Capitulo 14

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POV. NATALIA

Dejé a la Reche sentada en el pequeño sofá que había en la entrada del motel y fui hacia recepción.

- Hola, ¿me puede decir cuando sale el siguiente autobús que nos pueda llevar al aeropuerto y donde está la parada? -le dije al chico de pelo oscuro, muy alto y delgado que estaba detrás del mostrador con una plaquita colgada en la chaqueta que decía "Javi".

- La parada está a unos diez minutos caminando desde aquí todo recto, no tiene perdida -dijo- Pero acaban de informar que hasta el lunes no sale ninguno. Han cortado varias carreteras principales por alerta de ventisca. Parece que nevará muy fuerte este fin de semana, y esa es una de ellas.

- ¿O sea que no hay posibilidad de salir de aquí hoy? -pregunté aunque sabía la respuesta.

- No, hasta el lunes nada ¿Qué pasa, tu novia y tú no tenéis donde pasar la noche? -preguntó mirando al sofá donde estaba la Reche.

Novia. ¿Qué novia? la Reche, mi ¿qué? ¿mi novIA? NO.

- No. No somos de aquí y estamos perdidas. No conocemos a nadie y no sabemos que hacer -dije intentando dar pena.

Muy bien, Natalia, las amantes perdidas que necesitan un sitio para dormir.

- Aquí hay habitaciones libres, si queréis podéis pasar el fin de semana aquí -dijo Javi.

- ¿En serio? -asintió- ¿Y cuánto costaría pasar la noche? -pregunté. Obvio esto no nos iba a salir gratis.

- 25 dólares la noche -me informó.

- ¿Por persona? -él solo asintió.

Bien veamos:

   • Pasaremos hoy viernes ya son 25
   • La noche del sábado otros 25
   • Y la noche del domingo más 25.
   • Los billetes del autobús que nos lleven al aeropuerto serán unos 20 dólares.
   • ¡Ah! casi lo olvido, los billetes de avión que a saber cuanto valdrán.

Le voy a deber dinero a la Reche hasta el fin de mis días. Tendré que cuidar de Marina hasta que la pequeña cumpla los treinta.

- Si necesitas pensarlo o ir a hablar con tu chica, ve. Yo no me voy a mover de aquí -dijo sonriéndome.

¿Mi chica? Aaah, Alba.

Me acerqué a ella, estaba de espaldas a mí.

- Ey, Reche. Dice el chico que no hay un autobús hasta el lunes por la nieve, así que creo que tendremos que pasar el fin de semana aquí. Pagaremos con tu tarjeta -no se movía ni reaccionaba a lo que le decía- ¿Me estás escuchando? Sé que no es tu plan ideal pero... -se giró hacia mí- ¿Estás bien? Estás pálida -ella negó con la cabeza.

- No... No tengo la tarjeta -dijo con dificultad y empezó a respirar muy lento y fuerte como si no pudiera hacerlo.

No tiene tarjeta ahora si estamos más que jodidas.

- ¡Ey, respira! Tranquila.

- No pue.....do, no puedo, no, no -se puso la mano en el pecho- Natalia me aho...go.

¿Qué hago? Tranquila intenta calmarla y no te pongas nerviosa.

- Alb...

- Tengo calor -me interrumpio. Se quitó la chaqueta y la bufanda y se tiraba del cuello de su camiseta.

- Ya, Alba -me acerqué a ella y la agarré de las manos para que dejara de hacer eso.

- No pue..do me..fal...ta el...ai...re.. -dijo llevando su mano todavía unida a la mía contra su pecho. Pude sentir su corazón, iba muy rápido, tanto que consiguió asustarme de verdad.

Cuestión de tiempo | AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora