algún rasgo en su semblante, quizá por el miedo que debe estar reflejando.—¿Estás bién?. ¿Quieres que te llevemos a enfermería?.—parece demasiado atento, demasiado dulce, y maldita sea, Jimin quiere lanzarse a sus brazos pues se siente viviendo un momento único de teledrama.
—Estoy bien—niega avergonzado, sintiendo las mejillas arder.
—De acuerdo—el chico asiente.—Soy Yoongi—y se presenta, extendiendo su mano, la cual no duda en estrechar, intentando ser lo más agradecido que pueda, ya que el chico ahora conocido como Yoongi puede ser un gran aliado en esta nueva etapa de su vida.
—Jimin—pronuncia tímido, apenas sonriendo de lado.—Es un placer—se dirige a los tres cuándo el pálido presenta a sus amigos como Taehyung, Namjoon, y Hoseok.
—¿A que salón de diriges?—el último le pregunta, dejando en claro el interés hacia su persona, incluso lo instan a avanzar por el pasillo, haciéndolo de manera momental parte de su grupo. Una vez más, Jimin se obliga a corresponder a tan empático trato.
—El B, tercer piso.
—Kokie ya se encuentra en él, compartimos salón pero yo ahora tengo un pendiente en consejería—Taehyung dice.—Le escribiré un texto para que te reciba—luego saca del bolsillo de su jeans su teléfono celular en el que pasa a hacer lo prometido.—Es mi novio—explica, haciendo que el rubio le sonría, sintiéndose cómodo pues también es homosexual y saber que no es el único le tranquiliza.
—Muchas gracias. Espero agradarle—promete, antes de subir las escaleras que Hoseok le ha indicado pues lo llevan hacia su piso.—Gracias por la ayuda.—repite, dirigiéndose hacia un chico en especial, quien pronto lo observa.
—¿Te vemos después?—Yoongi le resta importancia, y intenta quizá que se sienta más cómodo en el nuevo ambiente, o eso entiende al ver sus bonitos ojos oscuros atento a él.
—Será un placer, hasta luego—se da la vuelta, tras recibir un leve asentimiento de cabeza por parte de los cuatro.
Namjoon es quien le grita. —¡Salón B, primera puerta a la derecha! —Jimin no se puede sentir más agradecido.
***
¡NO OLVIDES VOTAR!.
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Inevitable.© [Yoonmin.]
FanfictionDonde Jimin se muda a una nueva ciudad y YoonGi se cruza en su camino ofreciéndole protección y una relación dominada por el deseo, sin embargo también con muchos obstáculos que marcan al más chico como un inevitable error si desea permanecer a su l...